Estas actividades no sólo han desgastado la tierra sino que han arrasado con el bosque tropical.
La locomotora minera a cielo abierto, la agricultura perecedera de poca tecnología y la ganadería extensiva tienen descarrilados los usos del suelo en Antioquia, lo que atenta contra la productividad, los recursos hídricos, el clima y la fauna y flora.
El secretario de Agricultura de Antioquia, Diego Miguel Sierra, explicó que el departamento tiene que cambiar, porque en muchas regiones se trabaja equivocadamente la tierra, en especial cuando se para el ganado en las pendientes de montaña, donde no dan rendimiento económico.
Diana Taborda, ingeniera agrónoma de la Secretaría de Agricultura, añadió que para ilustrar la forma como está el uso del suelo en Antioquia, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi realiza mapas de cobertura (la forma como está siendo usada la tierra) y de vocación (cómo debe ser su explotación de acuerdo con el clima, fuentes de agua, las pendientes, la fauna y la flora), los cuales se anteponen y dan como resultado un tercer mapa llamado de conflicto.
Y este mapa, agregó, señala que tenemos un grave problema de suelos.
De las 6'300.o00 hectáreas que tiene Antioquia, solo 1'714.914 (el 23,3%) está sin conflicto, o sea, conserva sus bosques. El 23,7% tiene conflicto medio y 3'084.699 (el 49.1%) tiene conflicto alto, lo que significa que la flora nativa ha sido arrasada.
La profesional indicó que en el caso de la ganadería, en el mapa de coberturas figura con el 31.3% del uso del suelo, cuando el mapa de usos indica que no debería superar el 5%.
En agricultura (se suman cultivos ilícitos) tiene una cobertura del 14% cuando la vocación debería ser del 7%.
Otro aspecto que analizan estos estudios del Agustín Codazzi es el de los rastrojos, de los cuales el departamento tiene el 6,5%. De ellos, la funcionaria dijo que surgen por abandono de cultivos y minas o zonas que se inundaron y es recomendable dejarlos crecer para generar abono o sembrarlos con especies maderables para el comercio.
Concluyó que este mal uso del suelo genera deterioro en las condiciones físicas, biológicas, químicas y mecánicas, pierden productividad y, por ende, la sostenibilidad de quienes viven de ellos.
La ingeniera forestal Maritza Bahamón, directora operativa del Norte y Bajo Cauca de la Secretaría de Agricultura, añadió que además de perderse la productividad y competitividad agropecuaria, estos suelos aceleran el deterioro del medio ambiente con la pérdida de agua, fauna y flora y la sedimentación de los ríos, que terminan generando graves problemas de inundación en las partes bajas. Además, aumentan la contaminación y deterioran la calidad de vida de la población.
Recuperación
Pero no todo está perdido y todo depende del Gobierno y el capital privado.
"Antioquia cuenta con clima, suelos y especies maderables adaptadas con alto rendimiento", aseguró la funcionaria.
También hay que evitar que la ganadería se expanda, aplicando sistemas productivos eficientes con una adecuada rotación de potreros. Implantar el silvopastoreo, que consiste en la siembra de árboles maderables en los potreros para combinarlas con pastos. En agricultura, recomienda no seguir extendiendo el área cultivada, aplicar más tecnología para obtener mayor rendimiento en menos hectáreas y en la minería no seguir entregando títulos para explotación en zonas protegidas y áreas de bosques, reconvertirla con actividades silvopastoriles.
Bosques arrasados
Lía Patricia Giraldo, subdirectora de Ecosistenas de la Corporación Autónoma de Antioquia, Corantioquia, dijo que, según estudios, en este departamento se talan al año entre 19 a 25 mil hectáreas de bosques, lo que significa un severo impacto para los suelos.
Sostuvo que a ello se suman las tierras agotadas por la sobrexplotación agrícola en el Oriente y Suroeste; por la ganadería en el Norte, Magdalena Medio y Bajo Cauca, en los que se presenta el fenómeno llamado erosión pata de vaca por la falta de protección de los bosques y rotación de los potreros.
