El crimen ocurrió en el barrio Santa Cruz el pasado martes. El hombre, al parecer perturbado mental, dijo haber asesinado a su madre por "una revelación divina".
El secretario de Seguridad de Medellín, Arnulfo Serna, confirmó en la tarde del pasado martes que no se había configurado la captura del presunto asesino, un hombre de 32 años, salvado por la Policía de un inminente linchamiento, tras confesar a las autoridades haber asesinado a su propia madre "en nombre de Dios".
María Rosalba González Hernández, de 59 años, paradójicamente, era conocida en Santa Cruz La Rosa como una mujer en extremo católica, una mujer de camándula en mano, que acostumbraba rezar con las amigas de su edad los viernes, que formaba parte de un grupo de oración.
"Yo la conocía hace unos 20 años. Nosotros rezábamos mucho, teníamos un coro de oraciones. Ella subía a mi casa, y rezábamos con mi esposo. El viernes estuvo conmigo, yo le daba el desayuno, orábamos la 'coronilla', el rosario y muchas otras oraciones. El hijo era muy querido, no sé qué pasó", dijo Angélica Loaiza, aún con lágrimas en los ojos, consternada.
La carrera 49C con calle 102 fue un hervidero humano en minutos. Desde que los vecinos se enteraron de lo ocurrido llenaron la cuadra, esperaban comprobar con sus ojos el rumor que con las horas se convirtió en una verdad.
Aproximadamente a las 7:20 de la mañana María Rosalba fue asesinada de tres puñaladas, el presunto homicida estaba en la misma casa y lleva la misma sangre de su víctima.
Un sobrino de la occisa fue quien descubrió la escena, a la que le sobra el calificativo de 'macabra', o cualquier otro adjetivo.
Según el informe de la escena del crimen, la mujer fue apuñalada en su cama. El asesino bajó a su víctima al piso, la recostó sobre una almohada, y la tapó con una cobija, como si estuviera dormida.
Encima del pecho, según constataron los peritos judiciales, el homicida puso un muñeco que encontró. Al muñeco también le puso un pasamontañas, a manera de almohada.
Vecinos advirtieron haber escuchado una fuerte pelea en el interior de la casa en la noche anterior. Nadie, sin embargo, esperaba el desenlace, afirman.
Esa noche el hombre había sido visto por los vecinos con un cuchillo en la mano "decía que tenía que apagar dos luces, estaba muy loco", dijo un habitante del sector. Nadie le puso atención.
Cuando llegó la Policía a verificar la escena del crimen hizo su aparición el señalado asesino, que delante de ellos y de los agentes del CTI de la Fiscalía, confesó el crimen. Dijo que "lo había hecho por revelación divina. Que el mundo estaba por acabarse y que ya había informado personalmente al presidente Santos, que él vendría a agradecerle por haber salvado el mundo".
El hecho coincide con una supuesta predicción apocalíptica del llamado 'Monje Maldito', el ruso Grigori Rasputín, reconocido como profeta en la historia de ese país, y según la cual el fin del mundo ocurriría el próximo 23 de agosto.
Hasta el pasado martes y ante las autoridades, el confeso matricida no advirtió que su acción tuviese que ver con esta predicción, pero sí insistió en una "iluminación divina y sobre el fin del mundo".
Ante las incoherencias del presunto homicida las autoridades entraron en confusión, mientras que la cuadra se llenaba de una multitud enardecida.
Aproximadamente a las 9:30 de la mañana el cuerpo de María Rosalba atravesó la puerta de su casa de la mano de agentes del CTI y su paso acrecentó la indignación.
Según advirtieron las autoridades en la escena del crimen, la fiscal encargada del caso no aprobó una captura. Para la ley colombiana no existió la flagrancia en el hecho, a pesar de la confesión del asesino, del hallazgo del arma homicida, una navaja y de la ropa ensangrentada del sospechoso.
Sin embargo, ante el linchamiento que se fraguaba en la calle, la Policía tuvo que convencer al perturbado sospechoso de salir voluntariamente, aunque la salida se complicó.
Al primer intento, el sospechoso fue agredido, al segundo, fue introducido en una patrulla de la Policía que salió a toda velocidad.
Hasta la tarde de ayer, las autoridades esperaban la orden de captura, que llevaría también a ordenar pruebas psiquiátricas al sospechoso, para determinar si obró en estado de demencia, cegado por el consumo de drogas, e incluso para determinar si fue él, el propio hijo quien asesinó a su madre. Todo, por el momento, a pesar de la confesión, es materia de investigación.
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Confesó que mató a su madre por una "revelación divina" y quedó libre
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