En Colombia solo había 40 registros de ejemplares de esta especie catalogada como vulnerable a la extinción. Y muchos, de animales muertos.
A las 3:41 de la mañana, el tigrillo lanudo salió de entre robles, pinos y arrayanes del alto del Escobero, en límites de Envigado y El Retiro, y fijó sus brillantes ojos en la cámara automática de Aburrá Natural, grupo que detectó vivo a este ejemplar de una especie catalogada mundialmente como vulnerable a la extinción, de la que solo había 40 registros históricos en el país, y de animales muertos, en la mayoría de los casos.
Y, como para no dejar dudas de su presencia, se volvió a dejar ver cinco días después, a la 1:44 de la madrugada.
"Buenas noticias que esté tan cerca de un poblado", comentó Esteban Payán Garrido, director en Colombia de la Fundación Panthera, una de las entidades que más protege a los felinos en el planeta.
Más importante aún es la gesta porque ese poblado es Medellín, segunda urbe del país, a solo 20 minutos del hábitat del felino raro más pequeño de Colombia y del que, como es nocturno y huye ante el ser humano, son escasas sus evidencias en cualquier parte.
Citando datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el Área Metropolitana, autoridad ambiental en el Aburrá urbano, excepto en Envigado, informó que la densidad aproximada de la especie es de uno a cinco individuos por cada 100 kilómetros cuadrados y con tendencia decreciente. Por eso el descubrimiento no fue fácil.
Aburrá Natural es un colectivo de ciudadanos de varios campos del conocimiento, apasionados por la biodiversidad de las laderas que rodean a Medellín. Su objetivo es divulgar sus hallazgos y estudios para promover la conservación de la fauna y la flora de la zona.
En 2009 pusieron cinco cámaras automáticas o trampa en la reserva San Sebastián - La Castellana, en el suroriente del Aburrá que, en opinión del biólogo Carlos Delgado Vélez, creador de la organización, tiene uno de los bosques más biodiversos de la región.
Cada tres meses, casi siempre los sábados, Carlos, Sebastián Botero Cañola , Andrés Arias y Juan David Sánchez se turnan las visitas en las que les llevan sardina a los animales para atraerlos.
En las jornadas, que suelen ser de 9:00 de la mañana a 6:00 de la tarde, caminan durante horas, cambian las pilas de las cámaras, vacían las memorias a computadores y las instalan en otros árboles.
Al volver a casa, revisan el material obtenido por los equipos electrónicos que, como alarmas, se activan con el calor en movimiento.
En sus idas han visto cusumbos y, en cuestión de sobresaltos, solo les han tocado fuertes aguaceros.
Mientras que en fotos y en videos de solo 30 segundos de duración, los ambientalistas captaron zorros, guaguas, puercoespines, tairas, gualas o gallinazos de cabeza roja, cucaracheros paisas..., y uno que otro caminante.
Pero nunca un tigrillo lanudo u oncilla, como también se le conoce a este felino, cuyo nombre científico es Leopardus tigrinus.
Los integrantes de Aburrá Natural solo tenían evidencias del animal muerto, e incluso en casos trágicos, como el del 11 de febrero de 2008, cuando apareció atropellado en la loma del Escobero.
Por momentos, sus esperanzas de hallarlo vivo estuvieron casi extintas. De ahí la alegría cuando en la primera semana de octubre descubrieron las tomas capturadas a mediados de septiembre y comprobaron que, como anotaron en su sitio web, "el tigrillo lanudo sigue vivo entre nosotros".
Ese fin de semana subieron Juan David y Sebastián y se dividieron las memorias. "Juan David llamó, me contó que habíamos grabado un tigrillo y les enviamos el video a los compañeros. El Aburrá tiene cosas que uno nunca se imaginaría a media hora de la ciudad", dijo emocionado Sebastián, biólogo de la Universidad de Antioquia.
Hay que protegerlo
El tigrillo lanudo vive entre los 500 y 3.500 metros sobre el nivel del mar. Si bien es más común en bosques superiores a 1.500 metros, la Fundación Panthera tiene un registro de la parte baja de la sierra de La Macarena, en el Meta.
