Miembros del Comité Protúnel Verde radicaron este martes, ante el Tribunal Administrativo de Antioquia, una acción popular con la que buscan frenar la tala que adelanta Metroplús en la carrera 43A para construir el tramo 2B del sistema.
El abogado ambientalista Juan Ceballos, asesor del comité, afirmó que la acción la presentaron tres ciudadanos con el respaldo de 40.000 firmas, entre impresas y digitales, y 10.000 folios con los que pretenden demostrar los daños ambientales y culturales que produce la tala, en la que ya han caído ocho árboles: un pino, seis chiminangos y un gualanday.
Agregó que esperan que el tribunal profiera la medida cautelar de suspender las obras provisionalmente.
El abogado David Suárez, docente de Eafit y especialista en Derecho Administrativo, dijo que, en general, en menos de tres meses no sale el fallo de una demanda de acción popular y hay unas que duran hasta tres años.
Lo que sí se podría dar en unos 15 días es la medida cautelar, con la que el tribunal podría ordenar la inmediata cesación de las actividades que están ocasionando un daño. Sin embargo, aclaró que tiene que haber pruebas contundentes para tomar esta medida que, apuntó, no es común en acción popular. Además, frente a ella los demandados pueden interponer recursos. Subrayó que el solo hecho de presentar la demanda y aun si es admitida, no para la tala.
Afirmó que en una acción popular, el juez puede ordenar volver las cosas a su estado anterior. Es decir, podría ordenar sembrar los árboles donde fueron talados, si es posible. Señaló que un fallo también puede decir que metroplús no pase por ese trazado.
La empresa Metroplús respondió que esperará que la acción siga su trámite.
Por su parte, Mauricio Martínez, vocero del comité, anunció que este jueves se reunirán con representantes del Banco Mundial que, como financiador de algunas obras de Metroplús, revisará si en este caso hubo correcta socialización del proyecto.
Mientras tanto, en el Campamento Verde, carrera 43A con canalización de la quebrada La Ayurá, 15 personas pasan las noches entre cuatro urapanes, como desde hace 15 días, cuando empezaron allí su manifestación cultural y pacífica contra la tala.
Ana María Arango, estudiante de Artes Plásticas en Bellas Artes, vive en El Poblado y contó que los aguaceros les inundan las carpas. Apuntó que la mayor parte de la comida se las dan los vecinos.
Y Daniel Arias, cocinero de El Poblado, consideró que la obra de Metroplús causará un daño irreparable, por lo que los 20 integrantes del comité se empeñaron en oponerse a la tala mediante todos los recursos legales y pacíficos.