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Al mar se le puede dar la pelea

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Expertos muestran causas de la erosión costera; en Arboletes se construyeron primeras obras.
La sentencia, aunque corta, expone lo que ha sucedido y vendrá en el golfo de Urabá: la costa antioqueña no tiene rocas para aguantar. Eso dice convencido Iván Correa Arango, investigador de Eafit.

Como el boom entre 1997 y 2000 cuando se construyeron sin soporte 99 obras de defensa, hoy los habitantes de la costa andan desesperados en la misma tarea de levantar espolones a cualquier precio.

En el margen de dos kilómetros al lado del litoral se asienta 60 por ciento de la población de la Unidad Ambiental Costera Darién, informa Vanesa Paredes, de Corpourabá.

A la fragilidad del litoral se suman factores naturales, climáticos y antropogénicos que cuecen una bomba de agua que amenaza una extensa zona.

No es mentira. Néstor Rangel, geólogo del Instituto de Investigaciones Marinas (Invemar) cita un aumento de los oleajes por el aumento de huracanes y tormentas en el Caribe. Ocurren mares de leva más continuos, de esos que acaban de hacer estragos en Turbo, "registrándose hasta cinco en un mes causando erosión severa".

El nivel del mar sube y ayuda al oleaje: 22 centímetros en los últimos 100 años, según Rangel, esperándose de 2 a 5 milímetros al año. El mareógrafo Cristóbal en Panamá, reporta Gladys Bernal de la Universidad Nacional, refiere 3 milímetros, ahí cerca al golfo.

Para el capitán Ricardo Molares Babra, director del Centro de Investigaciones Oceanográficas e Hidrográficas del Caribe (CIOH), el problema está en la interrelación entre la sedimentación y la erosión.

En esta el hombre tiene su papel. Jackeline Contreras Pérez, de la Secretaría del Medio Ambiente de Antioquia, enfatiza que esto es "consecuencia de la pérdida de cobertura de manglar para abrir potreros, de la expansión urbana acelerada y poco planificada a punta de terraceo, de la irresponsabilidad de la construcción de espolones individuales" y de la falta de control y vigilancia de la costa por los municipios.

Esas intervenciones han llevado a la falta de sedimentos para renovar playas. Escasean por "la falta de arenas debido a la formación del delta del río Sinú, las corrientes de la zona y el tipo de acantilados que solo aportan lodos", según Bernal.

El material extraído a los ríos también ha incidido.

En Punta Piedra (Turbo) los vecinos echan la culpa de la pérdida de playas al espolón en el Acuario central al norte.

"El que está más al sur lleva del bulto", expresa Correa Arango para explicar que quienes están más 'abajo' de los espolones reciben menos arena. Muchas de esas obras carecen de sentido porque no les está llegando sedimentos.

"La interrupción del transporte de sedimento para alimentar una playa en particular genera erosión en la aledaña", recuerda el Capitán.

La desviación del río Turbo hace cinco décadas y el canal que ayudó a destruir punta Arboletes fueron acciones humanas determinantes en la erosión en esas cabeceras.

Por todo esto es importante conocer la circulación de sedimentos. Liliana Velásquez, investigadora de Eafit, corrió un modelo para todo el golfo, no validado en línea de costa.

Andrés Osorio, del grupo Oceánicos de la Nacional, cuenta que corrieron un modelo para punta Yarumal (norte de Turbo), registrándose en un sector pérdida de 1 metro cúbico de sedimentos/mes, frente a otro con 5.000 metros cúbicos de playa que se pierden. El proceso no es continuo. En algunas épocas y puntos hay acreción pero no compensa, como señalan los residentes de La Martina: lo que están ganando por estos días de invierno se irá en el verano.

Correa Arango tiene claro que no habrá manera de atender todo el litoral. "Técnicamente es posible pelear con el mar, pero hay que escoger dónde se pelea y dónde no". Hay sectores donde se debe dejar que la erosión haga su curso. Las obras son costosas.

Las primeras se terminaron en Arboletes, indica Paredes: seis "diques al frente del casco urbano, de 100 metros de longitud cada uno a una distancia media de 110 metros de la línea de costa y regeneración (llenado) de playas". Falta proteger el volcán de lodo, Punta Rey el Minuto de Dios.

Turbo todavía espera. Blanca Oliva Posada, geóloga que estuvo con Invemar, precisa que en 2010 se realizaron y entregaron a Corpourabá y la Gobernación los estudios para diseñar las obras de protección en Turbo, Punta Piedra y Zapata (Necoclí). Los de fuentes de materiales se entregaron en 2011.

Paredes dice que hay "gestiones para priorizar inversiones para los sitios más críticos dado el alto costo". El Ministerio del Medio Ambiente comenzó a atender el problema de la erosión en el Caribe, pero no incluyó la región de Urabá.

Para la financiación, dice Jackeline, se debe contar con el gobierno nacional. A la Gobernación no le resulta fácil pagar tan alto costo.

El mar, mientras tanto, no se gasta afanes. Y va y... viene.
PARA SABER MÁS
CARACTERÍSTICAS DEL GOLFO DE URABÁ
El Golfo de Urabá es un cuerpo de agua semicerrado de 80 kilómetros de largo por 25 de ancho, dice un informe de Gladys Bernal y colegas. La profundidad media es de 25 metros y máxima de 60. En el extremo suroccidental desemboca el Atrato con una descarga de sedimentos de 11,3 x 10^6 toneladas año, material que incide en la morfología y en la erosión a lo largo de la costa.

Hace 18.000 años, cuenta el profesor Iván Correa, el mar estuvo 100 metros debajo del nivel actual. El litoral estaba mucho más lejos. El ciclo es natural. El problema es que antes no estaba el hombre asentado allí.
EN DEFINITIVACausas naturales y antrópicas inciden en la erosión costera según los estudios sobre el tema. Las obras técnicas de defensa comenzaron ya en Arboletes pero falta financiar el resto.

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