Al final del 2014 terminará construcción del colector que evitará vertimientos al río Medellín.
Entre nueve y diez metros perfora cada día Sofía, la segunda de tres tuneladoras empleadas en la construcción del Interceptor Norte del río Medellín, obra que completa un año desde su inicio y que promete evitar la descarga de aguas residuales entre Moravia y el sector de Navarra, en Bello.
Entre Diana -como se llama la primera tuneladora que empezó a operar en agosto de 2012- y Sofía han abierto cuatro túneles que suman 2.750 metros, que equivalen al 35 por ciento de los 7,7 kilómetros totales de la tubería que llegará hasta la nueva planta de tratamiento de aguas residuales que se construye en Bello, la cual tendrá tres veces la capacidad de San Fernando. Las excavaciones, explica el jefe de proyectos de Aguas Residuales de EPM, Carlos Enrique Muñoz, son cuatro tramos discontinuos que se unirán más adelante.
El ejecutivo manifiesta que el contratista -el consorcio colombo-mexicano Cice- se ha encontrado en la excavación con materiales más duros de lo que tenía previsto de acuerdo a sus anteriores experiencias en México y en Bogotá, lo que ha retrasado los trabajos.
En la actualidad se espera la llegada de un nuevo cabezal que responda mejor a la exigencia. Sin embargo, Muñoz aclara que no se pone en riesgo la operación del interceptor, puesto que esta solo será posible en septiembre de 2015, cuando esté lista la planta de tratamiento, que en la actualidad presenta un avance de obras civiles del orden del 8 por ciento.
Entre los retos pendientes de la excavación está pasar dos veces bajo el río Medellín y la construcción de cuatro ramales que servirán para descargar las aguas servidas desde la orilla opuesta.
Según las proyecciones actualizadas, el interceptor estará listo a finales de 2014.
EN DEFINITIVASe han perforado en un año 2,75 de los 7,7 kilómetros que tendrá el Interceptor Norte del río Medellín, estructura que llevará las aguas residuales a la nueva planta de tratamiento en Bello.
Entre nueve y diez metros perfora cada día Sofía, la segunda de tres tuneladoras empleadas en la construcción del Interceptor Norte del río Medellín, obra que completa un año desde su inicio y que promete evitar la descarga de aguas residuales entre Moravia y el sector de Navarra, en Bello.
Entre Diana -como se llama la primera tuneladora que empezó a operar en agosto de 2012- y Sofía han abierto cuatro túneles que suman 2.750 metros, que equivalen al 35 por ciento de los 7,7 kilómetros totales de la tubería que llegará hasta la nueva planta de tratamiento de aguas residuales que se construye en Bello, la cual tendrá tres veces la capacidad de San Fernando. Las excavaciones, explica el jefe de proyectos de Aguas Residuales de EPM, Carlos Enrique Muñoz, son cuatro tramos discontinuos que se unirán más adelante.
El ejecutivo manifiesta que el contratista -el consorcio colombo-mexicano Cice- se ha encontrado en la excavación con materiales más duros de lo que tenía previsto de acuerdo a sus anteriores experiencias en México y en Bogotá, lo que ha retrasado los trabajos.
En la actualidad se espera la llegada de un nuevo cabezal que responda mejor a la exigencia. Sin embargo, Muñoz aclara que no se pone en riesgo la operación del interceptor, puesto que esta solo será posible en septiembre de 2015, cuando esté lista la planta de tratamiento, que en la actualidad presenta un avance de obras civiles del orden del 8 por ciento.
Entre los retos pendientes de la excavación está pasar dos veces bajo el río Medellín y la construcción de cuatro ramales que servirán para descargar las aguas servidas desde la orilla opuesta.
Según las proyecciones actualizadas, el interceptor estará listo a finales de 2014.
EN DEFINITIVASe han perforado en un año 2,75 de los 7,7 kilómetros que tendrá el Interceptor Norte del río Medellín, estructura que llevará las aguas residuales a la nueva planta de tratamiento en Bello.