Lo pueden investigar por "publicidad engañosa", le dijo al gobernador Ramos, su secretario de Hacienda, Mauricio Villegas.
La carta llegó el 28 de diciembre de 2011 al despacho del Gobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos Botero. Y no era una inocentada. En ella, su secretario de Hacienda, Mauricio Villegas Mesa, le advirtió, entre otras cosas, que el reiterado incumplimiento de las metas de ventas de la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA), podría llevar a que la Superintendencia de Industria y Comercio investigara al mandatario por "publicidad engañosa".
Según Villegas, el tono de la misiva molestó al mandatario. Ramos pidió a su subalterno retirar la comunicación, pero escuchó un no, acompañado de una razón: "no voy a tapar nada, allí no hay ni una mentira, todo es cierto y haga lo que quiera".
Aún estaba vivo el recuerdo de los grandes avisos de prensa que pagó la Gobernación para exaltar su gestión. De Hacienda no se dijo nada, como si no existiera. En cambio, de entidades como la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA) se resaltaron logros que se calificaron de históricos.
El año era electoral y en forma temprana el gerente de la licorera, Andrés Isaza Pérez, pregonó que en su último balance registraría ventas nunca antes vistas de 1 billón de pesos, al dejar en manos de los consumidores cerca de 67 millones de botellas. Un dineral, sin duda, pues daría para edificar y dotar nueve clínicas, de 32.199 metros cuadrados construidos, como la que Comfenalco Antioquia inauguró a mediados de 2011.
El hoy exgerente le indicó a este diario que los presupuestos concertados con Hacienda y el Gobernador siempre fueron altos. Por eso, él dejaba claro que el cumplimiento de las metas dependía del comportamiento del mercado y de las dificultades que, particularmente en Antioquia, se tenían con el contrabando y el licor adulterado, "que se presentan por falta de actividades de control de toda índole".
"Incumplimiento repetitivo"
La primera sacudida se vivió en octubre de 2011, cuando la FLA solicitó, y el Gobernador Ramos aprobó, un recorte de 1 millón de botellas en el presupuesto de ingresos, que en plata equivalía a 17.500 millones de pesos. Para Villegas Mesa, ese incumplimiento de las metas era "repetitivo".
A finales de diciembre el plan se hundió, ante el enorme hueco de 250.000 millones de pesos en las ventas de la FLA. El motivo principal es que los grandes comercializadores se negaron a comprar todo ese licor, rompiendo una "tradición" que le ayudaba a los gobiernos seccionales a cuadrar caja y a mostrar abultados balances.
Esta vez los empresarios se quedaron quietos en primera. En parte, porque querían conocer las reglas de juego del gobierno entrante, pero también porque del equipo del Gobernador de Antioquia, Sergio Fajardo, se filtró una advertencia: si adquirían todo ese licor -que dejaría por lo menos sin ingresos durante cuatro o cinco meses a la nueva administración- que ni soñaran con la renovación de sus contratos.
Isaza Pérez confirmó esa versión. En septiembre de 2011 la FLA había firmado con los distribuidores de 26 departamentos un acuerdo de voluntades para el plan de compras de fin de año. El 26 de diciembre sacaron la mano y los motivos que dieron eran los altos niveles de inventario que acumularían y la sentencia del gobierno de Fajardo: "si se realizaba dicha compra podría peligrar su estabilidad como comercializadores de la FLA".
Entonces se armó la de Troya. Si los comercializadores no compraban, con financiación que les daba el Instituto para el Desarrollo de Antioquia (Idea), la FLA ponía a reventar sus inventarios y la Gobernación de Ramos ni olería el dinero necesario para honrar sus obligaciones. La urgencia era clara. De cada 100 pesos de ingresos corrientes, ya tenía comprometidos o por comprometer 99 pesos con 20 centavos.
Harakiri presupuestal
Villegas Mesa no estaba dispuesto a cargar, solo, con el estrés que esto significaba. Así lo reflejó en la carta a Ramos Botero, en la que le dijo: "nuevamente le urjo la gravedad que tiene a estas alturas del año dicha situación, al no cumplir a cabalidad con los acuerdos y metas establecidas por sus repercusiones financieras en el cierre contable".
