Aunque el inicio de la ejecución del contrato del tramo 2B de metroplús en Envigado fue hace solo dos meses y medio, la obra ya genera sobrecostos de 733 millones de pesos mensuales.
La denuncia la hizo el alcalde de este municipio, Héctor Londoño Restrepo, quien señaló que, por la suspensión de la tala en la carrera 43A, que adelantaba Metroplús para el nuevo trayecto del sistema, el contratista, Arquitectos e Ingenieros Asociados (AIA S.A.), solo puede trabajar en uno de los tres frentes en los que debería.
La suspensión fue ordenada por el Tribunal Administrativo de Antioquia como medida preventiva, mientras cursa la acción popular que interpusieron cinco ciudadanos opositores de la tala o hasta que los demandados acrediten que esta no afecta de manera grave los intereses colectivos invocados o adopten las medidas efectivas para protegerlos.
Londoño sostuvo que si el Consejo de Estado no levanta la suspensión, como lo busca Metroplús con el recurso que interpuso, habría una parálisis total de la obra que causaría sobrecostos de 1.100 millones mensuales.
Agregó que el retraso del proyecto, programado para entregarse el 26 de junio de 2014, equivaldrá al tiempo en que esté suspendida la tala.
El gerente de Metroplús, Javier Darío Toro Zuluaga, afirmó que si la decisión judicial que pretenden llega en los próximos días, se podría ejecutar el contrato en el mismo plazo "o con una diferencia muy pequeña. Pero si la obra se paraliza por completo, habrá costos asociados y una imposibilidad de continuar. Ahí buscaremos a los responsables de la parálisis y tomaremos medidas judiciales para que asuman las pérdidas", añadió.
Calificó como apresurada la medida cautelar del tribunal pues, subrayó, la acción popular fue radicada el 2 de julio y al día siguiente ya estaba la determinación judicial, "sin escuchar a los demandados".
Precisó que desde 2003 se definió que por la 43A habrá transporte masivo. Así, señaló que metroplús irá por esta vía, también desde La Frontera hasta La Aguacatala pero, como lo pidió el alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria Correa, con mínimo impacto ambiental.
Londoño y Toro refutaron la crítica que la Sociedad Antioqueña de Ingenieros y Arquitectos (SAI) le hizo al proyecto por ser una línea paralela al metro, pues enfatizaron en que la troncal sur de metroplús no será competencia sino complemento del metro. Argumentaron que la 43A tiene un volumen de pasajeros muy alto que no cubre el metro y que será atendido por el sistema metroplús.
Toro recalcó que el metroplús de Envigado no es improvisado, sino que desde 1986, en el Plan Maestro de Movilidad del Área Metropolitana del Valle de Aburrá quedó prevista la futura ampliación de la 43A para soportar las necesidades de desplazamiento de la ciudadanía.
El proyecto está soportado en documentos del Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes) y en los planes de desarrollo y de ordenamiento territorial de Envigado, entre otros documentos. Además, en 2003 se modelaron 32 escenarios para el metroplús del sur y los estudios mostraron que era la mejor vía.
El gerente apuntó que la intervención en Envigado tuvo la debida socialización y destacó de ella los atributos de los otros tramos del sistema: ambientales, de movilidad, de espacio público y de ahorro para el usuario en tiempo de viaje y en costo del pasaje.
Críticas a los opositores de la tala
El alcalde Londoño aseguró que, tras las marchas que han hecho los opositores de la tala, en la 43A quedan botellas y otros residuos.
También afirmó que muchos de los que rechazan la tala tienen vehículo propio "y les da pena usar servicio público".
Adicionalmente, denunció que clavaron puntillas de hasta tres pulgadas en algunos troncos para colgar avisos.
"Si no se puede construir el tramo 2B sería un precedente funesto no solo para Envigado, sino para todo el país, porque no se podrá hacer ninguna obra, pues cualquier obra de infraestructura requiere algún tipo de tala", comentó.
David Araque, uno de los líderes de los manifestantes, desmintió lo de las basuras tras las marchas pues, explicó, detrás del grupo siempre caminan algunos encargados de recoger lo que otros arrojan a la calle.
Aceptó que pegaron unas cuantas puntillas pequeñas en algunos troncos, pero las retiraron y amarran los avisos con tiras de colores.
"El alcalde quiere deslegitimar la protesta de un movimiento cívico que nació con gente de Envigado y al que se sumaron ciudadanos de Medellín y de otras partes, porque es un problema de ciudad. Él habla de romanticismo, pero hay estudios académicos y voces como las de la SAI que nos han apoyado", dijo Araque.