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El espionaje policiaco destapó la trampa

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Un micrófono oculto en un carnet, interceptaciones telefónicas y testigos clave develaron la trama que llevó a la muerte de dos policías.
El informante "Arbey" estaba entre la espada y la pared: de un lado, la Policía Antinarcóticos sospechaba que había fraguado una traición mortal; del otro, la mafia lo tenía en la mira por considerarlo "un sapo".

Fue por eso que, en medio del nerviosismo, llamó a un amigo recluido en la cárcel de Barbosa, con la promesa de contarle todo y desahogarse, sin saber que la línea telefónica estaba interceptada.

Los investigadores estructuraron así una operación de espionaje, tendiente a descifrar la trampa que el pasado 12 de julio de 2012 terminó con la muerte de los subintendentes Franklin Moreno y Sergio Castro, integrantes de la Dirección Antinarcóticos que investigaban a la organización ilegal "la Oficina".

Los elementos probatorios, que terminaron en la medida de aseguramiento intracarcelaria contra cuatro sospechosos, fueron destapados por la Fiscalía 24 adscrita a la Unidad Nacional contra las Bandas Emergentes, en las audiencias de control de garantías.

La cita de "Arbey" con su socio se llevó a cabo el domingo 05/8/12. Mientras hacía los trámites de registro para acceder a los patios, un funcionario le entregó una tarjeta de visita, con la advertencia de que debía portarla en un lugar visible y no extraviarla, so pena de tener que pagar $20.000.

En el carnet iba oculto un micrófono de alta tecnología, que permitió a los agentes grabar a distancia la sombría confesión de "Arbey" a su amigo.

El informante relató que meses antes fue contactado por "Estiven", un antiguo amigo de la infancia, preso en la cárcel de Barranquilla. Le dijo que había una gente de Honduras ofreciendo $50 millones a quien les ayudara a ubicar a alias "Pichi" y "Barny", dos jefes de "la Oficina" que al parecer le debían dinero a su patrón.

"Arbey", residente en el nororiente de Medellín, accedió a colaborar y reunirse con los supuestos emisarios del patrón hondureño, ajeno al hecho de que se trataba de policías. Su contacto sería "Javier", el nombre clave que usó el subintendente Moreno para infiltrarse en la banda.

Tras una reunión en cercanías del C.C. El Diamante, acordaron verse a las 7:00 a.m. de aquel 12 de julio en la entrada del Jardín Botánico, para luego ir a una finca de Santa Rosa de Osos, donde al parecer pernoctaban los jefes buscados.

La Fiscalía sugiere que "Arbey" jugó en ambos bandos y les habría notificado a los de "la Oficina" la acción que se tramaba. Estos le habrían ordenado que debía entregarles a esos tipos para matarlos, lo que efectivamente sucedió.

Los testigos
Minutos antes del fatídico encuentro con el informante, las cámaras de dos establecimientos públicos grabaron los movimientos de un par de motociclistas, quienes daban vueltas a una estación de gasolina y entraron a un granero aledaño al Jardín.

De igual manera, dos patrulleros que hacían la ronda detuvieron un taxi sospechoso, que iba detrás de las motos. En el registro al conductor no le hallaron nada inusual y lo dejaron partir, ignorando lo que pronto ocurriría.

A las 7:20 a.m., un policía que había terminado su turno laboral en la comuna 13, pasaba por el lugar en un carro, justo cuando dos mercenarios descendieron de las motos y acribillaron a bala a los ocupantes de una camioneta Toyota Fortuner.

"¡Central, acaban de sicariar a una gente en el Jardín Botánico, estoy siguiendo a los sicarios, son dos motos XT 660, una tiene la placa tapada por un protector de zapato, termina en 5A, se acaban de perder por la plaza de Campo Valdés.", narró el policía en su llamada a la Línea 123.
Las interceptaciones y los relatos de testigos, derivaron en órdenes de captura contra Luis Carlos Vásquez Barrera, alias "Maní", quien al parecer era usado por la organización en casos de fleteo y homicidio, por ser un motociclista experto; Juan Pablo Álvarez Quintero, "el Gordo", conductor del taxi en el que, al parecer, transportaron las armas para el doble asesinato; y Luis Arbey Aguirre Gutiérrez, "Arbey", quien les habría señalado las víctimas a los sicarios.

La recompensa de "la Oficina" para este hombre fue más plomo. El 08/8/12 lo citaron a Girardota para entregarle unas "facturas", tal cual se oye en las grabaciones. Para la Fiscalía, ese encuentro era para pagarle el dinero por la delación de los policías.

Cuando llegó al sitio, "Arbey" fue atacado por un sujeto que descendió de un taxi. Gracias a su ágil reacción, sobrevivió con apenas un balazo en el antebrazo.

El supuesto jefe
Las interceptaciones arrojaron que "Maní" y "el Gordo" tenían un supuesto patrón: Juan Pablo Taborda Zamora, alias "Yordi", "el Gomelo" o "Mono".

Según el informe oficial de la Policía, él fue "autor intelectual de la muerte de los uniformados". Lo tildan de ser jefe de sicarios de "la Oficina" y la "Odín la Terraza" (Organización Delincuencial Integrada al Narcotráfico), con influencia en las comunas 3 y 4, al servicio de "Pichi" y "Barny".

