Uno de los comerciantes y mineros más acaudalados del Nordeste antioqueño se encuentra en la cárcel, señalado de ser uno de los presuntos impulsadores del conflicto entre bandas criminales que hoy desangra a esa subregión.
El secretario de Gobierno de Antioquia, Santiago Londoño Uribe, confirmó este miércoles a EL COLOMBIANO que la Policía arrestó a Jairo Hugo Escobar Cataño el sábado pasado, en el aeropuerto José María Córdova de Rionegro, en el marco de la operación Troya Nordeste.
El funcionario señaló que al "zar del oro", como también se le conoce, la Fiscalía Antibacrim le imputó las conductas de concierto para delinquir agravado con fines de terrorismo, homicidio, lavado de activos y conformación de grupos armados ilegales. En la audiencia de control de garantías, el procesado negó esos cargos.
De acuerdo con la investigación policial, Escobar Cataño, dueño de varias minas, tendría nexos con una disidencia de la organización "los Rastrojos" que en el Nordeste lideran los prófugos alias "Palagua" y "Alex 15". Dicha facción está en disputa con "los Urabeños", en un conflicto en el que también intervienen las guerrillas de las Farc y el Eln, por el control de los ricos yacimientos de oro y las extorsiones a los propietarios y trabajadores de las minas.
Las pugnas entre estos grupos armados han provocado el aumento del índice de homicidios en el Nordeste en un 170 por ciento con relación a 2011, por lo cual el pie de fuerza en el área pasó de 270 a 700 policías.
Según una investigación exclusiva publicada por EL COLOMBIANO el pasado domingo, en los últimos dos años han asesinado a 75 personas ligadas al negocio de la minería en Antioquia, 23 de ellos en el Valle de Aburrá. Esto significa que cada 9.2 días asesinan a alguien del gremio en el departamento.
Londoño Uribe afirmó que detrás de la captura viene una extinción de dominio a más de 40 bienes del comerciante, que incluyen hoteles, restaurantes y estaciones de servicio, por un valor cercano a los 20.000 millones de pesos. Las propiedades están ubicadas en Medellín, Segovia y Remedios.
"Él era temido desde hacía mucho tiempo", declaró el secretario, y agregó: "Es un caso muy importante porque este conflicto tiene actores que hasta ahora han estado escondidos, y puede que no empuñen armas, pero son impulsadores y financiadores de los conflictos que estamos viviendo, y si seguimos capturando a los alias que portan los fusiles y no a quienes estén detrás financiando con fachadas legales y tienen además relaciones con el mundo empresarial o político, este conflicto va a seguir por muchísimos años más".