El incremento de urbanizaciones aumentó la demanda de usuarios de transporte público en Envigado. Las filas son largas y los colectivos integrados al metro no suplen la demanda.
En semana, entre 6 y 7:30 de la mañana, en la estación Ayurá la fila de pasajeros asciende hasta las escalas del puente sobre la Regional. Expresan inconformidad, pues el único medio de transporte es el alimentador que cubre Ayurá - Loma del Chocho - Cumbres. "A veces la gente prefiere tomar taxi", señala Natalia López, quien cada 15 días trabaja en la zona.
Las frecuencias están determinadas por la del metro que, a esa hora, es de cada tres minutos. Como la mayoría de la población que trabaja en el sur del Aburrá llega desde el norte, el flujo en las estaciones Envigado y Ayurá es continuo.
María de la Cruz Nanclares trabaja en la urbanización Puebla. Le ha tocado ver el crecimiento urbanístico. Dice que antes era peor, pues aunque eran menos los pasajeros, también era menos la frecuencia.
Según la Oficina Asesora de Planeación, las curadurías dan licencias de construcción en zonas donde hay garantía de servicios públicos y transporte. En El Esmeraldal, El Chocho, Benedictinos y Cumbres carecen de un buen servicio de transporte. La demanda desbordó la oferta.
"Cuando pedimos ampliar vías y soluciones al caos vehicular sugieren que compartamos el carro o usar transporte público. Cómo, si no hay tiempo para esperar una buseta", expone Carolina Castaño, habitante de El Esmeraldal. Carlos Pabón, jefe de rutas de Santra, dice que solicitaron permiso al Tránsito de usar más carros hacia las lomas.
En semana, entre 6 y 7:30 de la mañana, en la estación Ayurá la fila de pasajeros asciende hasta las escalas del puente sobre la Regional. Expresan inconformidad, pues el único medio de transporte es el alimentador que cubre Ayurá - Loma del Chocho - Cumbres. "A veces la gente prefiere tomar taxi", señala Natalia López, quien cada 15 días trabaja en la zona.
Las frecuencias están determinadas por la del metro que, a esa hora, es de cada tres minutos. Como la mayoría de la población que trabaja en el sur del Aburrá llega desde el norte, el flujo en las estaciones Envigado y Ayurá es continuo.
María de la Cruz Nanclares trabaja en la urbanización Puebla. Le ha tocado ver el crecimiento urbanístico. Dice que antes era peor, pues aunque eran menos los pasajeros, también era menos la frecuencia.
Según la Oficina Asesora de Planeación, las curadurías dan licencias de construcción en zonas donde hay garantía de servicios públicos y transporte. En El Esmeraldal, El Chocho, Benedictinos y Cumbres carecen de un buen servicio de transporte. La demanda desbordó la oferta.
"Cuando pedimos ampliar vías y soluciones al caos vehicular sugieren que compartamos el carro o usar transporte público. Cómo, si no hay tiempo para esperar una buseta", expone Carolina Castaño, habitante de El Esmeraldal. Carlos Pabón, jefe de rutas de Santra, dice que solicitaron permiso al Tránsito de usar más carros hacia las lomas.