Los derechos humanos, el Derecho Internacional Humanitario, las víctimas de la violencia y el apoyo a la justicia tienen lugar privilegiado en la visión de Santiago Londoño Uribe en la gestión que adelantará al frente de la secretaría de Gobierno de Antioquia.
Santiago Londoño Uribe no tuvo tiempo ni de desempacar sus pertenencias en su despacho como Secretario de Gobierno de Antioquia. En los primeros cinco días lidió con tensiones que amenazaban la democracia en Cáceres, terrorismo en Anorí y el paro armado promovido por "los Urabeños". En diálogo con este diario señaló que no se esperaba algo diferente, pero sin duda el precedente fue una prueba sobre las exigencias de su nuevo cargo.
¿Cuáles son sus retos y expectativas frente a su nuevo rol?
"El reto es cambiar la imagen de la Secretaría y apostarle a la seguridad integral, donde la convivencia y la prevención de la violencia, los derechos humanos, el Derecho Internacional Humanitario, las víctimas, y el apoyo a la justicia son ejes fundamentales. Queremos tener 125 planes municipales de seguridad, construidos con las autoridades locales, que nos permitan tener un diagnóstico, un mapa de riesgos y programas y proyectos nacidos desde los municipios para alimentar el gran programa a nivel departamental".
En su perfil, usted dice que viene de una familia paisa llena de historias y libros, ¿cuáles son?
"Mi papá fue jesuita durante siete años y estudió Filosofía. Conoció a mi mamá en la Universidad Javeriana, como estudiante de Sicología. Crecí escuchando esas historias de cómo se conocieron. Antes de ser novios, mi papá de sotana y mi mamá de estudiante, trabajaron con el cura Pérez y con Domingo Laín, que después fueron del Eln, pero que en ese momento trabajaban en barrios del sur de Bogotá en proyectos sociales".
¿Cómo llegó a la política?
"Mis primeros contactos con la política fueron por medio de mi mamá que me llevaba a las reuniones del Nuevo Liberalismo. En esa época, en las elecciones no había tarjetones sino votos que se repartían a la gente y eran los que depositaban en las urnas. Me acuerdo de días enteros metidos en un cuarto varios niños ayudando a empacar votos del Nuevo Liberalismo y de Galán".
¿Cómo asume el cambio de concejal de Medellín a Secretario de Gobierno?
"Ahora son 125 municipios y entonces hay que ampliar el espectro. El otro reto es pasar de una corporación de elección popular a una secretaría. Las labores son muy distintas: un concejal se dedica básicamente al control político y a diseñar políticas públicas, pero no administra, no ejecuta ni es responsable de indicadores concretos".
¿Cómo fue el arranque de su gestión?
"Fue un inicio turbulento y muy complejo, pero no esperaba nada distinto. Sabía que el reto que me llegaba era muy grande. Yo sabía que las amenazas eran inmensas, lo viví como concejal de Medellín, y en campaña. No creí que en los primeros cinco días se iba a presentar ese compendio de situaciones como la no posesión del alcalde de Cáceres, los ataques a la infraestructura energética en Anorí y todo el tema de la amenaza terrorista de estos grupos criminales conectados al narcotráfico".
¿Qué aprendizaje hay de estos hechos?
"Encontramos que hay en ciertas regiones del departamento un miedo real, a la gente le da miedo denunciar y no ve que sus denuncias tengan resultado. Ese es uno de los retos grandes que tenemos, a partir de esos cinco días que nos mostraron esos problemas, empezar a buscar soluciones de fondo".
¿Cuál es la propuesta para el departamento?
"Hoy en día para un joven es mucho más fácil acceder a la ilegalidad, donde no exigen recomendaciones, hojas de vida ni estudios. Queremos pavimentar de oportunidades el camino a la legalidad, y cerrar la puerta para que cada vez menos gente entre a la ilegalidad. Nuestro plan es, a la vez que generamos oportunidades poner las condiciones de seguridad, porque tampoco es posible tener oportunidades con inseguridad".
¿Cómo eligió a sus asesores?
"Quería personas que tuvieran experiencia en el tema de seguridad, convivencia y política criminal, y por eso invité a Jesús María Ramírez, que fue subsecretario de Orden Civil, secretario de Gobierno y gerente de la ESU, para que nos asesora en los planes municipales de seguridad. E invitamos a Martha Penagos, exdirectora seccional de Fiscalías, para que nos ayude a construir una política regional criminal".
