Irrumpen peatones, ciclistas, motos y carretas. Hace más lento el sistema y aumenta el riesgo de accidentes.
Un hombre de unos 40 años pasa sereno con una caja sobre su cabeza, otro más joven cruza corriendo y al fondo se aprecia que viene el bus de metroplús.
Todo pasa en la estación de la Plaza Minorista. Pero ocurren más cosas. Un señor está atrancado con su carreta en el cruce de semáforo que lleva a San Benito. Hay riesgo si no se mueve a tiempo, pero para su fortuna logra quitar el vehículo antes de que pase la máquina.
Al momento, un anciano camina lento con su bastón, casi sin inmutarse ante el peligro. Se ven señoras y señores arrastrando carros con mercados, indigentes y personas con bultos al hombro.
"Les da pereza pasar el puente peatonal, es que siempre es largo, pero hay que utilizarlo por seguridad", comenta Susana Morales , que viene con un mercado.
En el corredor de la 30, en Belén, se ven motos invadiendo el espacio. En el que va a Manrique hay personas en bicicleta y transeúntes. La invasión a los carriles del solo bus es una constante y un problema contra el cual se lucha con la cultura como bandera para cambiar los comportamientos.
Campañas, barreras, multas
La empresa Metro, que opera el metroplús, admite la existencia del problema y dice que realiza diversas actividades para darle solución.
Iván Darío Upegui , de la Oficina de servicio al cliente y jefe de la Sección Social, recuerda que el problema se originó desde antes de entrar a rodar el sistema. Señala que cuando los carriles estuvieron sin uso se hizo un pacto con la ciudadanía, a través de la Secretaría de Tránsito, para que pudieran rodar carros, taxis y motos.
"Y cuando vimos que era inminente la entrada en operación, empezamos una campaña para que la gente entendiera que iba llegar la hora del despeje", explicó.
Un bus articulado hacía recorridos con pasajeros y les iba explicando cómo funciona el sistema. Y según Iván, para el 22 de diciembre, día de la inauguración, ya se había despejado mucho, pero no totalmente.
Esa invasión ha generado que la velocidad promedio de los buses no sea la esperada. Al principio era sólo de 12,5 kilómetros por hora, ahora está en 14 y se busca llegar al ideal de 16.
El año pasado el Tránsito decidió empezar a multar a los vehículos que invadan el carril solo bus. Se estudia la posibilidad de sancionar también al peatón y la llamada Mesa Social, que integran varias secretarías de la Alcaldía, diseña alternativas.
"En la Minorista habría que pensar en barreras que impidan cruzar la vía", reconoce Iván Upegui.
Y adelanta que se diseña una campaña cívica para seguir sembrando en la gente la cultura del despeje al espacio del solo bus. Sólo así el sistema operará en la dimensión para la que fue diseñado.