A Kevin Londoño y J. Pablo Cuero, ambos de 15 años, los vieron por última vez cerca de la estación San Javier del metro.
El domingo primero de septiembre, a las 9:00 p.m., fue la última vez que se tuvo noticia de Kevin Fernando Londoño Espinal y Juan Pablo Cuero Tenorio, dos adolescentes que vendían dulces en microbuses integrados a la estación San Javier del metro.
Ayer, con la voz quebrada por el llanto y la angustia, Eunice Espinal, madre de Kevin, contó que los jóvenes, ambos de 15 años, vivían en la comuna ocho (Villa Hermosa) y desde allí se desplazaban todos los días hasta la 13, donde trabajaban con ella en vehículos de servicio público.
"El sábado (31 de agosto) me expresaron que querían trabajar el domingo", dijo.
Al ver que no volvieron a casa esa noche de domingo, empezó el drama para las familias de los dos.
Al día siguiente, en la Fiscalía, Eunice instauró la denuncia por la desaparición de su hijo. "No pude hacerlo por Juan Pablo porque me dijeron que tenían que acudir sus familiares", apuntó.
Kevin vivía con su padre en el barrio Llanaditas y cursaba séptimo grado en un colegio de la zona. Sin embargo, la última semana de agosto dejó de asistir a clases y empezó a trabajar, pues su padre, quien padece una enfermedad renal, "no alcanzaba para los gastos", relató Eunice.
Juan Pablo, entretanto, no vivía con sus papás sino que llevaba una semana en casa de Eunice, en el barrio Villa Hermosa. "Lo conocí hace cuatro años. No estudia, pero ha sido juicioso. El martes anterior le ofrecí mi casa", comentó la mujer de 36 años, que tiene otros cuatro hijos. Aseguró que Kevin y Juan no tienen problemas con nadie "ni son viciosos. Kevin no sale ni a farriar (rumbear)".
Jorge Mejía, secretario de Gobierno y Derechos Humanos de Medellín, sostuvo ayer que las autoridades no tienen información sobre el paradero de los jóvenes.
"Manejamos dos variables: que sea un tema de violencia, pero sería raro porque al parecer los dos son sanos, o que haya sido por problemas intrafamiliares", dijo. Confirmó que se desaparecieron juntos; "son como parceritos".
"Nos subíamos a buses, de 2:00 p.m. a 8:00 p.m. Mi niño le cañó al papá que ese domingo se ganaría $50.000 y que le daría los pasajes para volver a la clínica", narró Eunice.
Y concluyó: "En la comuna 13 muchas veces pagan justos por pecadores; esa es mi gran preocupación, pero también son 'pelaos' que no tienen decisiones firmes y de locura se pudieron ir para otra ciudad"n
PARA SABER MÁS
SI SABE DE ELLOS, REPÓRTELO
La última vez que los vieron, Juan Pablo, que es trigueño, vestía mochos, zapatos y camisilla blancos y gorra negra. Y Kevin, pantalón azul desflecado y camisa morada. Es blanco y de pelo crespo. Si sabe de su paradero, llame al 4446677, de la Fiscalía, o al 3508400057, de la Unidad de D.H. de la Alcaldía.