En medio de debate por falsas VIP, Planeación presenta hoy metodología del concurso público para escoger curadores de Medellín para cinco años.
Los servidores que proveerán las cuatro curadurías urbanas de Medellín no solo deben cumplir las normas en el ejercicio de su actividad, sino que tienen que ser personas conceptualmente bien formadas respecto a la idea de ciudad para que no se repitan episodios como los que se discuten hoy con la expedición de licencias de construcción.
"Tienen que tener una formación urbana que les permita entender la ciudad que queremos y que aplique las normas con criterio", planteó el urbanista Luis Fernando Arbeláez Sierra, a propósito del concurso de méritos para conformar la lista de elegibles a curadores para el periodo 2013-2018.
El arquitecto y exconcejal recalcó que no basta un funcionario que revise el cumplimiento de la normatividad, pues por ello ha sido posible que los curadores den permisos amparados en ella, para edificios que están en lugares equivocados. "Planeación debe cambiar los criterios para calificar los curadores y adjudicar los puestos", dijo.
En la víspera de la presentación de la metodología del concurso público, el director del Departamento de Planeación, Jorge Pérez Jaramillo, notificó que para mejorar el trabajo en las curadurías, su despacho y el Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional harán una convocatoria abierta para todos los profesionales del país.
El urbanista Arbeláez Sierra consideró que en este debate parte de la culpa la tienen los curadores, y otra parte recae en la norma y la forma como el POT enfrenta el tema, por lo que se tienen que hacer ajustes en muchos lados. El concejal Bernardo Alejandro Guerra manifestó que su petición es que haya control y vigilancia al ejercicio de las curadurías, no sólo a los curadores sino a sus empleados.
"Situaciones aberrantes"
El corporado puso como ejemplo que hay situaciones "graves y aberrantes" en la Curaduría Cuarta, muy evidenciadas, como que si niegan un permiso en las otras, en esta lo solucionan.
En la Cuarta, sostuvo, se aprobó el 90 por ciento de los proyectos de falsas VIP y que anotó que existe una denuncia reciente de vecinos del edificio La Colina por la instalación de una bomba de gasolina en la parte inferior del Cerro Nutibara, donde hoy funciona un centro de diagnóstico. "Interpreta de manera distinta lo que otros han negado", afirmó Guerra Hoyos.
En respuesta, la curadora Cuarta, Gloria Inés Tobón, dijo que lo de resolver lo que rechazan en las otras, es una aseveración sin fundamento porque en la suya se aplican las mismas normas que en las demás.
En el caso concreto de clínicas de garaje, dijo que sólo se ha dado una licencia para un servicio médico en El Poblado a una que tuvo problemas, la apelaron y tuvo fallo favorable de los juzgados. "Lo único que se hace es cumplir la norma, no podemos interpretarla", declaró.
Por su parte, Claudia Hincapié, abogada de la Curaduría, señaló que por ubicación (Suramericana) a este despacho acceden las personas que tienen proyectos en los estratos más bajos, y por eso es la que más radica, no sólo VIP, pero todos no se licencian.
Con los últimos, dijo, no solo se aprobaron a unos pocos constructores, sino también a la EDU y al Isvimed, la mayoría en estratos 1, 2 y 3.
Con los estratos 4, 5 y 6, aseguró que fueron muy pocos, pero la norma lo permitía en uno de sus artículos. "Proyectos falsos no se otorgan, los que se aprueban están ajustados a derecho", dijo, y aseguró que hubo tres situaciones puntuales, una de ellas a un constructor hoy en proceso judicial por estafas masivas, al cual no se le aprobó ninguno, y otro que está en investigación.
EN DEFINITIVALa expectativa, según el urbanista Arbeláez Sierra, es que la adjudicación de los nuevos puestos sea "diferente", pero Guerra dijo que la mayoría lleva 15 años en los cargos.
Los servidores que proveerán las cuatro curadurías urbanas de Medellín no solo deben cumplir las normas en el ejercicio de su actividad, sino que tienen que ser personas conceptualmente bien formadas respecto a la idea de ciudad para que no se repitan episodios como los que se discuten hoy con la expedición de licencias de construcción.
"Tienen que tener una formación urbana que les permita entender la ciudad que queremos y que aplique las normas con criterio", planteó el urbanista Luis Fernando Arbeláez Sierra, a propósito del concurso de méritos para conformar la lista de elegibles a curadores para el periodo 2013-2018.
El arquitecto y exconcejal recalcó que no basta un funcionario que revise el cumplimiento de la normatividad, pues por ello ha sido posible que los curadores den permisos amparados en ella, para edificios que están en lugares equivocados. "Planeación debe cambiar los criterios para calificar los curadores y adjudicar los puestos", dijo.
En la víspera de la presentación de la metodología del concurso público, el director del Departamento de Planeación, Jorge Pérez Jaramillo, notificó que para mejorar el trabajo en las curadurías, su despacho y el Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional harán una convocatoria abierta para todos los profesionales del país.
El urbanista Arbeláez Sierra consideró que en este debate parte de la culpa la tienen los curadores, y otra parte recae en la norma y la forma como el POT enfrenta el tema, por lo que se tienen que hacer ajustes en muchos lados. El concejal Bernardo Alejandro Guerra manifestó que su petición es que haya control y vigilancia al ejercicio de las curadurías, no sólo a los curadores sino a sus empleados.
"Situaciones aberrantes"
El corporado puso como ejemplo que hay situaciones "graves y aberrantes" en la Curaduría Cuarta, muy evidenciadas, como que si niegan un permiso en las otras, en esta lo solucionan.
En la Cuarta, sostuvo, se aprobó el 90 por ciento de los proyectos de falsas VIP y que anotó que existe una denuncia reciente de vecinos del edificio La Colina por la instalación de una bomba de gasolina en la parte inferior del Cerro Nutibara, donde hoy funciona un centro de diagnóstico. "Interpreta de manera distinta lo que otros han negado", afirmó Guerra Hoyos.
En respuesta, la curadora Cuarta, Gloria Inés Tobón, dijo que lo de resolver lo que rechazan en las otras, es una aseveración sin fundamento porque en la suya se aplican las mismas normas que en las demás.
En el caso concreto de clínicas de garaje, dijo que sólo se ha dado una licencia para un servicio médico en El Poblado a una que tuvo problemas, la apelaron y tuvo fallo favorable de los juzgados. "Lo único que se hace es cumplir la norma, no podemos interpretarla", declaró.
Por su parte, Claudia Hincapié, abogada de la Curaduría, señaló que por ubicación (Suramericana) a este despacho acceden las personas que tienen proyectos en los estratos más bajos, y por eso es la que más radica, no sólo VIP, pero todos no se licencian.
Con los últimos, dijo, no solo se aprobaron a unos pocos constructores, sino también a la EDU y al Isvimed, la mayoría en estratos 1, 2 y 3.
Con los estratos 4, 5 y 6, aseguró que fueron muy pocos, pero la norma lo permitía en uno de sus artículos. "Proyectos falsos no se otorgan, los que se aprueban están ajustados a derecho", dijo, y aseguró que hubo tres situaciones puntuales, una de ellas a un constructor hoy en proceso judicial por estafas masivas, al cual no se le aprobó ninguno, y otro que está en investigación.
EN DEFINITIVALa expectativa, según el urbanista Arbeláez Sierra, es que la adjudicación de los nuevos puestos sea "diferente", pero Guerra dijo que la mayoría lleva 15 años en los cargos.