AL RECOGER SUS objetos personales dice que se lleva el cariño de la gente que lo acompañó hasta el final y un libro judío que da suerte.
El único libro que empacó Alonso Salazar, de más de un centenar que recibió durante los cuatro años de su gobierno, es uno que le obsequiaron unos judíos durante una visita a la ciudad.
-No sé en que idioma está escrito, me imagino que en esperanto-, expresa mientras toma el libro de la biblioteca que tiene en la alcoba del despacho y empieza a pasar las páginas- "con solo ojearlo dizque trae cosas buenas"- lo cierra y lo separa del resto que están desordenados en el estante y algunos en el suelo y que dan cuenta del proceso de selección por el que ya han pasado.
-¿Qué hará con los otros?
-Los donaré para las bibliotecas, como lo hace todo gobernante.
Lo mismo hará con un sinnúmero de obras, esculturas y distinciones de toda clase, que recibió como reconocimientos para la ciudad.
-Muchas se quedarán en el museo del Municipio, porque considero que se hicieron a la Alcaldía y no al alcalde-, comenta Alonso.
-Hay otras que no sé qué hacer con ellas, pero para eso está Estela (una de las asistentes), que ya le ha tocado ayudar en esta tarea como a cuatro alcaldes.
Empieza a hablar de las muchas cosas curiosas que se ha encontrado en este trasteo, que inició desde el primero de diciembre y que se intensificó en la última semana, entre ellas la cantidad de imágenes religiosas.
Mira de nuevo el armario como repasando y coge un paquete con cara de sorpresa, lo abre y saca lo que hay adentro.
-¿Sabe que es esto?-, me pregunta.
-Claro un búmeran, le respondo. Me lo entrega y me dice con un dejo de desprendimiento: -Es suyo. Todo el que ha venido, algo se ha llevado.
-¿Todo esto no le produce nostalgia?
-Yo no sufro de apego, pero sí por la gente. Ya hemos hecho como cinco despedidas.
-Se dice que cuando alguien se acostumbra al poder, le es muy difícil dejarlo. ¿Qué piensa de esto?
-Me haces acordar de María, mi hija, a quien la han acompañado los muchachos, como ella los llama a los guardaespaldas, que me pregunta que si no me pueden volver a nombrar Secretario de Gobierno.
Pero no es solo María, todo el mundo, cuenta Alonso mientras sigue sacando libros, anda desesperado buscándole empleo y el solo piensa en el primero de enero para no tener que hacer nada. -Así como soy de bueno para trabajar, lo soy para "vagar".
En realidad lo que se propone no es quedar sin hacer nada, solo quiere volver a ser Alonso Salazar, el escritor.