El felino, que es un poco más grande que un gato, es carnívoro y se alimenta de roedores. Si desaparece la oferta de su hábitat, es posible que ataque una gallina o un conejo. Eso sí, nunca a un ser humano. Al contrario, en otros tiempos este lo cazaba para comercializar su piel. Botero indicó que hoy el principal riesgo para el felino es la pérdida de su hábitat por la deforestación.
Juan Camilo Restrepo Llano, de la subdirección de Ecosistemas de Corantioquia, subrayó que la entidad protege las áreas de reserva y, con autoridades judiciales, controla el tráfico de fauna silvestre.
El funcionario señaló que registros históricos de la corporación dan cuenta de la presencia del tigrillo en Santa Elena, Las Palmas, Sabaneta, Envigado, Caldas y Barbosa.
El Área Metropolitana respondió que, para conservar la fauna silvestre, educa; con otros entes controla el tráfico de ejemplares y, en el Centro de Atención y Valoración, los rehabilita y los retorna a su hábitat.
No sobra decir que el tigrillo lanudo no se puede tener como mascota.
¿QUÉ SIGUE?
INVENTARIAR LA FAUNA DIVERSA
PARA SABER MÁS
FELINOS QUE VIVEN EN ANTIOQUIA
En Antioquia están los 6 felinos que habitan en Colombia: jaguar, puma, tres especies de tigrillos: ocelote, de unos 12 kilos; margay, de 8, y el lanudo, de entre 1,5 y 3,5. Además, el yaguarundi. El Ministerio de Ambiente y la UICN declararon al tigrillo lanudo como especie vulnerable a la extinción.
EN DEFINITIVA
A las 3:41 de la mañana, el tigrillo lanudo salió de entre robles, pinos y arrayanes del alto del Escobero, en límites de Envigado y El Retiro, y fijó sus brillantes ojos en la cámara automática de Aburrá Natural, grupo que detectó vivo a este ejemplar de una especie catalogada mundialmente como vulnerable a la extinción, de la que solo había 40 registros históricos en el país, y de animales muertos, en la mayoría de los casos.
Y, como para no dejar dudas de su presencia, se volvió a dejar ver cinco días después, a la 1:44 de la madrugada.
"Buenas noticias que esté tan cerca de un poblado", comentó Esteban Payán Garrido, director en Colombia de la Fundación Panthera, una de las entidades que más protege a los felinos en el planeta.
Más importante aún es la gesta porque ese poblado es Medellín, segunda urbe del país, a solo 20 minutos del hábitat del felino raro más pequeño de Colombia y del que, como es nocturno y huye ante el ser humano, son escasas sus evidencias en cualquier parte.
Citando datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el Área Metropolitana, autoridad ambiental en el Aburrá urbano, excepto en Envigado, informó que la densidad aproximada de la especie es de uno a cinco individuos por cada 100 kilómetros cuadrados y con tendencia decreciente. Por eso el descubrimiento no fue fácil.
Aburrá Natural es un colectivo de ciudadanos de varios campos del conocimiento, apasionados por la biodiversidad de las laderas que rodean a Medellín. Su objetivo es divulgar sus hallazgos y estudios para promover la conservación de la fauna y la flora de la zona.
En 2009 pusieron cinco cámaras automáticas o trampa en la reserva San Sebastián - La Castellana, en el suroriente del Aburrá que, en opinión del biólogo Carlos Delgado Vélez, creador de la organización, tiene uno de los bosques más biodiversos de la región.
Cada tres meses, casi siempre los sábados, Carlos, Sebastián Botero Cañola , Andrés Arias y Juan David Sánchez se turnan las visitas en las que les llevan sardina a los animales para atraerlos.
En las jornadas, que suelen ser de 9:00 de la mañana a 6:00 de la tarde, caminan durante horas, cambian las pilas de las cámaras, vacían las memorias a computadores y las instalan en otros árboles.