La Fiscalía presentó audios que lo relacionan con la supuesta comisión de homicidios y extorsiones, entre ellos una conversación en la que su hermano "Tavo", que está en la cárcel, le da la dirección y el nombre de un ciudadano para cobrarle "una plata".

El pasado 6 de agosto fueron capturados "Maní", en Manrique, y "Yordi" y "el Gordo" en el parqueadero del Éxito de El Poblado.

Un suboficial de Antinarcóticos relató que "a Taborda lo capturamos en compañía de un médico, a quien consultaba porque hace tres años le dieron unos balazos que le comprometieron órganos digestivos".

En la audiencia, celebrada este jueves y viernes, la Fiscalía les imputó a "Maní" y a "el Gordo" las conductas de concierto para delinquir agravado, homicidio agravado y porte ilegal de armas de uso privativo de la Fuerza Pública; y a "Yordi", concierto para delinquir agravado. "Arbey" había sido detenido el pasado 10 de abril por tráfico de estupefacientes y recluido en la cárcel El Pedregal.

Ahora le imputaron homicidio agravado y porte ilegal de armas de uso privativo.

Ninguno de ellos aceptó la culpa, por lo que el proceso penal continúa con miras a la audiencia de acusación.

Golpes a la organización
Antes del presente operativo, la "Odín la Terraza" había sido golpeada con la captura de Édinson Rodolfo Rojas, nombre de pila de "Pichi".

Lo sorprendieron en una casa de Panamá (10/2/13), donde se dedicaba al culto de la santería para evadir a las autoridades.

El general José León Riaño, director de la Policía, dedicó el éxito de ese arresto a los subintendentes Castro y Moreno.

La práctica de la brujería le habría salvado la vida a "Yordi" el 29/12/12, cuando le dieron un balazo en un aparente atraco en el sector El Plan de Aranjuez. El proyectil le rozó la nuca y partió una cadena de oro "rezada" que siempre portaba, de acuerdo con los investigadores.

En las conversaciones interceptadas, se escucha cuando una mujer le reporta a "el Gordo" que "el 'Monito' está bien, gracias a mi Dios".

Dos días después fue asesinado un importante socio de esta estructura, en la masacre de nueve personas en Envigado: Jorge Pérez Marín, alias "Morro".

Durante las audiencias, los abogados defensores no apelaron las decisiones de la juez Primera Penal Municipal Ambulante de Antioquia, quien legalizó las capturas y les dictó a todos medida de aseguramiento en la cárcel. "Sin objeciones", decían.

Cada vez que la Fiscalía ponía las interceptaciones en los audioparlantes, "Arbey" clavaba más la cabeza entre sus piernas, y "Yordi" se tomaba el cabello, apoyado en una columna de la sala 34 del Palacio de Justicia.

El ente acusador manifestó que pronto le imputará otro asesinato, el del empleado bancario Elkin Vladimir Rivera (2008), por el cual ya está condenado a 16 años su patrón "Pichi".

Una Fiscalía de Bogotá también lo investiga por su presunta participación en el homicidio de Jorge Montoya Negrete (31/1/12), el gerente de Coopebombas, la firma de taxis más grande del país.

A "Maní" le espera otra próxima imputación, pues los elementos preliminares lo relacionan con el fleteo a un ciudadano, a quien le robaron $2 millones.

El futuro para estas personas es tan opaco como la brujería que antes los protegió, según sus creencias. En palabras de "Arbey", extraídas del diálogo espiado en la cárcel, "los patrones me dijeron que no me perdiera de vista".
EN UN MINUTO
ATRIBUYEN LA AUTORÍA A "LA OFICINA"

GENERAL LUIS A. PÉREZ ALVARÁN,
Director Antinarcóticos de la Policía.

En la investigación por la muerte de sus subalternos ya fue capturado alias "Pichi", pero la Fiscalía aún no le imputa esos homicidios. ¿En qué van las pesquisas?


"Hemos avanzado mucho, estamos fortaleciendo el acervo probatorio. No tenemos dudas de quién dio la orden ni de quiénes accionaron las armas".

¿Se ratifica en que esto fue obra de la organización criminal "la Oficina"?

"Claro que sí, totalmente".


EL IMPLICADO
INFORMANTE NEGÓ SEÑALAMIENTOS

ARBEY AGUIRRE GUTIÉRREZ
Alias "Arbey"

Tres horas después del doble homicidio de los subintendentes Castro y Moreno, "Arbey" fue citado a un interrogatorio en la estación policial de Candelaria. Allí alegó que no sabía que las víctimas eran policías, y que llegó tarde a la cita en el Jardín Botánico porque su hija se había enfermado.

Cuando "Estiven", que era informante de Antinarcóticos de vieja data, le preguntó que quién más sabía de la reunión, "Arbey" le contestó que solo ellos dos y "Ernesto", el hombre con quien iban a encontrarse en Santa Rosa de Osos para ver la supuesta finca de "Pichi".


EN DEFINITIVAConcierto para delinquir agravado, porte ilegal de armas de uso privativo de la Fuerza Pública y homicidio agravado son los delitos que los cuatro implicados negaron en el estrado judicial.

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