Comunidad se preparó por falta del servicio 10 días. Queja: gasto adicional de pasajes.
A pie, en una constante romería hasta Acevedo, en bus hacia el Centro, o en taxi o rutas integradas que los llevaron a la estación Hospital, atenuaron los 20.000 usuarios cotidianos de la Línea K del metrocable, la primera jornada de los 10 días de cierre del sistema por labores de mantenimiento.
El primer impacto de su ausencia es el mayor costo en pasajes, como lo reclamaron Luz Marina Gómez y su hijo Sebastián Orozco, que pagaron 5.000 pesos en taxi desde el barrio Popular hasta Acevedo para seguir en metro. "Al regreso va a ser lo mismo. Póngale 10.000 pesos de más en una sola vuelta", dijo Sebastián.
Adentro, en la plataforma que conduce al cable, una rueda gigante, de casi 9,0 metros de diámetro, es el primer objetivo de un grupo de técnicos.
Según Ricardo Cano Domínguez, jefe de mantenimiento, todas las tareas se concentran en la cadena motriz: motores, reductor, poleas principales y sistema de tensión.
Y la "rueda" es una polea principal que se bajará casi a nivel de un andamio para cambiarle el rodamiento, para lo cual ayer hubo que soltarla del cable, que quedó aferrado a un soporte que lo mantiene tensionado.
"Es una tarea compleja", dijo, al precisar que esa labor requiere varios días de intervención, mientras que en forma paralela, en la estación de retorno (Santo Domingo) se hace mantenimiento al sistema de tensión, que implica desmontar cilindros y cambiar algunos elementos.
En la bodega de la estación Acevedo reposan las 93 cabinas de la Línea K, a las cuales se les hace un trabajo de inspección y aseo, aunque todos los días, en plena operación, se hace con tres unidades.
En las labores que se cumplen simultáneamente en la Línea L (cable Arví), participa un equipo de 35 técnicos, todo personal Metro que adquirió experiencia y se convirtió en mano de obra muy calificada. "La experiencia perfeccionó el conocimiento, hoy todo lo hacemos con nuestra gente", comentó.
Solo la asesoría externa la presta la firma francesa Poma, que realiza el acompañamiento a todo el proceso y la posterior certificación del sistema, como lo exigen las normas de calidad.
El grupo que coordina Cano trabaja de 7:00 de la mañana a 7:00 de la noche, pero si es necesario extenderán el horario por la noche para cumplir el cronograma.
La razón para adelantar el mantenimiento en plena semana laboral fue el pedido de la comunidad al Metro para que pudieran disponer del sistema por Semana Santa y permitir la llegada del turismo.
El balance no pudo ser mejor. Luis Eduardo Cardona, líder de la Asociación de Comerciantes Parque Mirador Santo Domingo Savio, afirmó que si bien estos días son un poco caóticos para la gente, lo que se hizo fue efectivo. "Toda la semana hubo lleno total. Los visitantes venían al mirador y seguían para el Parque o al contrario. Valió la pena dejarlo", expresó, convencido de que se justificó el sacrificio de pagar pasajes más altos esta semana porque la comunidad se benefició.
¿QUÉ SIGUE?
EN ARVÍ SE RECORTA POR ESTIRAMIENTO
Los trabajos de mantenimiento de la Línea K no incluyen el recorte del cable porque esta tarea se realizó en 2010 y todavía no es tiempo de repetirla.
En cambio en la Línea L (Arví) sí se requiere porque en febrero cumplió tres años de operación y ya le llegó el tiempo de hacerlo, dado el estiramiento que acumula por el uso.
Ricardo Cano informó que ayer se inició el proceso de descableado en Arví, que consiste en bajar el hilo de acero de las poleas para llevarlo hasta nivel del piso, donde se adelanta el resto de la actividad. Esto se logrará por completo entre hoy y mañana miércoles.
Tanto a las cabinas del cable Arví como de Santo Domingo les harán las pruebas de carga el fin de semana.