Mientras la ciudad es catalogada por publicaciones extranjeras como sitio ideal para vivir los años de retiro, sus pensionados locales apenas sobreviven. Realidad y contraste.
Los pensionados llegan al parque con las palomas aunque no tienen afán. En silencio se sienta cada uno en la banca preferida, que de un saludo en otro se llena de viejos conocidos; compañeros en el oficio de ver pasar la vida en frente, de contar historias y compartir opiniones puliendo día tras día el mueble con el paño que llevan puesto, para muchos, uno de los que usaron en su vida de labores.
Cada parque tiene su paisaje. Gente que va de paso todos los días por los senderos, bajo los árboles, que cruza junto a la fuente y se pierde. En muchos, hay entradas y salidas de misa y vendedores ambulantes cargados de algodones de azúcar, dulces, tinto y cigarrillos, copitos de nieve...
En este, el parque Bolívar, la silueta afeminada de un travesti en vestido muy corto pasa y repasa frente a las miradas de pájaro a lo largo de la banca. Uno de los viejos, despliega el periódico; es de ayer pero no importa, todavía le quedan casillas libres al crucigrama en las páginas centrales.
De clima increíble
-Yo hablo con mi familia, en Estados Unidos y yo explico cómo es la clima en Medellín y me dicen: es increíble -Hace seis años, Kent vive en la ciudad y aún no pierde el acento-. A veces yo tengo mis sospechas, que ellos creo que yo soy un poco mentiroso.
Es un estadounidense de sesenta y tantos años -prefiere que no se difunda su nombre completo, solo aquel con el que lo conocen sus amigos- que en 2001 se pensionó luego de trabajar para el Gobierno de su país y echó a recorrer Suramérica y el Caribe. Se asentó cuando llegó a Colombia y conoció Medellín.
-¿Por qué se vino a Colombia?
-Cuando en 2001 tomar mi pensión me siento muy aburrido en la casa porque siempre estaba yo trabajo y trabajo y trabajo.
En seis años sumó más de 20 viajes por Suramérica y el Caribe. Conoció Medellín en 2006, se quedó diez días, se fue a Estados Unidos y a los pocos meses volvió para quedarse.
-Yo hablo con mis amigos y les digo yo no quiero buscar más otro lugar para vivir -cuenta-. Para mí Colombia es lo último ¿cómo puedo yo encontrar mejor? -Se cuida de no hablar mal de otras ciudades, pero deja saber que para él Medellín es lo mejor.
Sin la tortura del frío que en el invierno pasa de los 20 grados bajo cero en el norte de los Estados Unidos, donde aún tiene su casa y familiares, liberado también del calor que lo agobió en Cartagena, las Bahamas y varios destinos de "la central América", a Kent le gusta ir a pescar y andar en moto con los amigos que tiene en Medellín.
Paraíso muy recomendado
En oposición al panorama que viven la mayoría de los adultos mayores en la ciudad, entre quienes están los pensionados locales, en el extranjero Medellín se consolida como un paraíso para gozar los años de retiro.
Kathleen Peddicord, columnista de The Huffington Post, considerado el diario online más leído en Estados Unidos, destaca los atractivos de Medellín para los jubilados norteamericanos.
La describe como una ciudad sosegada. El clima, el costo de vida y de la propiedad raíz, y la eficiencia en los servicios de salud son algunas de las bondades que expone después de conocer Medellín hace tres años. La poca difusión del inglés entre la población y los altos impuestos son reparos que hace.
"Se puede comprar en El Poblado, considerado como el mejor lugar de la ciudad, por tan solo 1.200 dólares por metro cuadrado (alrededor de 2,4 millones de pesos)" -se refiere a la vivienda usada-. "En barrios menos céntricos, se puede comprar por menos", agrega.
The Huffington Post no es la única publicación que propone a Medellín entre los paraísos para vivir la jubilación. La editorial Kipling, especializada en consejos para finanzas personales y predicción empresarial, con sede en Washington, ubica a la ciudad al tope del listado de los ocho mejores destinos para vivir el retiro.
Sustenta su recomendación en el clima, la cercanía a un aeropuerto internacional con vuelos directos a Miami y Fort Lauderdale, en Florida; acceso a servicios de salud; costo de vida (señala que una pareja de norteamericanos puede vivir con comodidad con 1.500 dólares al mes -algo así como tres millones de pesos-), y la transformación urbana.
