
Son fuentes hídricas de Antioquia, propiedad de particulares y necesarias para la preservación del ecosistema y el abastecimiento de agua y acueductos por parte de comunidades. La Gobernación tiene el deber de comprarlos, pero esa labor le ha sido tan compleja que el millonario presupuesto para ello, casi está intacto.
Y es que Lucy Rivera, secretaria de Medio Ambiente departamental, confiesa que la adquisición de estos predios se dificulta por la cantidad de trámites y las desgastantes negociaciones con los dueños, procesos que se han tardado hasta un año y medio.
La funcionaria explicó los tropiezos que han tenido en esa misión, la de mayor destinación de recursos, según el Plan de Desarrollo, y los avances en el tema ambiental.
Medio Ambiente es una de las secretarías con menor ejecución presupuestal, ¿por qué?
“Estamos en la línea 4 del Plan de Desarrollo (gestión ambiental). Esta tiene cuatro componentes: protección y conservación del recurso hídrico; ecosistemas estratégicos; educación y cultura ambiental y cambio climático.
La dificultad en la ejecución de la Secretaría radica en el primer componente, el de conservación y protección del recurso hídrico con uno de sus proyectos: la adquisición de predios, que representa el 93 % del total de presupuesto”.
¿Qué implica la protección del recurso hídrico?
“Estas son fuentes abastecedoras de acueductos y lo que hacemos con esos recursos que son de destinación específica, que salen del 1 por ciento de los ingresos corrientes del departamento, es adquirir predios o hacer mantenimiento, o pago por servicios ambientales.
¿Qué predios están en esa connotación de fuentes?
“Son predios única y exclusivamente para la protección de fuentes que abastezcan acueductos. Puede ser un acueducto de cabecera, corregimiento o veredal. Lo importante es que esté aguas arriba de donde se toma el agua”.
¿Cuál es el presupuesto destinado para el tema y cómo va la ejecución?
“Este año es de $39.725 millones. Llevamos invertidos casi 10.000 millones, entre 2016 y 2017. En total se han ejecutado 23.000 millones”.
¿Cómo avanza esa compra de predios?
“Hasta el momento hemos adquirido, durante 2016 y 2017, ocho predios que han significado 529,8 hectáreas. Los más costosos están en el área metropolitana y el Oriente”.
¿Cuántos deben adquirir?
“Tenemos 318 solicitudes de predios para adquirir. Fueron descartados 119, por inviables jurídicamente, ya sea porque el municipio priorizó otro predio o porque el propietario decide no vender, o porque no abastecen un acueducto, lo que se certifica en la revisión de campo”.
De 318 solicitudes, 8 finiquitadas, ¿no es muy poco?
“Este es un proceso atípico dentro de la contratación de la Secretaría. A veces tenemos todo listo para negociar y viene el propietario, le decimos el avalúo y responde que no le interesa, porque el valor no es el que esperaba.
Hay procesos que llevan un año y medio y se vienen al traste. Otra dificultad que tenemos es que a veces los predios que presenta el municipio a la Gobernación para que los adquiramos son muy pequeños. Por ejemplo, tres que tenemos casi listos (para compra) solo suman $500 millones. Nos sirven predios grandes que tengan una significativa valoración, hablando desde lo presupuestal. Igual adquirimos pequeños y grandes, pues tienen la misma importancia de conservar el agua para la comunidad”.
¿Cuál es el plan para agilizar esas compras?
“Para este segundo semestre tenemos procesos avanzados y creemos que podremos negociar entre 15 y 20 predios. Para el otro año una cantidad similar, que tendría que ser en el primer semestre antes que comience la ley de garantías”.
¿Cómo piensa solucionar las dificultades en compras y desatrancar la inversión?
“Comprar un predio para el Estado no es como ir a hacer un negocio con un particular. Tenemos seis profesionales para esa labor, cada uno encargado de una subregión y quienes ingresan la adquisición de los predios son las alcaldías.
Esta dificultad no es exclusiva de Antioquia, también está en otros departamentos. Los inconvenientes son para el departamento y los municipios en la ejecución de esos recursos. En estos convenios la Gobernación pone aproximadamente el 80 % de la plata, el municipio 10 % y a veces las corporaciones ambientales”.
¿A dónde va el resto del presupuesto?
“A cambio climático, proyecto que venimos haciendo con la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación). También invertimos en embaraderas (estacas en madera plástica para los cultivos), educación y cultura ambiental, con campañas en el marco del programa basura cero; igualmente a áreas protegidas y el programa de guardabosques en 42 municipios. Con BanCO2 estamos tramitando vigencias futuras para ingresar 15 nuevos municipios sumados a 70 que ya tenemos”.
¿Cómo va el plan de áreas protegidas?
“Hemos declarado 754.669 hectáreas y vamos por el millón, una meta a cumplir con una declaratoria que saldrá con Corpourabá de la serranía de Abibe y el cañón de la Llorona, para lo que ya giramos recursos. Corantioquia es la que más ha declarado: Alto de San Miguel; Cacique Anorí; alto de Ventanas; ciénaga de Barbacoas, Yondó y las del Sapo y Riogrande, Nechí”.