Fauna y flora en la zona inundable sufrirán afectación. EPM prevé compensación en 18.000 hectáreas.
Antes de quedar sumergidas bajo un espejo de agua de 3.800 hectáreas, alargado 79 kilómetros en el cauce del Cauca, las laderas comprendidas en el proyecto hidroeléctrico Ituango terminarán por parecerse a un desierto. Cinco años durará la transformación antes de que sean inundadas esas tierras. Animales y plantas deberán ser retiradas; sin embargo EPM se compromete con una compensación que supere este impacto.
En palabras más técnicas el biólogo Hernán Sánchez Cruz, profesional del Equipo de Gestión Ambiental de la Subgerencia de Sostenibilidad EPM Ituango, señala que para dar forma a la represa se debe adecuar el vaso del embalse. Para los animales el proceso comprende el ahuyentamiento, rescate y reubicación de la fauna silvestre; para las plantas el desmonte de la cobertura vegetal, el rescate y reubicación de plántulas y semillas y el establecimiento de áreas de compensación forestal.
Explica que la vegetación se debe remover para evitar la generación de gases de efecto invernadero y afectación de la calidad del agua embalsada por descomposición.
Según el experto, el que sea un proceso llevado a cabo durante cinco años hace menos traumático el impacto tanto en las 5.300 hectáreas que se necesitan para el embalse como en las 18.000 que conforman el área de protección a la cual se desplazará la fauna silvestre.
"Los individuos irán migrando pasivamente a estas zonas donde se establecen nuevos hábitats óptimos para ellos, aspecto que también garantiza que no haya una fuerte competitividad por territorios", anota.
Señala que hay estudios previos de diagnóstico, caracterización y establecimiento de sitios que garanticen que los animales que se reubicarán cuenten con los hábitats adecuados que permitan su supervivencia.
Agrega que "el diagnóstico implica conocer las especies que viven en estos sitios y cuál es el estado de sus poblaciones", entre otros aspectos. Confía en saber con base en los estudios cuáles son las especies vulnerables o que están en algún grado de peligro, para hacer mayor énfasis en su protección.
El plan de manejo ambiental, aprobado como parte integral de la licencia ambiental otorgada mediante Resolución 0155 de enero de 2009, contempla dos programas, el de manejo y conservación de la vegetación y el de manejo de hábitats y organismos, que apuntan a proteger la flora y la fauna presentes en el área de influencia del proyecto.
Ante el innegable impacto ambiental que EPM está comprometido a mitigar, Sánchez considera preciso advertir que no toda el área afectada es de bosques. Anota que también hay cultivos, pastos, áreas degradadas y zonas de alta pendiente, que no pueden ser aprovechadas, así como bosques muy intervenidos.
Agrega que con la conformación de una zona protegida de 18.000 hectáreas de bosques, se busca que el costo que el proyecto implique para el medio ambiente no sea muy significativo. Incluso se refiere a un "enriquecimiento ecológico en estas zonas".
Sánchez destaca la construcción de un centro de atención de fauna en el área protegida del proyecto, que busca dar atención primaria a las especies que puedan ser afectadas en los procesos constructivos.
Aunque la preocupación por el impacto ambiental ha sido uno de los reparos que ha llevado a organizaciones como Ríos Vivos a oponerse al proyecto, expertos como el diputado Edinson Muñoz Ciro, biólogo y magister en Bosques y Conservación Ambiental, advierten que la mayor afectación -y por ello motivo de polémica- tiene que ver con aspectos sociales y económicos de los pobladores dedicados a la minería artesanal (ver columna de análisis).
Para el diputado, el debate sobre las compensaciones económicas, pese a que estas pasan por un proceso concertado en el cual también tiene representación la comunidad, ha sido motivo de controversia, más que la afectación al medioambiente.
Sobre este punto el alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria, percibe "intereses oscuros entre quienes quieren manipular a personas de la región". Recientemente el mandatario llamó a la Agencia Nacional de Licencias Ambientales para que no se convierta en cuello de botella del proyecto: "Hay que ser más efectivos en la gestión. No se puede frenar el desarrollo", dijo.
¿QUÉ SIGUE?
LA DESVIACIÓN DEL RÍO CAUCA
Desde enero de 2014, está prevista la desviación del río Cauca por dos ductos de un kilómetro de longitud que pasan entre las montañas de Briceño. Con el lecho seco, iniciará la construcción de la presa, de 225 metros de altura y un volumen de 20 millones de metros cúbicos.
El comienzo de la operación de generación de energía en su primera etapa, tiene como meta el 2018, con una capacidad inicial de 1.200 Megavatios. La segunda etapa está prevista para operar en 2022 con otros 1.200 Megavatios.
ANTECEDENTES
AVANCE DE OBRAS EN VARIOS FRENTES
De las obras del proyecto se han adelantado excavaciones (los túneles de desviación ya llegaron al 80 por ciento). La casa de máquinas es la estructura más adelantada, así como las vías de acceso a las obras principales. También están adelantadas las obras de los campamentos que tendrán capacidad para el personal técnico.
ANÁLISIS
Críticas son por aspectos sociales y económicos
EDINSON MUÑOZ CIRO
Diputado, Magister en Bosques y Conservación Ambiental ,
El represamiento va a incrementar la humedad relativa, lo que se asocia con mayores lluvias. Pero puede considerarse algo positivo en una región seca. En cuanto a la pesca, las represas son obstáculo para las migraciones o subiendas, pero en este caso el impacto va a ser mínimo, puesto que aguas arriba y aguas abajo hay zonas de alta torrencialidad que ya cortan el flujo migratorio.
En términos de flora, la represa va a afectar de manera directa los terrenos que se van a inundar. Lo positivo es que van a compensar con la creación de un área de reserva de 18.000 hectáreas, con criterios de conectividad ecológica entre el Parque Nacional Paramillo y el páramo de Belmira. Y en cuanto a la fauna, todos estos proyectos siempre contemplan un inventario detallado y rescate de fauna.
Los reparos de los opositores han estado en aspectos socioeconómicos, relacionados con la minería artesanal y la extracción de arenas. Quienes se dedican a esta actividad no están de acuerdo con la compensación.
En oposición está el movimiento Ríos Vivos, que agrupa diversas asociaciones, pero también hay asociaciones comunitarias que apoyan el proyecto, porque se trata de una zona históricamente marginada y golpeada por la violencia, con altos índices de pobreza y exclusión.
EN DEFINITIVAAl frente del proyecto hidroeléctrico Ituango, EPM prevé estrategias para mitigar y compensar el impacto ambiental. El área inundable será talada y los animales ahuyentados y rescatados.