En San Roque, se emprende uno de los proyectos mineros más grandes del nordeste. La educación es clave en el trabajo.
En San Roque por estos días se rumora mucho. Algunos de sus habitantes hacen cábala con lo que está pasando en el corregimiento Providencia.
La llegada de Gramalote Colombia Limited, compañía que está explorando el suelo de esta parte del municipio para empezar a sacar oro, los ha dejado, a algunos, con cierto optimismo por la esperanza del trabajo formal. A otros, con dudas y preguntas.
Álvaro Alonso Duque , alcalde del municipio, sabe que si la bonanza minera no se maneja correctamente puede traer problemas sociales de gran calado, por eso, está negociando con la empresa un convenio de cooperación para que se pueda invertir por medio de la administración municipal.
"La idea es que ellos inviertan en el municipio este año un poco más de 3.500 millones de pesos". Duque, espera que se puedan desarrollar proyectos como el mejoramiento del acueducto del corregimiento de San José del Nus, los mismo que en Providencia, además de algunas ayudas para la educación del sector.
La población
Entre los habitantes del corregimiento Providencia, no está muy claro qué es lo que va a pasar con ellos. Algunos temen que la tradición minera artesanal se pierda, o que los trapiches, con la explotación, terminen siendo solo arena; que la educación desmejore y los muchachos ya no la busquen por la fiebre del oro, y, finalmente, como dice Adela del Carmen , que pase con su casa lo que hace el invierno en otros lugares: que se la lleven.
En los últimos meses, Gramalote Colombia Limited, ha realizado un censo en todas las veredas del corregimiento, para determinar la población de la zona y su modus vivendi.
De esa manera pretenden determinar cuál es la actividad económica de cada familia, hace cuánto están en el corregimiento, y cómo pueden ayudar a que la llegada de la mina, no afecte negativamente la cultura.
Julián Villarruel Toro , gerente Social del proyecto, aclara que esta minería tiene un modelo diferente de "desarrollo sostenible, donde nosotros tenemos una premisa: si no hacemos nada por las comunidades esto no tiene sentido".
Precisamente, Felipe Andrés Gil , secretario de Educación del departamento, tiene la esperanza de que en San Roque no suceda lo que en otro municipios. "Debemos estar listos para que la educación prepare a los estudiantes para lo que demandará la economía".
Gramalote puede ser la oportunidad para contar otra historia, para que la industria no se lleve con sus locomotoras, la tranquilidad y el bienestar de u na sociedad.