Al volver a casa, revisan el material obtenido por los equipos electrónicos que, como alarmas, se activan con el calor en movimiento.
En sus idas han visto cusumbos y, en cuestión de sobresaltos, solo les han tocado fuertes aguaceros.
Mientras que en fotos y en videos de solo 30 segundos de duración, los ambientalistas captaron zorros, guaguas, puercoespines, tairas, gualas o gallinazos de cabeza roja, cucaracheros paisas..., y uno que otro caminante.
Pero nunca un tigrillo lanudo u oncilla, como también se le conoce a este felino, cuyo nombre científico es Leopardus tigrinus.
Los integrantes de Aburrá Natural solo tenían evidencias del animal muerto, e incluso en casos trágicos, como el del 11 de febrero de 2008, cuando apareció atropellado en la loma del Escobero.
Por momentos, sus esperanzas de hallarlo vivo estuvieron casi extintas. De ahí la alegría cuando en la primera semana de octubre descubrieron las tomas capturadas a mediados de septiembre y comprobaron que, como anotaron en su sitio web, "el tigrillo lanudo sigue vivo entre nosotros".
Ese fin de semana subieron Juan David y Sebastián y se dividieron las memorias. "Juan David llamó, me contó que habíamos grabado un tigrillo y les enviamos el video a los compañeros. El Aburrá tiene cosas que uno nunca se imaginaría a media hora de la ciudad", dijo emocionado Sebastián, biólogo de la Universidad de Antioquia.
Hay que protegerlo
El tigrillo lanudo vive entre los 500 y 3.500 metros sobre el nivel del mar. Si bien es más común en bosques superiores a 1.500 metros, la Fundación Panthera tiene un registro de la parte baja de la sierra de La Macarena, en el Meta.
El felino, que es un poco más grande que un gato, es carnívoro y se alimenta de roedores. Si desaparece la oferta de su hábitat, es posible que ataque una gallina o un conejo. Eso sí, nunca a un ser humano. Al contrario, en otros tiempos este lo cazaba para comercializar su piel. Botero indicó que hoy el principal riesgo para el felino es la pérdida de su hábitat por la deforestación.
Juan Camilo Restrepo Llano, de la subdirección de Ecosistemas de Corantioquia, subrayó que la entidad protege las áreas de reserva y, con autoridades judiciales, controla el tráfico de fauna silvestre.
El funcionario señaló que registros históricos de la corporación dan cuenta de la presencia del tigrillo en Santa Elena, Las Palmas, Sabaneta, Envigado, Caldas y Barbosa.
El Área Metropolitana respondió que, para conservar la fauna silvestre, educa; con otros entes controla el tráfico de ejemplares y, en el Centro de Atención y Valoración, los rehabilita y los retorna a su hábitat.
No sobra decir que el tigrillo lanudo no se puede tener como mascota.
¿QUÉ SIGUE?
INVENTARIAR LA FAUNA DIVERSA
Corantioquia está haciendo el inventario de la diversidad de fauna en el área de su jurisdicción y, entre aves, mamíferos, reptiles y anfibios, cuenta con estos datos de especies consideradas en amenaza: 38 bajo riesgo, 30 vulnerables, 8 en peligro y 4 en peligro crítico. Aburrá Natural explorará otras zonas de este valle para seguir descubriendo nuestra biodiversidad.
PARA SABER MÁS
FELINOS QUE VIVEN EN ANTIOQUIA
En Antioquia están los 6 felinos que habitan en Colombia: jaguar, puma, tres especies de tigrillos: ocelote, de unos 12 kilos; margay, de 8, y el lanudo, de entre 1,5 y 3,5. Además, el yaguarundi. El Ministerio de Ambiente y la UICN declararon al tigrillo lanudo como especie vulnerable a la extinción.
EN DEFINITIVA
Solo había 40 registros históricos del tigrillo lanudo en el país, por lo que este hallazgo es inmenso. Más aún, porque fue encontrado vivo, lo que no se logró en muchos otros casos.