Hay sectores que superan hasta en 10 decibeles lo establecido por la norma, según su uso del suelo. Medellín está pasada de bulla, aseguran investigadores y habitantes.
Desde uno de los miradores del Parque Arví, en Santa Elena, se siente un fuerte sonido, como de turbinas que se encienden. No se trata de un avión, explica Roberto Iral , habitante de la zona: "Así suena la ciudad".
Medellín es ruidosa. No solo lo dicen los investigadores, sino los que caminan por un rato por las calles más congestionadas. En la ciudad, hay niveles de ruido promedio de 72 decibeles en el día y de 68 en la noche, según el estudio Metodología de elaboración de mapas acústicos como herramienta de gestión del ruido urbano, hecho por docentes del Politécnico Jaime Isaza y la Universidad Nacional.
De acuerdo con el uso del sector, si es residencial, comercial o industrial, existen estándares máximos por ley, que pueden ir desde los 50 hasta los 80 decibeles permitidos. Hay sectores residenciales, cuenta Odila Ríos , asesora de mapas de ruido, en los que se permiten hasta 65 en el día y se encuentran entre 75 y 80. "Que se pase en dos o tres decibeles, pero a veces hallamos diferencias de hasta 10, con respecto a lo permitido".
En el Valle de Aburrá, afirma Alejandro González , subdirector ambiental del Área Metropolitana, en el tema de ruido se tienen identificados unos corredores que presentan alto conflicto entre los usos residenciales y los usos de comercio y diversión: la 33, la parte baja de Las Palmas, el Bulevar de Castilla, la zona del Lleras y, en general, los parques principales de los municipios vecinos a Medellín.
En la noche, al sector residencial, le están permitidos los 55 decibeles, pero en algunos ya confluyen también negocios, y la medición de un establecimiento que no esté insonorizado y que tenga música en vivo o alto volumen, por ejemplo, puede alcanzar entre 60 y 90 decibeles.
Aunque a agosto de 2011, 350 establecimientos públicos ya cumplían estrictamente con la norma y los comerciantes hacen esfuerzos, aún el 95 por ciento de las quejas de la gente se dan por ruido en negocios abiertos al público. "Sí ha habido mejorías, pero también se presenta que en estas zonas críticas se incumple en mayor medida".
Mauricio Facio Lince , secretario de Gobierno, expresa que a ese tema se le hace seguimiento a través del programa Rumba Segura.
El tráfico y ¡qué estrés
En un sondeo realizado por redes sociales siete personas coincidieron en que el ruido en el Centro es el más estresante y notorio. Sin embargo, la situación de este sector y de otros cruces viales de alto tráfico vehicular afectan especialmente a vendedores ambulantes y a transeúntes, porque su uso no es prioritariamente residencial, confirman desde el Área Metropolitana.
Ni siquiera con medidas como el pico y placa se siente una diferencia tan marcada en la contaminación por ruido, como lo asegura un estudio que se publicará pronto de investigadores del Politécnico y de la Nacional: en promedio la diferencia de niveles de ruido en las horas de pico y placa, con respecto a las demás, no supera los dos decibeles.
CONSECUENCIAS
UN TEMA DE QUEJAS Y CONTROLES
1. 70 por ciento de los establecimientos que se miden por primera vez no cumplen la norma de emisión de ruido.
2. Un habitante inconforme con el ruido debe presentar su queja ante la inspección y el Área Metropolitana hace la medición.
3. Algunas recomendaciones para bajar niveles de ruido: dividir el flujo vehicular y ejercer mayor control a los negocios.
4. Por ejemplo, se dan permisos a muchos negocios que generan ruido en un mismo sector, considera Odila Ríos.