El Tribunal dejó en firme la orden de captura contra el sacerdote, quien debe presentarse a cumplir la pena.
"Aquí vendrá un grupo grande que nos va a proteger, no vayan a denunciarlo, cualquier problema que tengan, vienen y me dicen a mí en la casa cural", pronunció en plena misa el padre Óscar Albeiro Ortiz Henao, preparando a la comunidad para la llegada de los paramilitares al corregimiento San Antonio de Prado de Medellín.
Esta es una de las pruebas de la Fiscalía reseñadas en el expediente N°201000202, que derivó en la condena en segunda instancia del sacerdote, a 19 años de prisión por concierto para delinquir agravado.
Los testimonios fueron retomados por la magistrada Maritza Ortiz, del Tribunal Superior de Medellín, en su fallo del jueves, que revocó la medida absolutoria de un juzgado (2012), el cual había desestimado las declaraciones de los afectados por considerarlas inverosímiles.
Al cierre de esta edición, el expárroco de la iglesia San José del Limonar no se había presentado para cumplir la sentencia. Una orden de captura en su contra lo ha convertido en prófugo.
Del proceso se extraen varios "pecados" atribuidos por las víctimas al padre, quien para la Fiscalía era líder de la banda "los Desmovilizados".
1. Los "Paras"
En las indagaciones, gerenciadas por un investigador del CTI que había sido seminarista, se estableció que Ortiz, quien llegó en 1999 al corregimiento, coordinó la llegada de las Auc. La comunidad lo veía a diario con el comandante "Alex el Bonito", cuyos secuaces le decían a la gente que el cura era quien mandaba. "Todos le 'copiamos'", afirmaban.
En otras oportunidades, el párroco justificó en el púlpito las masacres de 4 y 6 personas, con discursos como "llegaron guerrilleros, hay que eliminarlos para que no dañen el barrio".
2. La pacificación
"Los Chayanes", "las Bifas", "el Plan" y "los Chicorios" eran bandas que azotaban a San Antonio de Prado. El padre Ortiz declaró en el estrado que la comunidad lo erigió como un juez de paz para establecer diálogos con esos jóvenes, pero a juicio del ente acusador lo que buscaba era pacificar el territorio a punta de la dominación paramilitar.
Luego de la reinserción, "los Desmovilizados del Limonar" se transformaron en la estructura hegemónica, liderando el cobro de extorsiones sin ninguna competencia.
3. reinserción
En un proceso paralelo, el Juzgado Segundo Adjunto Penal del Circuito Especializado de Medellín compulsó copias a la Fiscalía para que investigue la presunta falsa desmovilización del bloque Cacique Nutibara de las Auc (en 2003).
La razón es que dentro del proceso contra "los Desmovilizados", se indicó que en el caso de los combatientes de El Limonar, se habría tratado de un montaje liderado por el padre.
4. Las "pelas"
Ortiz fue acusado por testigos de ordenar golpizas a personas tildadas de no obedecerle, ser satánicos o evangélicos, entre el 2000 y 2009. Quienes las ejecutaban fueron reinsertados.
Las víctimas eran golpeadas con bates y piedras y torturadas, en algunos casos en el sótano de la iglesia, de acuerdo con los denunciantes. "Los niños que vea tarde de la noche en la calle, les digo a los 'muchachos' que les peguen", ironizaba el párroco.
5. Las amenazas
"Hp, ya sabemos que denunciaste al padre, te vamos a picar", fue el mensaje telefónico enviado a un testigo de la Fiscalía. Y una líder comunitaria recibió un aviso en letras de revistas, que decía: "Porque no quisiste colaborar con el padrecito, mereces morir. Tú y sus hijos tienen plazo para salir del barrio hasta el viernes", lo que refleja el nivel de intimidación, que produjo desplazamientos.
6. Homicidios
La investigación contra el párroco y "los Desmovilizados" fue ensombrecida por el asesinato de dos testigos clave: Gustavo González (13/5/09), acribillado en un taller de Itagüí, justo antes de ir a una cita en la Fiscalía; y John Arango (28/10/10), un informante que adelantaba gestiones para entrar al Programa de Protección de Testigos.
Otros ciudadanos fueron conducidos, torturados y abusados sexualmente en un sector denominado La Laguna, del barrio Barichara, donde se presume que hay fosas.
7. Los vicios
"En un diálogo extenso se escucha al padre hablar con alias 'Osama' sobre unas muchachas para ir a rumbear", explicó el delegado de la Procuraduría, al oponerse a la absolución inicial.
En otro aparte del expediente, se menciona que varias personas vieron al sacerdote consumiendo licor con los desmovilizados y que el grupo usaba una sede comunitaria para espectáculos de streptease y guardar armas.
EL PROCESO
LA DEFENSA DEL SACERDOTE
En el juicio, la defensa y el propio padre Ortiz argumentaron que todo se trató de un montaje, orquestado por opositores políticos y religiosos, dado que varios denunciantes eran evangélicos o adeptos de la campaña a la Alcaldía de Alonso Salazar, el candidato contrario al que el párroco apoyaba (Luis Pérez).
"Citamos a los jóvenes, fuimos detectando quiénes eran los jefes y conversamos con ellos a ver qué le íbamos a aportar a la paz (...). Soy el hombre más orgulloso de la labor que hice en El Limonar", declaró en el estrado el sacerdote católico.
EN DEFINITIVAEl Tribunal concluyó que los argumentos del juez que absolvió al cura eran inválidos, y revocó su sentencia, para condenarlo.