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Ahorro por gas en metroplús debe atraer a todo el sector

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Cadena del gas reclama al gobierno que obligue al transporte público que se convierta a este combustible. En un año, metroplús ahorró $2.000 millones.
Los gremios de la cadena del gas natural reclamaron al Gobierno que convierta en política de Estado la utilización de este combustible en todos los sistemas de transporte público masivo, porque su eficiencia está probada en los aspectos económico y ambiental, y la experiencia del metroplús en Medellín lo respalda.

La contundencia de las cifras avala las ventajas que supone en los sistemas de transporte de mediadana capacidad. Según el vicealcalde de Movilidad, Javier Ignacio Hurtado, sólo en el primer año de operación del metroplús, el ahorro por el uso de Gas Natural Vehicular (GNV), frente a lo que hubiera sido con diésel, representa 2.000 millones de pesos.

Y eso que con una flota de solo 20 buses articulados, observa el gerente de Gas de EPM, Esteban Barrientos Moreno, al preguntarse cómo será el ahorro cuando se sumen los 47 padrones que reforzarán las cuencas 3 y 6 y los 250 buses alimentadores que llegarán en el segundo semestre.

Pero en las demás ciudades capitales, sus alcaldes no se han decidido por este combustible o han dilatado la determinación, como se debatió en el Congreso de Naturgas.

A pesar de eso, la gerente de Terpel y vocera de Gazel, Sylvia Escovar Gómez, tiene claro que el gas natural será "el diesel del futuro", por económico, seguro y, lo más importante, amigable con el ambiente, con un efecto en la salud, al reducir todas las enfermedades de tipo pulmonar.

Este argumento lo refrenda el investigador de la Universidad de los Andes Eduardo Behrentz, quien sostiene que las emisiones son 10 veces más limpias en un bus con gas natural que con el diesel de la mejor calidad (el Euro 4).

El gran problema de la contaminación -dice- es la emisión de partículas que se alojan en los alveolos pulmonares, causando un problema grave de sanidad pública. Y pone el ejemplo de Bogotá, donde "anualmente se arrojan al ambiente 2.500 toneladas de material particulado y el 80 por ciento proviene de las emisiones diésel".

Castigo a los que contaminen
Con los esfuerzos de Gazel de sustituir gasolina por GNV, se ha logrado convertir el 77 por ciento del mercado de los taxis en el país, dice Sylvia Escovar, pero anota que la vida útil de éstos es muy corta, con chatarrización cada cinco años, entonces la demanda depende de las conversiones.

Y de adoptarlo como combustible por el transporte público, afirma que los buses tendrán una vida superior porque vienen con esta tecnología desde fábrica.

Su colega, el gerente de Surtigas, Magín Ortiga Pareja, plantea con vehemencia que el Ministerio de Ambiente debería "castigar a quienes utilicen combustibles que contaminen más" y, a la vez, reconocer a quienes sí lo hacen.

Una de las razones que la directiva de Gazel reconoce por las que no se ha dado una conversión total del transporte público a gas, es que por mucho tiempo en el país hubo dudas sobre las reservas y las mismas instituciones dijeron que no habría para mucho tiempo.

Pero -observa- desde el año pasado el Gobierno dejó claro que existe confiabilidad y eso da seguridad a las empresas que invierten en el transporte público. "Las reservas en producción, en escenarios conservadores, es que hay un índice de 16 años, pero hay un potencial por descubrir que depende de la dinámica de la perforación y la exploración", asegura Sylvia Escovar.

Y la certeza del potencial la da el viceministro de Minas, Orlando Cabrales, al sostener que "vamos a duplicar la producción de gas en los próximos años".

Mientras para este año se suscribieron 54 contratos de explotación, para el próximo hay 50 -destaca-, frente a un promedio que se tenía de 20 por año.

"No hay por qué temer"
Hoy en el país sólo el 8,2 por ciento de los combustibles que mueven motores de vehículos, es GNV.

"El rey en la participación de los combustibles en el transporte público es el diésel, con el 47 por ciento", afirma la gerente de Terpel.

La gasolina corriente participa con el 42 por ciento y la extra con apenas el 1,8 por ciento.

Esto significa que lo que mantiene la demanda por el GNV en el país son las conversiones, y en su mayoría de los taxis, que es poco para desarrollar este mercado.

Ante este panorama, el presidente de Naturgas, Eduardo Pizano de Narváez, recoge el ejemplo de la empresa Metroplús, porque hay dos ciudades que están pendientes con sus sistemas de transporte masivo: Cartagena, con Transcaribe; y Bogotá, que tiene que entrar dentro de poco con la reposición de los buses de la Fase 1 de Transmilenio.

Su idea es que se mire la experiencia de Medellín que considera positiva, y subraya que si se hubiera escogido el diésel y no el gas natural, cada bus estaría pagando 10 millones de pesos adicionales en combustible al mes.

Ante la aparente lentitud para dar el paso, Pizano considera que el tema de fondo es que las grandes proveedoras del transporte público como la Volvo y la Mercedes, están conectadas con el diésel y la razón es que tienen sus fábricas en Brasil para atender el mercado colombiano.

Pero contrasta que sí tienen esos vehículos con gas en Europa y Estados Unidos, en cambio para Latinoamérica decidieron que su negocio es diésel.

Tanto Pizano como Sylvia Escovar aseguran que no hay por qué temer, pues se ha investigado a nivel mundial y los vehículos no pierden fuerza ni dañan los motores, prueba de lo cual es que hay miles de buses en ciudades de China, India y Estados Unidos que operan con gas.

Medellín -advierte Pizano- fue un campanazo de alerta, pero "se requiere que esta decisión la tome el gobierno nacional en asocio con los gobiernos locales, pensando lo que conviene a la ciudad y no a los proveedores de los equipos de transporte".
PARA SABER MÁS
ELLOS MISMOS SE CAMBIARÁN: EPM
El gerente de Gas de EPM, Esteban Barrientos, aprecia que las ciudades que no han pasado el transporte público a gas, ha sido por decisiones políticas que nada tienen que ver con si es bueno, económico o si hay suficiente. Al final -dice- el pasajero es quien recibe un mejor servicio o paga un tiquete más caro. Con lo que se ha probado que el mantenimiento cuesta menos y el combustible más barato un 50% frente al diésel, "con toda seguridad, los mismos transportadores van a tomar la decisión". Expone el ejemplo de Lima, con su sistema Metropolitano, que hoy tiene 400 buses que funcionan con gas, mientras que los independientes hacen toda su renovación a gas.
EN DEFINITIVADirigentes de la cadena del gas están convencidos de que el transporte público del país tiene que migrar al gas, pero piden al Gobierno que lidere el proceso con estímulos o como política.

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