El barrio Ocho de Marzo es el más chiquito de Medellín. En este rincón del oriente viven 2.426 personas en menos de seis hectáreas. En cambio Tenche, al pie del cerro Nutibara, son 23 hectáreas con solo 28 pobladores.
Si la gente se organizara de a 28 en esta urbe de dos millones 400 mil habitantes, no serían 249 barrios sino 85.714.
Al final de 2011 la Alcaldía, con apoyo del Dane, publicó un documento en el que indicó que Moravia es el barrio más poblado, con 39.488 residentes, y en Tenche, el más solito, eran 57 en 2005 y serían 15 en 2015.
Pero en esta esquina de la comuna de Guayabal, entre las carreras 53 y 65 y las calles 30 y 30A, no están tan anchos. Los acompañan los chirridos de las fábricas que llegaron desde los 70, los pitos de los buses, las rancheras de las tiendas y el olvido de los vecinos, de los que se fueron y los que nunca estuvieron.
Quedan los Restrepo, los Álvarez, los Correa y los Ángel. La pasan felices porque al centro van caminando en 40 minutos y tienen a la mano rutas de Guayabal, Trinidad, Terminal y Belén, San Antonio de Prado, Itagüí, La Estrella y Caldas. Además, las estaciones Nutibara, del metroplús, e Industriales del metro.
Claro que el colegio, el mercado, el médico, la misa, la peluquería, la rumba..., los buscan en Nutibara o Trinidad.
Y si compran en otros lados, ¿cómo se sostienen sus comerciantes? "Esto se mueve por las empresas y por los que suben al Pueblito Paisa. Si fuera por los habitantes, esto estaría muerto", confiesa Jaime Zambrano, de la panadería Ricuras de la 30A.
El sector es apagado y relativamente pacífico. Eugenia Correa cuenta que su ambiente fue "muy maluco hasta el 74. Un taxista no lo traía a uno ni un bus paraba". Por ello les agradece a las empresas: "Coordinadora y Landers colaboran mucho con la vigilancia", al punto de que ahora, anota, "Trinidad y Tenche son los mejores barrios de Medellín porque no roban en las casas".
Dicen que en los 70 la mejor marihuana se vendía en sus calles. Y aunque algunos de los residentes lo negaron, Paula Álvarez, sobrina de Ercilda, sí reconoció que la fama la tuvo bien ganada.
Ya, nada de eso, "acá no hay plazas de vicio", sostienen todos. Y el capitán Diego Fernando Pinzón Poveda, comandante de la estación de Policía de Belén, que cubre también la comuna 15, Guayabal, lo confirma: "En el barrio hay vías principales y por allí patrulla mucho agente. Tenche es realmente tranquilo".
No tanto, comandante. Según datos del Instituto Nacional de Medicina Legal, en 2008 y 2010 no hubo homicidios en Tenche, pero en 2009 sucedieron cuatro y en 2011, dos; cifras dramáticas para un sector que en este periodo no ha tenido más de 36 habitantes.
Teniendo en cuenta la tranquilidad de la gente del barrio, los seis asesinatos habrían sido de forasteros. Sin embargo, esto no le resta gravedad al problema y evidencia que realmente necesita más acción de las autoridades.
Hijos del matadero
Las cuatro familias están desde mediados del siglo XX cuando, con el traslado del matadero, terminó la época grande del sector.
El 21 de mayo de 1891 lo instalaron donde hoy empatan la 30A y la 65. Y con él surgió la venta de morcilla, chorizo, sancocho, mondongo y gelatina de pata, entre otros comestibles.
Germán Suárez Escudero, miembro de la Academia Antioqueña de Historia, señala que Tenche comprendía desde la carrera 52 hasta la 69 y el centro era El Manjurrio (hoy, 30A con 66B), donde había cantinas, juego y celestinas.
De eso quedaron las casonas de tapia de la 30A con 69 y costumbres como las de los Ángel, que hasta hace poco tuvieron caballos, y los Restrepo, que crían cerdos y venden tamales, morcilla y empanadas.
Marina Restrepo ha pasado sus 56 años en estas calles y relata que su casa, la de puerta de comino crespo y adentro fresca por el frío de la tapia y el alto techo de guadua, la construyeron sus bisabuelos en 1819, luego de comprar el terreno con una moneda de oro.
Recuerda también a los gitanos que se asentaron hace 50 años donde hoy está Landers y se fueron en 1972.
Unos tres mil que montaron sus carpas en el barrio Santa María, de Itagüí, sí se quedaron hasta el 2003. En su reportaje Los gitanos de Santa María, publicado en el libro Medellín es así, el periodista Ricardo Aricapa detalla que eran de la tribu de los bolochoc, que de España viajaron a Venezuela y luego aterrizaron en Antioquia.
En estos días también se pasean los extranjeros por la 30A, pero de bermuda y mochila. Por la 30, en cambio, pasó el tranvía y ahora el metroplús.
La gente sale temprano a trabajar porque, curiosamente, no labora en fábricas de la zona.
Las empresas podrían aumentar, así como el éxodo de pobladores porque, si se agota el territorio residencial, se mengua el arraigo y, como lo explica la antropóloga Diana Duque, "no somos sin el territorio; construimos vida alrededor de él".
El Plan de Ordenamiento Territorial dice que en Tenche se debe desarrollar un plan parcial. Sin embargo, Alexandra Peláez, de Planeación municipal, señala que nadie ha mostrado interés en formularlo.
¿Y si hay plan? "No es que el barrio desaparezca", aclara la funcionaria. "Se busca optimizar la estructura predial, generar nuevos espacios públicos con equipamientos y una adecuada malla vial. Conservar la actividad industrial pero con otra disposición de predios, más pequeños y con mayor densidad constructiva".
Estos tecnicismos parecen no importarles a los habitantes. Ercilda Álvarez, de 71 años, es quien más tiempo lleva en Tenche. Vive tranquila y no se irá. "A mí me sacan pero con las patas pa' lante", sentencia.
La microhistoria
De la creciente salió el nombre
Hugo Bustillo Naranjo, estudioso de la historia de Medellín, detalla que a principios del siglo XX, tras una furiosa creciente de la quebrada Altavista, unos señores de apellido Montes que trabajaban en el matadero la compararon con el río Tenche, que nace en Santa Rosa de Osos y corre por Carolina del Príncipe, Guadalupe y Angostura, en el Norte de Antioquia. Así, sin querer, bautizaron el sector.
Los nutabes habitaron esa región del departamento y, con la palabra Tenche, expresaban la idea de río bonito o agua bonita.
A Tenche le tocaba el último día de la novena a Nuestra Señora de Belén. Luego de la procesión, los del matadero rezaban la Salve de los matarifes y se desbordaban en licor, pólvora y comida.
Protagonistas
Los 28 de Tenche
Los Restrepo: Marina, Nubia, Óscar, Jorge Iván, Marcos Aurelio, Héctor Mario, Hugo, Xiomar, Wilson, James y Juan Daniel.
Los Álvarez: Ercilda, Horacio, Inés, Alfonso, Magola, Sandra, Paula y Evely.
Los Correa: Luz, Eugenia, Berta, Manuel y Nohra.
Los Ángel: Édgar, María Elena, Fabiola y Byron.