Hoy debe llegar a la vereda El Rayo, de Tarazá, escuadra militar que investigará supuesta masacre de 7 personas.
Aunque fuentes de inteligencia militar confirmaron a El Colombiano que sí hubo masacre en la vereda El Rayo, de Tarazá, Bajo Cauca antioqueño, el general Hernán Giraldo, comandante de la Séptima División, no confirmó los hechos, pues las tropas que salieron para el lugar no habían llegado hasta el cierre de esta edición.
Por su parte, el alcalde de Tarazá, Héctor Leonidas Giraldo, aseguró que la información de la masacre "no es precisa", por lo que advirtió que hay que esperar a que los soldados puedan llegar a la vereda que, estima, está a más de diez horas de camino, el cual es peligroso porque hay campos minados.
Además, según el general Giraldo, ayer no se pudo llegar en helicóptero por las condiciones climáticas de la zona, además de desconocer con exactitud el sitio en el que se habría cometido el múltiple homicidio.
El secretario de Gobierno de Antioquia, Santiago Londoño, insistió, de igual manera, que, aunque el hecho se ha convertido en "vox populi", no se puede confirmar nada hasta que las autoridades lleguen al sitio.
El alcalde del municipio contó que se tuvo conocimiento de la masacre porque a las siete de la mañana de ayer se presentó un indígena en la Personería local, quien indicó que su familia había sido masacrada en zona rural limítrofe con el municipio de Ituango. Pese a esto, Héctor Leonidas Giraldo reiteró "mucha prudencia, porque apenas estamos en etapa de confirmación de esta denuncia".
Según fuentes judiciales, los asesinados habrían sido siete: Celestino Cértico González, de 45 años; Margarita Ogani, de 49 años; dos niños de once años, otro de 4; una niña de 5 años y otra de 3. El hecho lo atribuyen fuentes oficiales a miembros del frente 18 de las Farc, que tiene injerencia en la zona del Nudo de Paramillo.
Una fuente judicial consultada por este diario aseguró que el reporte se originó en la Brigada Móvil 16, que opera en esa región.
Esta sería la segunda masacre perpetrada en el departamento en esta semana. La primera fue el martes 30 de abril en la vereda Santa Bárbara de San Roque, norte de Antioquia, en la que murieron Onofre Antonio Londoño Diosa, de 63 años; sus dos hijos, Fredy Adolfo y Dayro Alexander Londoño Arias, y su sobrino Jorge Arbey Londoño Henao, de 44 años.
Las cuatro personas habían llegado a la vereda hace más de un año procedentes de la Comuna 13 de Medellín.
En su momento, la Alcaldía de San Roque ofreció una recompensa de 30 millones de pesos para quien diera información que permitiera capturar a los autores del asesinato.
El comandante de la Policía Antioquia, coronel Gustavo Chavarro, asignó a este caso un grupo especial de la Sijín. Aún no se conocen los resultados.
ANTECEDENTES
VIOLENCIA DE BACRIM Y LAS GUERRILLAS
Al enfrentamiento de las bandas criminales de las "Urabeños", los "Rastrojos" y disidencias de esta última y las guerrillas por el control de la minería ilegal, las zonas de cultivos ilícitos y rutas de narcotráfico atribuyen las autoridades el alto índice de homicidios en el Bajo Cauca, que pasaron de 126 en 2008 a 417 en 2009, según estadísticas del Instituto Nacional de Medicina Legal. El año pasado los homicidios superaron la cifra de 200. La zona ha sido escenario de múltiples masacres en los últimos cuatro años. Pero además de los homicidios, la disputa también se evidencia en las extorsiones y el desplazamiento de población.
Aunque fuentes de inteligencia militar confirmaron a El Colombiano que sí hubo masacre en la vereda El Rayo, de Tarazá, Bajo Cauca antioqueño, el general Hernán Giraldo, comandante de la Séptima División, no confirmó los hechos, pues las tropas que salieron para el lugar no habían llegado hasta el cierre de esta edición.
Por su parte, el alcalde de Tarazá, Héctor Leonidas Giraldo, aseguró que la información de la masacre "no es precisa", por lo que advirtió que hay que esperar a que los soldados puedan llegar a la vereda que, estima, está a más de diez horas de camino, el cual es peligroso porque hay campos minados.
Además, según el general Giraldo, ayer no se pudo llegar en helicóptero por las condiciones climáticas de la zona, además de desconocer con exactitud el sitio en el que se habría cometido el múltiple homicidio.
El secretario de Gobierno de Antioquia, Santiago Londoño, insistió, de igual manera, que, aunque el hecho se ha convertido en "vox populi", no se puede confirmar nada hasta que las autoridades lleguen al sitio.
El alcalde del municipio contó que se tuvo conocimiento de la masacre porque a las siete de la mañana de ayer se presentó un indígena en la Personería local, quien indicó que su familia había sido masacrada en zona rural limítrofe con el municipio de Ituango. Pese a esto, Héctor Leonidas Giraldo reiteró "mucha prudencia, porque apenas estamos en etapa de confirmación de esta denuncia".
Según fuentes judiciales, los asesinados habrían sido siete: Celestino Cértico González, de 45 años; Margarita Ogani, de 49 años; dos niños de once años, otro de 4; una niña de 5 años y otra de 3. El hecho lo atribuyen fuentes oficiales a miembros del frente 18 de las Farc, que tiene injerencia en la zona del Nudo de Paramillo.
Una fuente judicial consultada por este diario aseguró que el reporte se originó en la Brigada Móvil 16, que opera en esa región.
Esta sería la segunda masacre perpetrada en el departamento en esta semana. La primera fue el martes 30 de abril en la vereda Santa Bárbara de San Roque, norte de Antioquia, en la que murieron Onofre Antonio Londoño Diosa, de 63 años; sus dos hijos, Fredy Adolfo y Dayro Alexander Londoño Arias, y su sobrino Jorge Arbey Londoño Henao, de 44 años.
Las cuatro personas habían llegado a la vereda hace más de un año procedentes de la Comuna 13 de Medellín.
En su momento, la Alcaldía de San Roque ofreció una recompensa de 30 millones de pesos para quien diera información que permitiera capturar a los autores del asesinato.
El comandante de la Policía Antioquia, coronel Gustavo Chavarro, asignó a este caso un grupo especial de la Sijín. Aún no se conocen los resultados.
ANTECEDENTES
VIOLENCIA DE BACRIM Y LAS GUERRILLAS
Al enfrentamiento de las bandas criminales de las "Urabeños", los "Rastrojos" y disidencias de esta última y las guerrillas por el control de la minería ilegal, las zonas de cultivos ilícitos y rutas de narcotráfico atribuyen las autoridades el alto índice de homicidios en el Bajo Cauca, que pasaron de 126 en 2008 a 417 en 2009, según estadísticas del Instituto Nacional de Medicina Legal. El año pasado los homicidios superaron la cifra de 200. La zona ha sido escenario de múltiples masacres en los últimos cuatro años. Pero además de los homicidios, la disputa también se evidencia en las extorsiones y el desplazamiento de población.