Encuesta de U. de M. indagó por toque de queda, ley seca y porte de armas.
Los habitantes de Medellín están dispuestos a sacrificar aspectos de convivencia como aceptar un toque de queda juvenil, limitar la circulación de parrilleros en motocicleta o prohibir la venta de licores a cierta hora, con tal de que la situación de seguridad mejore en la ciudad.
Así se desprende de una encuesta sobre seguridad realizada entre el 4 de septiembre y el 20 de octubre por el Centro de Opinión Pública de la Universidad de Medellín.
Uno de los hallazgos es que el 58 por ciento de la gente cree que el barrio que habita es entre seguro y muy seguro, pero no siente lo mismo por el resto de la ciudad e identifica el Centro como el sector más inseguro (24%), seguido por la Comuna 13 (14,8%) y "todas las comunas" (8,7%).
Al indagar si los habitantes de Medellín son violentos, la respuesta fue categórica: el 35,4 por ciento lo cree así, el 14 por ciento los califica como muy violentos y el 39,6 por ciento como poco violentos. Y sorprende que así mismo, el 71 por ciento de la gente se considera nada violenta.
Pero a la hora del qué hacer para frenar la violencia, el 67 por ciento se muestra dispuesto a que se imponga el toque de queda para menores. Los estratos que más apoyarían la medida son el 2, con el 28 por ciento, y el 3 con el 21 por ciento, mientras que en el 5 apenas lo haría el 4 por ciento y en el 6, sólo el 0,7 por ciento.
El 58,5 por ciento tampoco se negaría a prohibir la circulación de motos con parrillero entre 6 de la tarde y 5 de la mañana, aunque el 40 por ciento se opone. También la apoyan con más fuerza los estratos 2, 3 y 1, con 48 por ciento.
Imponer la ley seca o prohibir la venta de licores a partir de cierta hora, es otra medida que aceptaría el 63 por ciento.
Eber Elí Gutiérrez, uno de los conductores del estudio, observa que quienes más perciben la inseguridad son los adultos por encima de los 34 años, quienes se informan más que los jóvenes.
Una contradicción -agrega- es que la población percibe una ciudad más insegura, pero no ha sido víctima de algún delito, sino que vive el boca a boca ciudadano: "a otros les tocó".
Le parece llamativo que la gente esté dispuesta a sacrificar condiciones individuales para que el lugar donde viven sea más seguro, y subraya que un 92 por ciento acepta que se restrinja el porte de armas.
Ve interesante que la gente asocie la inseguridad a varias causas como la falta de empleo, la pobreza, el narcotráfico, la violencia intrafamiliar y la misma corrupción, a pesar de los esfuerzos de los mandatarios para acabarla.
Gutiérrez deja como reflexión a la Alcaldía que parece que los ciudadanos no conocen lo que hace frente a la seguridad, porque el 83 por ciento no percibe tareas para mejorarla: o se hace poco o no se comunica bien lo hecho.
COLOMBIAN HEADLINES
U OF M REVEALS RESULTS OF SURVEY
The people of Medellín believe that it would be worth it to establish a curfew for younger residents, limit passengers on motorcycles and prohibit the sale of alcohol at certain times of the day if it led to improving security in the city. This was one of the conclusions drawn from a survey about security conducted by the Public Opinion Center of the University of Medellín. Researchers also found that 58 percent of residents believe their neighborhood is safe or very safe but don't feel the same way about the rest of the city; they identified the downtown area as the city's most dangerous.
EN DEFINITIVAEl alcalde Aníbal Gaviria dijo que en la ciudad hay entre 6.500 y 7.000 policías, pero que Medellín debería tener más de 10.000 para enfrentar a la criminalidad con mejores resultados.