En la tarde del domingo terminó el primero y, a la vez, el viaje más largo de los 20 buses articulados que operarán el metroplús, al arribar a las instalaciones del metro, tras las cuatro etapas que comenzaron en Buenaventura.
En ese trayecto, que tuvo como hora de largada las 4:00 de la madrugada del pasado jueves 8 de diciembre, los vehículos recorrieron 662 kilómetros.
Fue toda una travesía que tuvo como referencia el domingo 4 de diciembre, cuando los buses llegaron al puerto colombiano, procedentes del Callao, Perú.
Los tres días siguientes se dedicaron al proceso de nacionalización del parque automotor, en lo que se contó con el apoyo de la Secretaría de Tránsito, varios de cuyos funcionarios llevaron las matrículas y las respectivas placas para que los vehículos se pudieron desplazar por tierra.
Según voceros del metro de Medellín, el 8, la primera etapa comprendió hasta Buga, pero tomó más tiempo de lo previsto por un derrumbe que obligó a dar la vuelta por Río Frío y seguir a Tuluá.
El viernes 8 el recorrido se hizo entre Tuluá y Santa Rosa de Cabal, Caldas, donde el equipo pernoctó.
La madrugada del sábado comenzó la etapa Santa Rosa-La Pintada, donde se hizo la última pausa de hombres y máquinas.
El domingo, sin pausa, también sin prisa, los vehículos cumplieron el ascenso al alto de Minas y el descenso al Valle de Aburrá, hasta llegar a los patios de Bello, donde se realiza su puesta a punto.
En todo el recorrido, la caravana de los 20 articulados tuvo el acompañamiento de la Policía de Carreteras para facilitar su movilización.
Los buses tienen una capacidad para 150 pasajeros y fueron fabricados por la empresa Modasa, en Lima, Perú, que tiene experiencia en automotores de gas para el transporte de pasajeros, con el sistema metropolitano de esa capital.
En el equipo automotor se invirtieron 7 millones 72 mil dólares.