En la Universidad Nacional descubrieron que de los desechos de cultivos de hongos se puede hacer este producto, de alto impacto ambiental.
Estudiantes investigadores de último semestre de Ingeniería de la Universidad Nacional no pensaron que el proyecto que desarrollaron para una materia de la carrera fuera a tener tanto éxito y causará interés más allá de sus aulas.
Se propusieron, como requisito de materias, crear un icopor biodegradable, idea que surgió, según Yonier Barrera, de una necesidad por la amplia utilización que tiene este material.
El impacto ambiental del proyecto frente a los resultados que se pueden obtener con este producto, fue quizás el motivo que hizo que fuera tan reconocido.
Según Yonier el icopor tiene varias utilidades y propiedades y según la aplicación que se quiera se busca el nivel de resistencia.
"Por ejemplo para los constructores el icopor es muy bueno porque se demora muchos años en biodegradarse", explica Yonier.
Sin embargo, para la aplicación que buscaban con el Icoplan, nombre que le dieron al producto que crearon, para el embalaje, no lo necesitaban tan resistente, por el contrario que fuera de rápida biodegradación.
Además, afirma Yonier, es un producto económico que no requiere de mucho gasto de energía y los materiales son de un mínimo costo.
1. PRIMER INTENTO FUE CON LOS HONGOS
El primer ensayo no fue con las unidades de abandono (desechos de los cultivos de hongo), sino con los hongos y para el empaque de alimentos, pero después de ver que para poder empacar las comidas se le debía hacer otro proceso para cumplir con la normatividad que se exige en la manipulación de alimentos, un recubrimiento que salía más costoso por lo que decidieron desechar la idea .
Fue en la sede La Salada del Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), en el municipio de Caldas, que descubrieron que los residuos que se utilizan para los sembrados de hongos, tales como aserrín, pasto, hojas de plátano, desechos de café, entre otros, se compactan una vez mezclados con el micelio, semilla que hace que se reproduzcan.
Además, los investigadores, estudiantes de ingeniería, Andrés Felipe Trujillo (sistemas), Jhony Upegui Álvarez, (Civil), Juan Esteban Rendón (Mecánica), Laura Soto Sierra (Industrial), Lina Marcela Monsalve Higuita (Sistemas) y Yoiner ( Mecánica), se dieron cuenta de que estos tienen una cualidad de ensamble que permite generar un elemento similar al icopor.
2. BENEFICIO ES TAMBIÉN PARA CULTIVADORES
La primera etapa del proceso es la recolección de la unidad de abandono (el desecho) que queda de los cultivos de hongos comestibles como el Orellana, ganoderma y shiitake. Para Yonier este proceso también beneficia a los cultivadores, pues es un material, que aunque se degrada rápido, ocupa mucho espacio necesario para la siembra.
Luego se hace un almacenamiento aislado debido a que los hongos tienen esporas y de ahí se hace un proceso de estandarización de tamaño con una prensa hidráulica y con unos moldes con resistencia para calentar y matar las esporas.
"Hicimos varios ensayos y la temperatura a la que ya mueren las esporas es de cerca de 90 grados", expresa Yonier.
Luego de tener el material seleccionado, se utiliza otra máquina manual para lograr la forma de los embalajes que optaron por utilizar, entre otros, para vasos, velas, botellas de vino y otros accesorios de ese estilo. Se finaliza con el horneado y la evaporación del producto, que ayuda a eliminar toda la humedad para poder hacer la distribución final del icopor.
La iniciativa de los alumnos es amigable con el entorno, pues además de reciclar el material de los cultivos de hongos, este tiene una vida útil entre 6 y 12 meses después de su procesamiento, sin ninguna complicación ambiental. Al concluirse este ciclo, el producto se puede botar en un lugar natural y se degrada sin afectar el medio ambiente
3. EN ESTADOS UNIDOS SE PRODUCE CON HONGOS
Ecocradle es una empresa norteamericana que produce bio-icopor para embalaje en su planta en Estados Unidos, para suministrarles a otras compañías de tecnología como Dell. Además, otro tipo de empaques para productos de decoración y otros de consumo masivo.
"Esta empresa también trabaja con hongos, cultivándolos en moldes hasta formar el producto. A partir de esta empresa surgió la idea de Icoplan", Manifestó Yonier.
Además, existe un proyecto, entre el Instituto de Investigaciones Tecnológicas de la Universidad Nacional y Asocolflores, para transformar en material biodegradable parecido al icopor, cerca de 1.700 toneladas de residuos vegetales que anualmente genera la industria floricultora en el país. Estos desechos podrán tener múltiples usos, inclusive como artículos decorativos.
¿CÓMO FUNCIONA?
FORMA DE PRODUCCIÓN
Se obtiene el desecho de los hongos, se lleva a la planta para la esterilización, procurándoles dimensiones según el peso de la unidad. Mediante un montaje de una prensa con moldes se procede a darle forma la unidad en abandono.
Con el fin de darle consistencia, eliminar la humedad y las esporas persistentes, se lleva el producto en proceso a un horno de gas a 110 grados centígrados por 10 minutos. Los residuos del moldeado obtenidos se recolectan y se les da forma de cubos con el fin de convertirlos en "cacahuates" de embalaje. Luego de que se dio forma final al micelio, se procede al almacenamiento.
Cifras
32%
de la basura producida en Colombia recibe una disposición final adecuada.
1.700
toneladas de residuos vegetales al año genera la industria floricultora.