Santiago Londoño Uribe no tuvo tiempo ni de desempacar sus pertenencias en su despacho como Secretario de Gobierno de Antioquia. En los primeros cinco días lidió con tensiones que amenazaban la democracia en Cáceres, terrorismo en Anorí y el paro armado promovido por "los Urabeños". En diálogo con este diario señaló que no se esperaba algo diferente, pero sin duda el precedente fue una prueba sobre las exigencias de su nuevo cargo.
¿Cuáles son sus retos y expectativas frente a su nuevo rol?
"El reto es cambiar la imagen de la Secretaría y apostarle a la seguridad integral, donde la convivencia y la prevención de la violencia, los derechos humanos, el Derecho Internacional Humanitario, las víctimas, y el apoyo a la justicia son ejes fundamentales. Queremos tener 125 planes municipales de seguridad, construidos con las autoridades locales, que nos permitan tener un diagnóstico, un mapa de riesgos y programas y proyectos nacidos desde los municipios para alimentar el gran programa a nivel departamental".
En su perfil, usted dice que viene de una familia paisa llena de historias y libros, ¿cuáles son?
"Mi papá fue jesuita durante siete años y estudió Filosofía. Conoció a mi mamá en la Universidad Javeriana, como estudiante de Sicología. Crecí escuchando esas historias de cómo se conocieron. Antes de ser novios, mi papá de sotana y mi mamá de estudiante, trabajaron con el cura Pérez y con Domingo Laín, que después fueron del Eln, pero que en ese momento trabajaban en barrios del sur de Bogotá en proyectos sociales".
¿Cómo llegó a la política?
"Mis primeros contactos con la política fueron por medio de mi mamá que me llevaba a las reuniones del Nuevo Liberalismo. En esa época, en las elecciones no había tarjetones sino votos que se repartían a la gente y eran los que depositaban en las urnas. Me acuerdo de días enteros metidos en un cuarto varios niños ayudando a empacar votos del Nuevo Liberalismo y de Galán".
¿Cómo asume el cambio de concejal de Medellín a Secretario de Gobierno?
"Ahora son 125 municipios y entonces hay que ampliar el espectro. El otro reto es pasar de una corporación de elección popular a una secretaría. Las labores son muy distintas: un concejal se dedica básicamente al control político y a diseñar políticas públicas, pero no administra, no ejecuta ni es responsable de indicadores concretos".
¿Cómo fue el arranque de su gestión?
"Fue un inicio turbulento y muy complejo, pero no esperaba nada distinto. Sabía que el reto que me llegaba era muy grande. Yo sabía que las amenazas eran inmensas, lo viví como concejal de Medellín, y en campaña. No creí que en los primeros cinco días se iba a presentar ese compendio de situaciones como la no posesión del alcalde de Cáceres, los ataques a la infraestructura energética en Anorí y todo el tema de la amenaza terrorista de estos grupos criminales conectados al narcotráfico".
¿Qué aprendizaje hay de estos hechos?
"Encontramos que hay en ciertas regiones del departamento un miedo real, a la gente le da miedo denunciar y no ve que sus denuncias tengan resultado. Ese es uno de los retos grandes que tenemos, a partir de esos cinco días que nos mostraron esos problemas, empezar a buscar soluciones de fondo".
¿Cuál es la propuesta para el departamento?
"Hoy en día para un joven es mucho más fácil acceder a la ilegalidad, donde no exigen recomendaciones, hojas de vida ni estudios. Queremos pavimentar de oportunidades el camino a la legalidad, y cerrar la puerta para que cada vez menos gente entre a la ilegalidad. Nuestro plan es, a la vez que generamos oportunidades poner las condiciones de seguridad, porque tampoco es posible tener oportunidades con inseguridad".
¿Cómo eligió a sus asesores?
"Quería personas que tuvieran experiencia en el tema de seguridad, convivencia y política criminal, y por eso invité a Jesús María Ramírez, que fue subsecretario de Orden Civil, secretario de Gobierno y gerente de la ESU, para que nos asesora en los planes municipales de seguridad. E invitamos a Martha Penagos, exdirectora seccional de Fiscalías, para que nos ayude a construir una política regional criminal".