Difícil perspectiva
Hoy por hoy, uno de cada cuatro adultos mayores en Colombia cuenta con una pensión. Según estudios recientes del Banco de la República, por cada 100 trabajadores que ingresaron al mercado laboral en el 2007 solo 12 lograrán una pensión, luego de cotizar durante 1.300 semanas, que equivalen a 25 años.
El gerente regional del banco, Hugo López Castaño, destaca que entre quienes comenzaron su vida laboral hace seis años, las posiblidades más grandes de jubilarse las tienen los trabajadores con educación completa, de los cuales lo lograrán 16 por cada 100. Para los demás, la expectativa de pensionarse es del 4 por ciento.
Héctor Vásquez Fernández, Investigador de la Escuela Nacional Sindical, señala que los cinco millones de adultos mayores que se estima hay en el país, el 25 por ciento cuentan con una pensión, mientras que los demás viven de la renta, si la tienen, de la solidaridad de la familia y auxilios del Estado, que también son precarios.
Agrega que el 80 por ciento de los pensionados sobrevive con una mesada inferior a dos salarios mínimos, menos de 1'179.000 pesos.
En el futuro considera que la situación tiende a empeorar, siguiendo la tendencia mundial de aumento de la edad pensional, las semanas de cotización y disminución de la mesada. Recuerda que en 1993 se incrementó la edad mínima de pensión, pasando los hombres de 60 a 62 años y las mujeres de 55 a 57 años. En 2005 rebajaron las mesadas, que eran hasta del 90 por ciento del ingreso base de cotización y hoy están entre el 55 y 80 por ciento.
Vulnerabilidad, discriminación y desatención de las necesidades básicas de los adultos mayores han sido expuestas por concejales de Medellín como Carlos Bayer y Jesús Aníbal Echeverry, entre otros.
Que lo esperen en Miami
Entre los amigos de la banca del parque, varios ni siquiera alcanzaron la pensión. entre ellos Alberto, se queja porque trabajó toda la vida "al contrato".
Otro compañero a su lado lleva 15 años pensionado. Trabajó para el Ministerio de Justicia. Vive cerca y viene casi a diario a leer, a tomar tinto y a conversar.
-Hacen pésimo negocio los extranjeros pensionados que se vienen a vivir aquí -es parco en su sentencia, mientras piensa que si pudiera se iría a vivir a Miami a disfrutar de su retiro.
-¿Se aburrió de no tener que ir más a trabajar?
-Yo me salí porque ya me tocaba, lo hice a conciencia, no me dolió. A los que les hace falta trabajar, a los dos o tres días están amañados sin tener que madrugar.
La experiencia le ha enseñado que es necesario saber administrar la pensión "a un pensionado del mínimo no le alcanza ni para la comida", dice con aire de conocedor, entrecerrando los ojos tras los lentes.
-Puede venirse de Somalia y hace mal negocio. Aquí no hay sino vicio, prostitución, atracos, secuestros y homicidios -al gringo también le tiene su mensaje-: mejor que me espere por allá y yo me voy.
PREGUNTAS
HÉCTOR VÁSQUEZ - INVESTIGADOR ENS
¿Cuál es la situación del pensionado en el país?
La situación del pensionado en el país es muy difícil. La informalidad predomina; de cada 100 trabajadores, 68 están en la economía informal, no están afiliados a salud ni a pensiones ni a riesgos profesionales. Existen sistemas de contratación que no aseguran ninguna estabilidad. El Banco de la República señala que de cada 100 empleos, 54 terminan en menos de un año.
EN LA BALANZA
IMÁGENES ENCONTRADAS
Positivo
A un pensionado extranjero se le hace cómodo el costo de la vida y de las propiedades en Medellín. Se asientan en el sector de la ciudad que más les llama la atención. En la ciudad encuentran la alegría y calidez de la gente con que muchos no cuentan en sus países de origen.
Negativo
Los pensionados locales, por lo general, viven con muchas limitaciones, aunque encuentran amigos y la manera de pasar el tiempo, se quejan de la atención por parte del sistema de salud. Las expectativas para pensionarse en el futuro son cada vez menores y con mesadas disminuidas.
En definitiva
Mientras publicaciones extranjeras destacan a Medellín entre las mejores ciudades para vivir como jubilados, la perspectiva es diferente para pensionados locales.