Las consecuencias las sabía bien el funcionario que conocía los secretos de un presupuesto departamental de 4 billones de pesos. La imagen misma de Hacienda quedaba por el piso y se vendrían, en cascada, efectos que, irónicamente, terminarían afectando más al entrante Gobernador de Antioquia. La lista incluía:
Incumplimiento de la Ley 617 de 2000 (de fortalecimiento de la descentralización y nacionalización del gasto público), que le bajaría categoría al Departamento y le ocasionaría sanciones; caída en el ranquin nacional y retorno a puestos secundarios, que se traduciría en menores transferencias de la Nación; puesta en peligro de la calificación Triple A de riesgo crediticio, ocasionando incertidumbre en la banca y encarecimiento de la deuda; un déficit presupuestal que desdibujaría la gestión del cuatrienio, y, una eventual sanción para el Gobernador por "publicidad engañosa".
Villegas se aseguró para la historia con esta frase: "Gobernador, por haber sido usted quien manejó personalmente la FLA durante 4 años, no sé los alcances y tareas que usted le haya puesto al gerente para lograr las metas, pero debo insistir en que se deben agotar todos los esfuerzos no solo para cumplir las mismas, sino de ser posible, superarlas".
Lo que se veía venir, añadió, era "un desastre histórico" al quedar colgados en el presupuesto de ingresos "después de informar durante 4 años a toda la comunidad, tanto antioqueña como nacional, de todos los avances realizados por su gestión y el supuesto posicionamiento de la fábrica".
Fajardo aflojó y evitó una especie de harakiri presupuestal. El 30 de diciembre, con los bancos a punto de cerrar, los comercializadores tuvieron luz verde para adquirir 126.000 millones de pesos. Con ello, la nueva secretaria de Hacienda, María Eugenia Escobar, empezaría el 2012 con la tarea de buscar plata extra para llenar un faltante de 124.000 millones de pesos.
Ni la Secretaría de Hacienda, ni el exgobernador Ramos, ni Fajardo atendieron la invitación de este diario para hablar del tema. A Fajardo, inclusive, se le envió un derecho de petición, el 13 de enero, pues pidió que así se hiciera, y recalcó en que "es nuestra obligación responderlo". El plazo se venció y su palabra no cumplió. Entre las preguntas que buscan clarificar lo acontecido en la transición de los secretarios de Hacienda y gerentes de la FLA, figura la siguiente:
"Doctor Fajardo: Un miembro de su equipo de empalme le dijo a este periodista que a la FLA no habían ido "con mirada de Policía", sino para apreciar cómo operaba la empresa y que, contrario a lo que tanto se comenta en la ciudad, hallaron una buena gestión de la anterior administración. ¿Esa es también su percepción como Gobernador de Antioquia?"
Mientras nos responde, el balance de la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA) revela que de la meta de ingresos para el 2011 anunciada por Isaza Pérez, se logró llegar a 925.687 millones de pesos, que no es tampoco despreciable, aunque debe ser cotejada con el fuerte aumento en los gastos de funcionamiento. Y, de 66,9 millones de botellas prometidas, se terminó el ejercicio en 61,3 millones, o sea que la gerencia se colgó en 5,6 millones de botellas.
INFORME
SE TREPÓ GASTO DE FUNCIONAMIENTO
Como exgerente de la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA), Andrés Isaza Pérez tiene indicadores que muestran su buena gestión.
Por ejemplo, la empresa industrial pasó de vender 55,4 millones de botellas en 2008, a 61,3 millones en 2011, lo cual se tradujo en el crecimiento de sus ingresos de $781.507 millones a $925.687 millones.
No obstante, hay reservas frente a la disparada de los gastos de funcionamiento, que saltaron de $153.085 millones en 2008 a $258.156 millones en 2011.
Ese rubro, cotejado con los ingresos de la operación comercial, subió del 43% al 56%. Así, el costo por botella saltó de $2.759 a $4.451.
CARA A CARA
Antioquia da más plata y ahí se bajó
Mauricio Villegas Mesa, Exsecretario de Hacienda
El exfuncionario dice que el crecimiento de las ventas de la FLA por fuera de Antioquia tiene como contracara el hecho de que es un mercado en el que se pierde plata. Las mayores ganancias las daban los consumidores de Antioquia y allí cayeron las ventas. Las exportaciones se calificaron de históricas, "pero con cualquier cosa que se cotejaran daban porcentajes elevados, porque en 2008 casi ni existían".
Le cumplí a la FLA y a Antioquia
Andrés Isaza Pérez, Exgerente de la FLA
Entre 2008-2010 superamos por mucho las expectativas de ventas, anota el exgerente. "Cumplí totalmente con Antioquia y con la FLA. Muéstreme una compañía con ventas de $926.000 millones y $240.000 millones de utilidades". Una de las decisiones que se tomó fue sanear los inventarios en todos los departamentos, lo cual, añadió, se logró, y eso tuvo como costo que no aumentaran las ventas en Antioquia.