"La ganadería tiene que dar sustentabilidad, pero podía darse también con la conservación. Nosotros estamos llamando a que las áreas protegidas no se toquen, especialmente en parques nacionales, como el nudo de Paramillo, el Nacional de las Orquídeas, la reserva forestal protectora del Nare, y otras 8 zonas que se están llamando a la conservación y están en la categoría de Distrito de Manejo Integrado", afirmó.
Una de esas áreas es el Páramo de Santa Inés, en Belmira, que es para conservación y preservación, pero está rodeado de municipios con ganadería de alto impacto como San Pedro, Belmira y Santa Rosa de Osos. "En esta zona optamos por hacer restauración y reconversión agroecológica y les estamos diciendo a familias campesinas: vengan que ustedes pueden hacer una agricultura sostenible o una ganadería sostenible", dijo.
Allí ya se compraron predios el año pasado por 1.200 millones de pesos, como la hacienda Alaska de 600 hectáreas en Belmira, para hacer la conservación.
Con Empresas Públicas también se firmaron varios proyectos para proteger las cuencas de Río Grande y Río Chico, entre Santa Rosa y Donmatías, donde 75 hectáreas se van a reforestar con prácticas agrosilvopastoriles.
Pero, siguió resaltando la funcionaria, no nos estamos centrando en un municipio ni una zona del departamento, en cada distrito de conservación como, Cerro Plateado, alto de San José, Río Alicante, zona ribereña del Río Cauca, río Barroso-San Juan, Farallones del Citará, Las Nubes y Trocha Capota La Cuchilla entre Jardín y Támesis, Anorí y Bajo Cauca estamos estudiando las distintas prácticas dadas por las comunidades en muchos años y, según esos análisis les estamos llevando alternativas de conservación y restauración con actividades agrícolas más tecnificadas y más eficientes y así lograr suelos de mayor productividad.
En cuanto a los peligros de extinción de fauna y flota por este panorama que presentan los suelos en Antioquia, afirmó que aún no se puede hablar de extinción, aunque sí hay especies que empiezan a tener desplazamiento a unos ecosistemas más alejados, a los relictos (pequeñas áreas de bosques aislados y fragmentados) que son los que, en la actualidad, tratamos de conservar en áreas protegidas.
El vicedecano de Investigación Extensión de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional, sede Medellín, Fernando Osorio, destacó que en la parte de recuperación Antioquia viene trabajando con buen éxito con la acacia mangium, que ha dado muy buenos resultados en el Bajo Cauca y en las altas montañas con otras especies de bosque nativo y en el caso de Medellín, donde se presenta deterioro del suelo por la construcción hay un programa para plantar 300 hectáreas en los 5 corregimientosn
300
hectáreas con bosques nativos está recuperando Medellín en corregimientos
54
por ciento del nudo de Paramillo pertenece al municipio de Ituango.
15
mil hectáreas, mínimo se talan cada año en Antioquia según cifras de la Corporación Autónoma Corantioquia.
ANTECEDENTES
ITUANGO ES EL MUNICIPIO QUE MÁS ZONA DE BOSQUES CONSERVA
El 54 por ciento del Nudo de Paramillo, pertenece a Ituango y, a pesar de los cultivos ilícitos de las Farc y bandas criminales, el Ejército y la Policía han logrado protegerlo.
Según del director de la Unidad Técnica de Desarrollo Agropecuario, Umata, de Ituango, Carlos Germán Flórez, la localidad tiene un bosque en cada vereda. Agregó que con los ganaderos están trabajando para que tengan sus hatos con árboles, cercos vivos y corredores biológicos y ello debe hacerse hasta por el bienestar animal. Además, dijo, estamos implementando bancos de proteínas para la ganadería, siembra de árboles para abastecer de leña las casas y fogones ecológicos.
