Cirugías realizadas sin las debidas condiciones ponen en riesgo el Cluster de la Salud. Minsalud busca el tatequieto.
Con todas las señas del caso, incluidos los horarios en que opera, la dirección exacta y hasta quiénes son sus cómplices, un ciudadano denuncia ante la Personería de Medellín la sospechosa práctica de un cirujano estético que utiliza un sencillo local en El Poblado para hacer sus intervenciones.
"Allí, en forma misteriosa, sospechosa y sin personal que lo asista y sin los mínimos elementos para utilizar en caso de emergencia, realiza diariamente intervenciones de todo tipo, poniendo en riesgo la vida de las personas".
Una víctima fue su propia esposa, a quien le hizo una reducción de papada y templada o hilos en la parte de la cara con el fin de mejorar su apariencia, pero el efecto fue el contrario: la dama quedó con cicatrices, "mal corte y mala apariencia entre otros detalles no gratos", se queja el ciudadano, que canceló por la intervención 1'500.000 pesos.
Otra señora le envía al concejal Bernardo Alejandro Guerra una carta en la que denuncia a un cirujano que utiliza un apartamento de El Poblado como consultorio para practicar cirugías entre las 6:00 y las 9:30 a.m., llegando a afectar al mismo edificio, cuyas alcantarillas se obstruyen con la grasa extraída a las pacientes.
Afirma la señora que cuando va a ser demandado por las pacientes por malos procedimientos, el supuesto galeno las indemniza con sumas de hasta 10'000.000 de pesos y así queda limpio ante las autoridades y sigue su práctica.
Los últimos años han sido prolíficos en denuncias de este tipo, pero también amplios en impunidad, pues de más de 40 quejas instauradas ante el Tribunal de Ética Médica y 113 denuncias en la Fiscalía, no hay una sola sanción ni una condena, confirmó el Personero, Rodrigo Ardila Vargas, en una sesión del Concejo.
"Abundan las intervenciones estéticas practicadas en residencias o fincas, con la dificultad del control que para las autoridades implica el hecho de que se lleven a cabo en propiedades privadas, a los que sólo se puede ingresar valiéndose de órdenes judiciales", admitió Martha Cecilia Lopera, funcionaria de la Dirección Seccional de Salud de Antioquia, que tiene la potestad para ejercer control sobre los establecimientos de salud.
Llegó el tatequieto
Pues bien, la dicha a quienes ofrecen cirugías y servicios de salud sin las mínimas garantías puede llegar a su fin al término de un año gracias a una directriz del Ministerio de Salud, que ordenó a todo centro que practique cirugías estéticas o plásticas incluir sala de hospitalización y tener todos los elementos médicos y quirúrgicos necesarios para garantizar buena atención.
"Hay que aclarar que aún en los mejores hospitales de Nueva York, cualquier cirugía plástica o estética tiene riesgos, pero lo que sí es cierto es que mientras mejor sea el hospital y más pericia y estudios tenga el especialista, el riesgo es menor", afirma el concejal y médico Fabio Rivera.
Eduardo Vargas Martínez, gerente de la Promotora Médica Las Américas, había denunciado en este diario que las malas cirugías estéticas y plásticas hechas en clínicas llamadas de garaje le causan un gran daño a la buena imagen que los servicios de salud tienen en el país y el exterior.
"El Gobierno debe acabar de reglamentar la atención en clínicas de garaje, que no tienen la capacidad para atender en forma óptima a un paciente", expresó el directivo.
Fabio Rivera coincide con él: "Cuando se hacen cirugías plásticas en centros médicos no aptos eso genera mala imagen de la ciudad, le pega al Clúster de la Salud".
Su colega Bernardo Guerra opina en el mismo sentido: "Hace 5 años lo hemos expresado en el Concejo, el daño que le hace a la ciudad es muy grave, la ruta negra de la salud atenta contra la ruta blanca, que ha hecho inversiones superiores al billón de pesos en diferentes hospitales y clínicas de cuarto nivel, en infraestructuras de altísima calidad mientras estos bandidos operan en apartamentos y fincas sin ningún control efectivo".
Hay más dientes
Aunque la nueva reglamentación da un plazo de un año a las clínicas y centros estéticos que no cuentan con unidad de hospitalización ni todos los elementos técnicos y humanos para ajustarse a las nuevas exigencias, Guerra se pregunta: "¿Y mientras pasa un año qué sucede?... hoy siguen operando en casas, un cirujano de El Poblado obstruyó la alcantarilla con grasa humana y lo denunciaron los vecinos, pero sigue la total impunidad ante esta red criminal que hay en Medellín", alerta Guerra.
Pero la Dirección de Salud aclara que los nuevos centros que se monten deben cumplir con las nuevas exigencias.
