Todos los olvidos confluyen en esta población del Medio Atrato. Viene el futuro.
Parado sobre una eterna laguna, a orillas del río Atrato, está Vigía del Fuerte. La laguna se forma por las crecidas del río, que cuando se pone rabioso se mete a las entrañas del pueblo y lo inunda tanto, que ni con la sequía se van todas las aguas. Siempre hay charcos.
Y allí, en ese pueblo de costumbres chocoanas, ubicado en toda la esquina del occidente antioqueño, pero perteneciente a la subregión de Urabá, se construirá uno de los 45 parques educativos de Antioquia, el proyecto bandera del gobernador, Sergio Fajardo, que enrutará al departamento hacia una educación con más visión de futuro.
Ninguna carretera une a Vigía con Antioquia y el único canal que lo enlaza con el mundo es su río. Vive condiciones de pobreza y marginalidad casi eternas, pero por su empeño para salir del olvido recibió el premio de un parque educativo, una lucha ganada por su alcaldesa, Miriam del Carmen Serna, una mujer que nunca vio mejor oportunidad para proyectar su pueblo.
"En otros tiempos no tuvimos apoyo y los bachilleres tuvieron menos oportunidades. Ahora nos ganamos el parque educativo y lo vamos a aprovechar, porque es el futuro", expresa Miriam, que camina por las calles intentando solucionar cada problema.
Ni agua ni luz
El más grave, sin duda, es el aislamiento. Vigía está a 50 minutos de Medellín en avioneta. Y por el río está a 4 horas de Quibdó, a 6 de Turbo, a 3 de Murindó y a hora y media de Bojayá.
No está interconectado y esta es su mayor dificultad. La luz funciona con plantas, pero allí les venden el combustible más caro del mundo: "El galón de Acpm nos sale en 14.500 pesos, eso estanca todos los proyectos", se lamenta la alcaldesa.
En esas condiciones, la energía sólo se conecta de 6:00 p.m. a 11:00 p.m. Lo que se ve encendido de día es con plantas particulares. "Siempre ha sido así, uno sabe y organiza los oficios de la casa", apunta Julia Panesso, quien pide que se mire con más justicia hacia su pueblo.
Otro gran problema es el agua potable. Vigía no tiene un sistema de acueducto que abastezca a toda su población, calculada en unas 9.000 personas, aunque el censo de 2009 dio un conteo de 5.600.
"Es que por el problema de Bojayá no se pudo contar la gente de Río Murrí y por eso la cifra es errada", explica la alcaldesa. El agua, entonces, nunca es potable, y se conecta un día en unos barrios y otro día en los otros.
"El agua lluvia la recogemos, la calentamos y esa es la que tomamos, la de las canillas la usamos para comer y hacer los oficios", indica Ana Julia.
Casi todas las casas son de madera y están montadas en estacas que sirven de columnas para evitar que se inunden. Y las calles igual, no hay vías sino puentes de madera a metro y medio de altura, que ya cumplieron su ciclo y están desbaratados. Cuando colapsen del todo, caminar será imposible. En el pueblo no existen carros y las motos están contadas: hay dos.
Y como no hay empresas, todos son pescadores, madereros o agricultores. Nunca ha habido más opción para los habitantes. Salir de bachillerato es llegar a la frustración. El parque educativo, que lo construirá Viva -la Empresa de Vivienda de Antioquia-, cambiará esa realidad. Así lo esperan estudiantes y docentes.
"Estamos viendo oportunidades que antes no había y los que soñamos ser odontólogos, médicos o administradores, como yo, lo vamos a poder cumplir, en el parque educativo y también con el colegio virtual". Es lo que espera Dania Perea Murillo, de la I.E. Vigía del Fuerte, el colegio principal, que se lo está tragando el Atrato, pero que ya tiene asignados recursos para una sede nueva.
Igual situación vive el colegio Emberá, a cargo de las Misioneras de la Madre Laura, una estructura de madera que el río y los aguaceros tienen al borde del colapso.
"Con el Sena estamos trayendo técnicas y tecnologías para darles más opciones a los jóvenes" señala Juvir Leina Rentería, la secretaria de Educación.
En un pueblo donde los viejos se resignaron a pasar las tardes jugando parqués, dominó y cartas, los jóvenes sueñan otro futuro.
El parque educativo, que también servirá a Bojayá, será la plataforma de conexión en un pueblo que está a todas las distancias del mundo. Y el mundo, tal vez, les quedará a un clic.
PARA SABER MÁS
UN NUEVO REFERENTE DEL PUEBLO
La Gobernación concibe los parques educativos como nuevos referentes de cada localidad (como la iglesia y el parque) que garanticen educación pública de calidad y acojan la ciencia, la tecnología, el emprendimiento, la innovación y la cultura. El de Vigía del Fuerte será el único diseñado y construido por Viva. Los diseños deberán estar listos en junio. Por ahora está seleccionado el lote, ubicado en la zona central y sólo será necesario adquirir tres predios.