Investigación detecta nuevas zonas de páramo en el departamento.
Las flores, con su colorido y sus mil variadas formas, también crecen en las alturas, más allá de los 3.000 metros sobre el nivel del mar, en las 20.000 hectáreas de páramo que tiene Antioquia.
Así lo muestra una investigación del Instituto de Biología de la Universidad de Antioquia, que no sólo halló en las cimas flores que se pensaba que no eran de zonas tan altas, sino que descubrió nuevos páramos o zonas de páramo.
El líder del proyecto, el biólogo Fernando Alzate, precisó que lo más sorprendente de la investigación, que está en su etapa final tras dos años de trabajo de campo, fue descubrir el páramo de Sonsón.
"Es un área de sólo 10 hectáreas, una montaña con bosque y en la cima tiene el páramo, es tan pequeña que no figura en los mapas", explicó.
Se halló, también, una zona de páramo en los Llanos de Cuivá, en Yarumal, aunque con ganado y cultivos de papa.
El proyecto va más allá de inventariar las flores de los páramos. Se llama "Flora angiosperma de los páramos de Antioquia y su conservación" y pretende, más que descubrir flores, motivar que se extienda el área de conservación de los páramos, pues si se ha hablado de que en Antioquia son 20.000 hectáreas, en realidad deben protegerse 55.000, pues es también el campo alrededor, ya que hay amenazas como el cambio climático y la invasión del hombre, con actividades económicas y el mismo ecoturismo.
Surtidores de agua
Proteger los páramos es una tarea primordial definida por el Gobierno Nacional y para ello es clave la delimitación, pues si se ha considerado que estas zonas se identifican porque en ellas hay frailejones y están a más de 3.000 metros de altura, las condiciones han cambiado, hay otras características que las definen.
Así lo considera el subdirector del área de Ecosistemas de Corantioquia, Adolfo León Correa, quien admite que esta investigación hará un aporte fundamental en esa tarea.
"Este estudio ayuda a definir estos ecosistemas naturales que están en pleno interés del Estado a través de la Ley 1450, en el artículo 202, que ordena a las corporaciones ambientales delimitar sus páramos", explica.
El estudio aporta a esa parte de delimitación, pues aunque lo biológico es esencial, como la belleza impactante de sus flores y plantas y el recurso hídrico, hay aspectos como el social, lo geomorfológico, lo hidrológico y las dinámicas que se llevan a cabo en ellos que también se contemplan en la definición de páramos.
"En Corantioquia hemos identificado 7 zonas de páramo y la investigación de la U. de A. logra hacer un aporte importante a esa delimitación", concluyó Correa Silva.
Áreas amenazadas
El diputado Edinson Muñoz Ciro, biólogo y quien promueve los temas ambientales en la Asamblea, opina que es un buen momento para darles importancia a los páramos, pues son "ecosistemas fundamentales para garantizar el abastecimiento hídrico y están seriamente amenazados por usos inadecuados del suelo, como la ganadería y el cultivo de papa, además del calentamiento global".
Además, son las áreas menos estudiadas y de las que más poco conocimiento científico se tiene. De allí la relievancia de la investigación, que también servirá para clarificar aspectos del código de explotación minera, que define estos sitios más por la altura que por sus características.
Es tal la importancia de los páramos, que el agua que surte a todo Medellín proviene del páramo de Belmira o Santa Inés y en el Citará nace el caudaloso Río Atrato, que recorre gran parte del territorio antioqueño.
Las flores, con su colorido y sus mil variadas formas, también crecen en las alturas, más allá de los 3.000 metros sobre el nivel del mar, en las 20.000 hectáreas de páramo que tiene Antioquia.
Así lo muestra una investigación del Instituto de Biología de la Universidad de Antioquia, que halló en las cimas flores que se pensaba que no eran de zonas tan altas y descubrió nuevos páramos o zonas de páramo.
El líder del proyecto, el biólogo Fernando Alzate, precisó que lo más sorprendente de la investigación, que está en etapa final tras dos años de trabajo de campo, fue descubrir el páramo de Sonsón. "Es un área de sólo 10 hectáreas, una montaña con bosque y en la cima tiene el páramo, es tan pequeña que no figura en los mapas", explicó.
Se halló, también, una zona de páramo en los Llanos de Cuivá, en Yarumal, aunque con ganado y cultivos de papa.
El proyecto va más allá de inventariar las flores de los páramos. Se llama "Flora angiosperma de los páramos de Antioquia y su conservación" y pretende motivar que se extienda el área de conservación de los páramos, pues si se habla de que en Antioquia son 20.000 hectáreas, en realidad deben protegerse 55.000, ya que hay amenazas como el cambio climático y la invasión del hombre, con actividades económicas y el mismo ecoturismo.
Surtidores de agua
Proteger los páramos es una tarea primordial definida por el Gobierno y para ello es clave la delimitación, pues si se ha considerado que se identifican porque en ellas hay frailejones y están a más de 3.000 metros de altura, las condiciones han cambiado, hay otras características que las definen.
Así lo considera el subdirector del área de Ecosistemas de Corantioquia, Adolfo Correa, quien admite que esta investigación hará un aporte fundamental en esa tarea. "Ayuda a definir estos ecosistemas naturales que están en pleno interés del Estado a través de la Ley 1450, en el artículo 202, que ordena a las corporaciones ambientales delimitar sus páramos", explica.
El estudio aporta a la delimitación, pues aunque lo biológico es esencial, como la belleza de sus flores y plantas y el recurso hídrico, hay aspectos como el social, lo geomorfológico, lo hidrológico y las dinámicas que se llevan a cabo en ellos que también se contemplan en la definición de páramos. "En Corantioquia hemos identificado siete zonas de páramo y la investigación de la U. de A. logra hacer un aporte importante a esa delimitación", concluyó Correa Silva.
Áreas amenazadas
El diputado Edinson Muñoz Ciro, biólogo y quien promueve los temas ambientales en la Asamblea, opina que es un buen momento para darles importancia a los páramos, pues son "ecosistemas fundamentales para garantizar el abastecimiento hídrico y están amenazados por usos inadecuados del suelo, como la ganadería y el cultivo de papa y por el calentamiento global".
El agua que surte a todo Medellín proviene del páramo de Belmira o Santa Inés y en el Citará nace el caudaloso río Atrato.
PARA SABER MÁS
POR LOS ACEITES Y SUS ESENCIAS
Otro aporte investigativo de la U. de A. y su instituto de Biología, en asocio con el Instituto de Química Farmacéutica, es la caracterización de los aceites esenciales, que están en las plantas halladas. Destaca el investigador Alzate que las plantas de páramo son las que más producen aromas. Cada planta, dice, produce 6 o 7 aceites esenciales diferentes. En esta investigación se invirtieron cerca de 100 millones de pesos, aclaró el investigador.