DESDE LA INAUGURACIÓN el 26 de diciembre, ellos son los que más las han disfrutado. Sin embargo, se redujo el horario de funcionamiento a tres horas diarias para reforzar la pedagogía sobre el uso y hacer ajustes a la estructura.
Que no jueguen y que no se recuesten en ellas, les insisten los gestores pedagógicos. También que se amarren bien los zapatos y que miren siempre al frente, para estar atentos del momento en el que haya que bajar.
En estos 11 días de actividades son los niños quienes más suben y bajan las escaleras eléctricas, "calmando la goma", cuentan los vecinos. Por eso, en ellos se enfoca buena parte de la pedagogía.
Ayer, dos tramos estaban habilitados en el nuevo horario que se determinó para el funcionamiento inicial de tres horas diarias. En los otros cuatro tramos se adelantaban mantenimientos y ajustes, pues las obras en este proyecto que une el 20 de Julio y Las Independencias, comuna 13, continúan.
El 26 de diciembre, la pasada administración realizó el acto de inauguración, pero aún faltan el techo y obras de paisajismo. Y, aunque el concepto en general sobre las escaleras sigue siendo favorable, sí se comenta que habría sido mejor esperar a que se terminaran por completo.
"Eso generalmente pasa con las obras, se inauguran y quedan a medias. Hay personal educando y eso está bien. No las he usado a la espera de que todas estén operando", dijo Carlos Echeverry.
Margarita Ángel Bernal, nueva gerente de la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU), informó que se está en una etapa de preoperación, normal en todo sistema de transporte, tal como ocurrió con metro y metrocable.
En este período, que se extenderá hasta principios de marzo, seguirán la sensibilizaciones y este horario: de lunes a viernes de 2:00 p.m. a 5:00 p.m. y los domingos de 12 m. a 3:00 p.m. Luego, Terminales de Transporte, dependencia que las operará, precisará horas definitivas.
Durante cuatro años, aclaró, se han adelantado jornadas con la comunidad e, incluso, se creó un personaje, que transmite normas de buen uso. "La reducción del horario fue una decisión de preoperación, para que vayan entendiendo el sistema".
Hablan los vecinos
Jonh Alexánder Corrales hace parte del comité Escalando Vida y consideró que la parte pedagógica es vital con los niños que van por las escaleras "haciendo recocha". Cree que es importante que los papás no los dejen solos y estén alerta.
La caída de una mujer adulta el día de la inauguración y la de una niña, el martes, son los dos incidentes que reportan los vecinos, pero coinciden en que son los únicos hasta ahora. "El primer día fue más por la aglomeración, pero para eso hay gestores pendientes. Desde donde uno lo mire, esto es un beneficio para todos", manifestó Nancy Pérez.
Los niños se han concientizado, cree el gestor pedagógico, Brian Zuluaga. "Les explicamos y entre ellos se recuerdan las normas".
Cuando las encienden, el entusiasmo se refleja en los rostros de los vecinos. Daniel Sepúlveda, de 13 años, y Juan José Restrepo, de 10, consideraron que "tres horitas son muy poquito". El fin de semana, recordaron, llegaron a la zona varios turistas, "pero estaban apagadas. Que todas funcionaran de una vez habría sido mejor".
El balance hasta ahora, confirmó la gerente de la EDU, es positivo, pues todo hace parte del proceso normal de adaptación y de puesta en marcha de un sistema.
Aunque el momento es para "calmar la goma", Liliana Arenas que debe caminar desde la estación San Javier hasta Las Independencias, ya las utiliza, aunque sea solo la parte habilitada. "Me siento más contenta que aburrida por lo que falta. Es un gran proyecto para una comunidad que sube y baja".
Contexto
Una obra de impacto social
En las escaleras eléctricas, la Alcaldía de Medellín invirtió 10 mil millones de pesos y es una obra que les evitará a unos 12 mil beneficiados de la comuna 13 subir 350 escalones de cemento.
La longitud de los seis tramos dobles es de unos 180 metros y temas como el invierno, la instalación técnica y las aguas que se hallaron en la base de la estructura demoraron la obra.
Aunque aún no hay techo, las escaleras están diseñadas para la intemperie y con un sistema de ahorro de energía: si hay usuarios en ellas se activan.