La locomotora minera a cielo abierto, la agricultura perecedera de poca tecnología y la ganadería extensiva tienen descarrilados los usos del suelo en Antioquia, lo que atenta contra la productividad, los recursos hídricos, el clima y la fauna y flora.
El secretario de Agricultura de Antioquia, Diego Miguel Sierra, explicó que el departamento tiene que cambiar, porque en muchas regiones se trabaja equivocadamente la tierra, en especial cuando se para el ganado en las pendientes de montaña, donde no dan rendimiento económico.
Diana Taborda, ingeniera agrónoma de la Secretaría de Agricultura, añadió que para ilustrar la forma como está el uso del suelo en Antioquia, el Instituto Geográfico Agustín Codazzi realiza mapas de cobertura (la forma como está siendo usada la tierra) y de vocación (cómo debe ser su explotación de acuerdo con el clima, fuentes de agua, las pendientes, la fauna y la flora), los cuales se anteponen y dan como resultado un tercer mapa llamado de conflicto.
Y este mapa, agregó, señala que tenemos un grave problema de suelos.
De las 6'300.o00 hectáreas que tiene Antioquia, solo 1'714.914 (el 23,3%) está sin conflicto, o sea, conserva sus bosques. El 23,7% tiene conflicto medio y 3'084.699 (el 49.1%) tiene conflicto alto, lo que significa que la flora nativa ha sido arrasada.
La profesional indicó que en el caso de la ganadería, en el mapa de coberturas figura con el 31.3% del uso del suelo, cuando el mapa de usos indica que no debería superar el 5%.
En agricultura (se suman cultivos ilícitos) tiene una cobertura del 14% cuando la vocación debería ser del 7%.
Otro aspecto que analizan estos estudios del Agustín Codazzi es el de los rastrojos, de los cuales el departamento tiene el 6,5%. De ellos, la funcionaria dijo que surgen por abandono de cultivos y minas o zonas que se inundaron y es recomendable dejarlos crecer para generar abono o sembrarlos con especies maderables para el comercio.
Concluyó que este mal uso del suelo genera deterioro en las condiciones físicas, biológicas, químicas y mecánicas, pierden productividad y, por ende, la sostenibilidad de quienes viven de ellos.
La ingeniera forestal Maritza Bahamón, directora operativa del Norte y Bajo Cauca de la Secretaría de Agricultura, añadió que además de perderse la productividad y competitividad agropecuaria, estos suelos aceleran el deterioro del medio ambiente con la pérdida de agua, fauna y flora y la sedimentación de los ríos, que terminan generando graves problemas de inundación en las partes bajas. Además, aumentan la contaminación y deterioran la calidad de vida de la población.
Recuperación
Pero no todo está perdido y todo depende del Gobierno y el capital privado.
"Antioquia cuenta con clima, suelos y especies maderables adaptadas con alto rendimiento", aseguró la funcionaria.
También hay que evitar que la ganadería se expanda, aplicando sistemas productivos eficientes con una adecuada rotación de potreros. Implantar el silvopastoreo, que consiste en la siembra de árboles maderables en los potreros para combinarlas con pastos. En agricultura, recomienda no seguir extendiendo el área cultivada, aplicar más tecnología para obtener mayor rendimiento en menos hectáreas y en la minería no seguir entregando títulos para explotación en zonas protegidas y áreas de bosques, reconvertirla con actividades silvopastoriles.
Bosques arrasados
Lía Patricia Giraldo, subdirectora de Ecosistenas de la Corporación Autónoma de Antioquia, Corantioquia, dijo que, según estudios, en este departamento se talan al año entre 19 a 25 mil hectáreas de bosques, lo que significa un severo impacto para los suelos.
Sostuvo que a ello se suman las tierras agotadas por la sobrexplotación agrícola en el Oriente y Suroeste; por la ganadería en el Norte, Magdalena Medio y Bajo Cauca, en los que se presenta el fenómeno llamado erosión pata de vaca por la falta de protección de los bosques y rotación de los potreros.
