EN MEDELLÍN LOS trabajos en infraestructura marcaron la agenda administrativa. Quedan pendientes los proyectos por valorización.
Obras. Este año ha sido significativo en la entrega de infraestructura para atender las necesidades de la comunidad en materia educativa, recreativa, habitacional, de seguridad y, en menos proporción, en movilidad.
Al comenzar este año, el alcalde Alonso Salazar anunció que su administración trabajaría para entregar unas 300 obras en todos los frentes.
Y, en esa medida, se han cortado cintas para dar al servicio seis jardines infantiles del programa Buen Comienzo; el parque biblioteca de San Cristóbal; los parques de El Socorro, La Perla, Las Cometas y El Viento (Tinaja); la renovación del parque de La Milagrosa y del Cerro El Volador; el paseo urbano Pedro Nel Gómez y el de la 99, entre otras intervenciones.
En ese paquete de inauguraciones también se incluyó el del puente de La Asomadera, un viaducto que prolonga la avenida 34, en El Poblado, y que se proyecta como una conexión futura con el sector de Palos Verdes, en la zona nororiental de la ciudad.
Y aunque solo hasta el 2014 se verá rodar, este año le deja a la ciudad la firma del empréstito que permitirá la construcción del tranvía a Buenos Aires.
Movilidad
El augurio de que mejorará el tráfico en el sentido oriente-occidente, corre por cuenta de la próxima entrega del puente Gilberto Echeverri Mejía, sobre la calle 4Sur, prevista para el 26 de diciembre. Y es esta obra, una de las más grandes en materia de movilidad, no solo para el año que termina sino en el mandato de Salazar.
Sin embargo, queda pendiente el paquete de 20 obras que se había trazado esta administración para ejecutarlas mediante el sistema de valorización, proyectos que quedan como tarea para el gobierno que asumirá a partir del primero de enero de 2012.
Y si de rendición de cuentas se trata, en este balance hay que incluir el intercambio vial de la 80 que avanza a buen paso y al que le queda pendiente la conexión al Túnel Fernando Gómez Martínez, de 4,2 kilómetros de longitud, que compromete recursos del Gobierno Nacional.
Adicional a las obras de Medellín, en el Valle de Aburrá hay que mencionar la entrega de la doble calzada Solla-Tricentenario, que contribuyó a descongestionar la salida hacia el norte.
Y por el sur, el puente del intercambio vial de Pilsen que facilita la conexión entre Itagüí y Sabaneta, aunque todavía no logra resolver el embotellamiento vehicular por la falta de sincronización de los semáforos.