En 2020, Medellín rondará los 3 millones de habitantes. El desafío es satisfacer sus requerimientos de hábitat sin afectar el entorno natural.
Algunos habitantes de El Poblado piensan que en su comuna ya no hay campo para más gente. Si eso ocurre en la zona menos densa de la ciudad, ¿qué podría pensarse de otras con mayor población y menos espacio disponible?
Este es el principal desafío que enfrentará Medellín en los próximos ocho años. El crecimiento de la población, que en promedio es del 1,7 por ciento, le pone un reto gigante a la planificación urbana, que deberá responder a las necesidades de esas miles de personas que requieren agua, luz, energía y transporte.
Diego Restrepo, director del Instituto Social de Vivienda y Hábitat de Medellín, Isvimed, desmiente que en el interior de la ciudad no haya espacio ni lotes disponibles. Por el contrario, su postura es que se debe cambiar el chip de la renovación urbana, y mirar hacia adentro.
"Tenemos que evitar las zonas de invasión, mirar hacia adentro. Con el Cinturón Verde, evitaremos las intervenciones ilegales para obtener la luz, el agua. Hay que planificar y densificar las zonas donde haya mejor infraestuctura de servicios públicos", dice.
Francisco Ochoa piensa igual. El ex gerente de la Lonja de Propiedad Raíz afirma que hay que mirar más hacia el río Medellín, y ponerlo como eje: "La ciudad no puede crecer más hacia la periferia. Hay que ofrecer más alternativas en zonas céntricas, para evitar las invasiones que obstaculizan la construcción de infraestructura de los servicios".
De acuerdo con Diego Restrepo, la densidad no puede mirarse solo desde la parte poblacional. "Si vemos, barrios como el Popular, Santa Cruz y Manrique, que son los más densos, tienen serios problemas de desigualdad, violencia, calidad de vida. El asunto es resolver no solo la vivienda y los servicios públicos, sino el cómo se vive allí", concluye.
PROBLEMA
¿Sí hay espacio para tanta gente?
La ciudad enfrenta un reto, y es el de reducir los índices de desigualdad entre las comunas, teniendo como variables la densidad poblacional, la calidad de vida y las cifras de inseguridad.
SOLUCIÓN
A densificar las zonas céntricas
La ciudad debe apostarle al crecimiento hacia adentro, evitando la invasión ilegal de sus laderas, pero ofreciendo posibilidades de vivienda en la zona central, con acceso a servicios públicos.