A la misma hora en que la ciudad entera está de rumba, dos hombres de radio se encargan de que la farra salga bien. Hoy, cuando a las doce de la noche el mundo parezca enloquecer en las calles y suenen la pólvora y las canciones que despiden el año viejo y le dan la bienvenida al nuevo, Felipe Bolívar, de Estrella, y Luis Fernando Vanegas, de Olímpica, la pasarán solitarios en sus estaciones radiales cuidando de que todo salga bien y que sus emisoras le cumplan al oyente con ese mágico momento de las 12 en punto, cuando el 2011 con toda su nostalgia se va y llega el 2012 lleno de augurios y promesas. Ellos nos cuentan lo que, presumen, sentirán hoy, cuando no pueden rumbear, pues les toca organizar la rumba ajena.
Su hijo de tres años, su madre y algunos hermanos, que son las personas con las que ha pasado los últimos 31 de diciembre, es lo que más extrañará esta noche Felipe Bolívar, el control de sonido y DJ que pasará el año nuevo encerrado en Estrella Estéreo, una de las estaciones radiales que más impacta en Navidad.
A Felipe, por cosas del destino, le tocó despedir el 2011 y recibir el 2012 en el edificio de 8 pisos donde funciona la emisora, en el municipio de La Estrella. Allí, en el último piso, Felipe oirá el tronar de la pólvora y toda la algarabía que se arma en el barrio vecino a la estación y es ahí cuando, cree, le dará la nostalgia.
"Ya me tocó el 24 y sí sentí algo, pero me sirvió para prepararme para este 31. Yo mismo me ofrecí a hacer los turnos, entonces no hay lugar a arrepentirse", apunta Felipe, que extrañará estar con su hijito y verlo dormir a su lado, como no lo pudo hacer el 24. También pensará en su madre y su familia y seguramente querrá sentir sus abrazos de feliz año y cenar con ellos.
"Para hacer esto uno tiene que estar convencido y yo lo estoy. La función es simple: que los empates de las canciones salgan bien y que nuestro personaje, Estrellulia con sus dichos populares y su invitación a no quemar pólvora, no se mezcle con la voz de los cantantes", explica Felipe, que bebe poco y no es de muchos amigos desde que nació Juan Felipe, su hijo.
Lo salva -dice él- que no tiene novia y que no es tan farrero. En todo caso, a la misma hora que el mundo grita feliz año y se abraza invadido de nostalgia, él estará allí, solo en su emisora y pendiente de que todo salga bien. De que las canciones "Faltan cinco pa' las 12", (de Néstor Savarce) y "Año Nuevo", de la Billo's Caracas, empaten perfecto y hagan llorar y gozar de la emoción a todos los medellinenses.
Abrazos por la ventana
Miles de personas entre familiares, amigos, conocidos y quienes son ajenos por completo a Luis Fernando Vanegas escucharán su voz cuando venga el año nuevo, pero él mismo estará tan solo como pocos en esta noche tan especial. El popular Fercho, para quienes sintonizan Olímpica Stereo, estará presente en cientos de rumbas a través de los parlantes del equipo de sonido, pero solo verá por la ventana los abrazos de la gente.
Sin embargo, para él, pasar la última noche del año trabajando ya es una costumbre. Como en una especie de agüero, a Fercho la llegada del nuevo año lo alcanza en la cabina de la emisora desde hace nueve años. Extrañados por su vocación nocturna, sus compañeros y el director de la estación radial, Jhon Jader García, se atreven a señalar un par de colmillos en su sonrisa no muy frecuente.
"Que no se diga que es por castigo. Él mismo se pide ese turno", advierte García.
Fercho admite que ya casi se le olvidó lo que se siente recibir el año nuevo en familia. Lo que más extraña en esos momentos -y eso también lo sabe por experiencia- es darle un beso a su mamá mientras todos brindan y cuentan los últimos segundos del año. Confiesa que "los primeros años se me vinieron las lágrimas porque el hecho de estar sentado en la cabina y no estar a las doce de la noche con mi mamá es duro".
"En mi familia siempre la nochebuena estamos juntos. La abuela cumple años el 24 de diciembre y aprovechamos esa fecha para estar todos reunidos", señala en seguida con la voz que ya es conocida para los trasnochadores que siguen su programa después de las 10:00 p.m.
El hombre que tiene a cargo llevar música a muchas fiestas esta noche no se toma un solo trago de licor. "Don Ebrio se los toma todos por él", cuenta el director de la emisora. Pero hasta el conocido borrachín es pregrabado, según cuenta Fercho.
"Los oyentes piensan que el 31 de diciembre uno tiene mucha gente acompañándolo y no, está solo del todo", revela. También cuenta que cuando suena "Faltan cinco pa las 12" en realidad faltan siete minutos para que estalle la algarabía. A pesar de lo duro de su trabajo esta noche, no lo cambiaría y la mayor satisfacción que siente es que la gente le diga que lo escuchó y que estuvieron enfiestados con él el 31, aunque no hubiera nadie en la cabina, solo la calle, al otro lado de la ventana, con gente abrazándose, corriendo con maletas, brindando y deseando lo mejor para el año que comienza.