También se analiza trasladar los reclusos de La Alpujarra al Archivo de la Fiscalía.
Mientras con una acción de tutela los familiares de los presos hacinados en los calabozos del Palacio de Justicia intentan lograr una solución a este problema, las autoridades buscan opciones, y una es pedirle a la ministra de Justicia, Ruth Estella Correa, que declare la emergencia carcelaria.
La decisión de pedir la emergencia surgió en una reunión ayer en el Palacio de Justicia entre la Comandancia de la Policía, el Inpec y funcionarios de la Alcaldía y de los organismos defensores de derechos humanos.
El vicealcalde de Gobernabilidad, Luis Fernando Suárez, confirmó que esa es una de las salidas a una crisis cuya solución no está en manos de las autoridades locales. "Esto nos tiene en jaque a todos", comentó.
Juan Carlos Sierra, familiar de un detenido, explicó que se interpuso la tutela invocando "el derecho a la dignidad y los derechos humanos", pues el lugar donde están los reclusos no es indicado.
"Cometieron un delito y que lo paguen, pero en condiciones adecuadas", subrayó.
Inhumanos
Desde hace veinte días, debido a un fallo judicial que obligó al Inpec a descongestionar 600 presos de la cárcel de El Pedregal, a los detenidos sindicados de algún delito los están llevando a los calabozos del Palacio de Justicia, en La Alpujarra, que ya rebasaron el cupo y hay cerca de cien. Algunos llevan 15 días en condiciones no aptas.
El fallo sobre El Pedregal se sumó a uno de varios meses atrás, que le ordenó a la cárcel Bellavista no recibir más presos, pues tiene más de 7.000 internos, con un hacinamiento superior al 200 por ciento. Es decir, ni en El Pedregal ni en Bellavista se pueden recibir internos. A las otras 19 prisiones que tiene Antioquia tampoco se pueden remitir, por lo que la última opción fue tomar como prisión La Alpujarra y los calabozos de la Sijín y las estaciones de Policía, lugares que no están adecuados para permanencias largas, máximo de 5 o 6 horas.
En los calabozos de La Alpujarra hay un solo sanitario, una ducha, un orinal y ningún ingreso de luz. Como ya se ha contado, hay un preso con tuberculosis aislado en una celda y otro sufre de diabetes.
"Algunos se han enfermado y nos toca a nosotros llevarlos al médico custodiados", relató un policía de varios que asignó la institución para apoyar el complicado problema.
"Mi hermano tiene diarrea y no recibe atención", relató Diana Giraldo. La Secretaría de Salud realizó ayer una brigada.
Los guardias del Inpec que custodian el lugar narran que ha habido peleas entre algunos internos. El secretario de Gobierno, Jorge Mejía Martínez, ya descartó las opciones de San Quintín y El Buen Pastor por no llegar a arreglos. Sólo queda viable construir un pabellón en Bellavista y es una solución insuficiente y demorada.
"No hay fórmulas mágicas para esta crisis carcelaria y también humanitaria", advirtió.
PARA SABER MÁS
IRÍAN AL ARCHIVO DE LA FISCALÍA
Una opción que tomaba fuerza anoche como solución temporal, de emergencia, era conducir a los detenidos al viejo Archivo del edificio de la Fiscalía, pero no había consenso sobre lo adecuado del lugar. Entre tanto, los presos que bajaban a audiencias en La Alpujarra debían esperar encerrados en buses del Inpec hasta ser subidos a los juzgados, en los sótanos no cabía un alma más.