"A partir de la fecha, todo nuevo prestador que pretenda habilitar ese servicio tiene ya la condición. Los que ofrecen este tipo de servicios tienen que ir ante nosotros y nosotros hacemos una visita".
Con la nueva norma, quien haga operaciones en un apartamento viola la ley: "El que no quiere cumplir la ley y va a esconderse en cualquier sitio a hacer cochinadas, es responsable ante la sociedad", advierte Héctor Restrepo, director de Calidad y Prestación de Servicios de la Dirección Seccional de Salud.
Y aclara que la exigencia no es solo de una habitación para hospitalización. Significa tener camas, monitores, recurso humano suficiente, como enfermeras, auxiliares, médicos que monitoreen y hagan seguimiento al paciente después del procedimiento.
Hay que recordar que varias de las pacientes fallecidas en estos procedimientos han sido enviadas a sus casas momentos después de las intervenciones y sus familiares han denunciado falta de atención post cirugía (recuérdese el caso de la odontóloga Tatiana Posada, cuyo proceso sigue sin resolverse en la Fiscalía).
Hace unos dos meses, la Secretaría de Salud de Medellín inició una campaña para prevenir que muchas mujeres, con pocos recursos económicos, acudan a estas clínicas y centros estéticos a practicarse cirugías invasivas o procedimientos estéticos bajo la premisa de sospechar de las gangas y promociones. ¿Se puede ofrecer un procedimiento que cuesta 800.000 pesos en 150.000?
Como esto pasa en la ciudad, hay que frenarlo.
"La campaña ha sido exitosa, por lo menos ya las pacientes llaman, indagan e investigan mejor sobre dónde es que se van a operar", comenta Gabriel Jaime Guarín, titular de la Secretaría.
En su opinión, es difícil medir el impacto que las malas cirugías hechas en estos centros clandestinos o sin las debidas condiciones le causan al proyecto de internacionalización de los servicios de la salud, al Clúster y a la imagen que la ciudad tiene.
"Cuando uno mira las estadísticas, el número de pacientes que vienen a Medellín a las instituciones del Clúster, ve que vienen en aumento: en 2010, vinieron 3.400 pacientes; en 2011 llegaron 3.593 y en 2012 fueron 5.072".
Es decir, de 2010 a 2012, hubo un incremento del 41 por ciento. Aclara que 30 por ciento de estos pacientes reciben procedimientos estéticos.
Sin embargo, Guarín admite que "cualquier falla en procedimientos que se hacen en sitios ilegales o inadecuados puede generar que la imagen de las instituciones se afecte y se opte por otra opción".
Y añade: "En teoría la hipótesis es cierta, pero en la práctica no".
Guarín celebra que la nueva legislación garantizará que todas las cirugías en la ciudad se hagan sin riesgo, "con profesionales, equipos y centros adecuados y con las complejidades pertinentes".
DICEN DE...
UN CENTRO QUE LEVANTA SOSPECHAS
La denuncia que llegó a la Personería y de la cual obtuvimos una copia exclusiva señala que el "médico" que practica cirugías en un centro estético de pésimas condiciones en El Poblado, "carece de identificación en el exterior, no aparece en el catálogo de los cirujanos autorizados por el gremio correspondiente y presumo que no tiene los estudios que avalen la especialidad para realizar intervenciones quirúrgicas", afirma el denunciante. Además de que realiza las operaciones sólo entre las 8:00 y las 10:00 a.m. -dice la denuncia-, "el ingreso es restringido desde un comienzo, tienen control de su acceso desde la puerta interna". Es el mismo lugar que ofrece promociones, algo no común en los hospitales ajustados a la normatividad.
LA MICROHISTORIA
UNA HOLANDESA DISPARÓ LAS ALARMAS
El pasado 2 de mayo, la muerte de una ciudadana holandesa fue un nuevo detonante por la mala práctica de cirugías estéticas en la ciudad. La señora, de nombre Sheranie Valentine Nelson, de 28 años, oriunda de Paramaribo, Surinam, fue intervenida en un centro médico cuyo nombre se mantuvo en reserva por las autoridades. La dama presentó complicaciones de salud y fue remitida el 2 de mayo a la clínica Soma, donde falleció al sufrir un paro cardiorrespiratorio, confirmó el director médico, Juan Carlos Aguirre. Ella se practicó mamoplastia, abdominoplastia y liposucción y estuvo sin identificar por sus familiares en Medicina Legal. Ese mismo mes, luego de intervenciones, fallecieron Olga Lucía Colorado, de 44 años, y Berta Arroyo, de 43.
En definitiva
Aunque hay un año de plazo para ajustarse a la normatividad, los centros estéticos de garaje tenderán a desaparecer, pues de no hacerlo incurrirán en delitos por violación a normas de salud.