"La ganadería tiene que dar sustentabilidad, pero podía darse también con la conservación. Nosotros estamos llamando a que las áreas protegidas no se toquen, especialmente en parques nacionales, como el nudo de Paramillo, el Nacional de las Orquídeas, la reserva forestal protectora del Nare, y otras 8 zonas que se están llamando a la conservación y están en la categoría de Distrito de Manejo Integrado", afirmó.
Una de esas áreas es el Páramo de Santa Inés, en Belmira, que es para conservación y preservación, pero está rodeado de municipios con ganadería de alto impacto como San Pedro, Belmira y Santa Rosa de Osos. "En esta zona optamos por hacer restauración y reconversión agroecológica y les estamos diciendo a familias campesinas: vengan que ustedes pueden hacer una agricultura sostenible o una ganadería sostenible", dijo.
Allí ya se compraron predios el año pasado por 1.200 millones de pesos, como la hacienda Alaska de 600 hectáreas en Belmira, para hacer la conservación.
Con Empresas Públicas también se firmaron varios proyectos para proteger las cuencas de Río Grande y Río Chico, entre Santa Rosa y Donmatías, donde 75 hectáreas se van a reforestar con prácticas agrosilvopastoriles.
Pero, siguió resaltando la funcionaria, no nos estamos centrando en un municipio ni una zona del departamento, en cada distrito de conservación como, Cerro Plateado, alto de San José, Río Alicante, zona ribereña del Río Cauca, río Barroso-San Juan, Farallones del Citará, Las Nubes y Trocha Capota La Cuchilla entre Jardín y Támesis, Anorí y Bajo Cauca estamos estudiando las distintas prácticas dadas por las comunidades en muchos años y, según esos análisis les estamos llevando alternativas de conservación y restauración con actividades agrícolas más tecnificadas y más eficientes y así lograr suelos de mayor productividad.
En cuanto a los peligros de extinción de fauna y flota por este panorama que presentan los suelos en Antioquia, afirmó que aún no se puede hablar de extinción, aunque sí hay especies que empiezan a tener desplazamiento a unos ecosistemas más alejados, a los relictos (pequeñas áreas de bosques aislados y fragmentados) que son los que, en la actualidad, tratamos de conservar en áreas protegidas.
El vicedecano de Investigación Extensión de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional, sede Medellín, Fernando Osorio, destacó que en la parte de recuperación Antioquia viene trabajando con buen éxito con la acacia mangium, que ha dado muy buenos resultados en el Bajo Cauca y en las altas montañas con otras especies de bosque nativo y en el caso de Medellín, donde se presenta deterioro del suelo por la construcción hay un programa para plantar 300 hectáreas en los 5 corregimientosn
300
hectáreas con bosques nativos está recuperando Medellín en corregimientos
54
por ciento del nudo de Paramillo pertenece al municipio de Ituango.
15
mil hectáreas, mínimo se talan cada año en Antioquia según cifras de la Corporación Autónoma Corantioquia.
ANTECEDENTES
ITUANGO ES EL MUNICIPIO QUE MÁS ZONA DE BOSQUES CONSERVA
El 54 por ciento del Nudo de Paramillo, pertenece a Ituango y, a pesar de los cultivos ilícitos de las Farc y bandas criminales, el Ejército y la Policía han logrado protegerlo.
Según del director de la Unidad Técnica de Desarrollo Agropecuario, Umata, de Ituango, Carlos Germán Flórez, la localidad tiene un bosque en cada vereda. Agregó que con los ganaderos están trabajando para que tengan sus hatos con árboles, cercos vivos y corredores biológicos y ello debe hacerse hasta por el bienestar animal. Además, dijo, estamos implementando bancos de proteínas para la ganadería, siembra de árboles para abastecer de leña las casas y fogones ecológicos.