En el Foro Urbano Nacional, ONU-Hábitat reiteró su apoyo a la ciudad, referente mundial que quiere replicar al Pacífico.
No es cuento chino. Gracias a su transformación urbana, Medellín es un referente mundial que ha sido premiado muchas veces, reconocido no solo por urbanistas, ingenieros y arquitectos, sino por políticos, responsables internacionales y pensadores.
Es una realidad innegable, dice Elkin Velásquez Monsalve , coordinador del programa mundial Ciudades más Seguras de ONU-Hábitat, doctorado en ordenamiento territorial en Francia.
"Como vamos, vamos bien, pero esto no quiere decir que nos tengamos que dormir en los laureles. Al contrario, cuando la ciudadanía se acostumbra a tener buenas políticas se vuelve exigente", precisa el experto.
Esta es una mala noticia para los funcionarios públicos, agrega Velásquez Monsalve, porque "hacerlo bien implica que te van a exigir mucho más.
La transformación de Medellín no se detiene y prueba de ello es el plan Bio 2030. Se trata de un plan metropolitano "muy importante, de muy buena factura, que ha recogido trabajos que hicieron muchos actores institucionales de la ciudad y muy buen valor agregado".
La preocupación ahora, señala Elkin Velásquez , es cómo se implementa. "Mi recomendación al Área Metropolitana y a los mandatarios del área es que lo tomen como un referente y vean cómo se implementa".
Destacó que este proceso es tan importante para ONU-Hábitat que ahora buscan facilitar un diálogo con los procesos metropolitanos de otras regiones de las Américas que miran hacia el Pacífico, como Quito, Lima, Santiago de Chile y Guadalajara.
La ciudad sigue avanzando y para ello cuenta con el respaldo de agencias de cooperación internacional y de la propia ONU que, con la presencia de su director Joan Clos , es un espaldarazo al proceso de transformación urbana, destacó Alejandro Echeverri Restrepo, director del Centro de Estudios Urbanos y Ambientales de Eafit.