La piedra de El Peñol es uno de los atractivos turísticos más visitados de Colombia. Sin embargo, algunos usuarios se quejan del precio y de su infraestructura interior.
José Rodríguez, lector de EL COLOMBIANO, reportó vía Tips, una serie de reclamos que van desde la falta de una caneca de basura hasta la importancia de tener información turística que enriquezca el recorrido por el monolito.
La semana pasada, Rodríguez estuvo visitando el lugar acompañado de un grupo de amigos. Asegura que no se justifica pagar 10.000 pesos, lo que cuesta la entrada al sitio, para pasar un rato incómodo. Además, advierte que no está mal que ganen plata, pero le inquieta que no se ofrezcan servicios seguros y de calidad.
"Hay vía para subir y bajar, pero si su mamá, abuela o usted, se arrepiente a medio camino, no hay cómo pasar hacia el lado de las escaleras que bajan, es decir, debe bajar en contravía. Si quiera no hay cámaras y fotomultas", manifiesta el tipeador.
Para subir la piedra hay que hacerlo por 659 escalones, cantidad considerable si se tiene en cuenta la falta de señalización, avisos que contengan información relevante sobre la historia de la piedra, depósitos de basuras, acabados de construcción precarios, y sillas para descansar, puntos en los que coinciden varios turistas.
Jaime Ovidio Hincapié, administrador del lugar, reconoce la falta de señalización y de asientos en el espacio, pero por otra parte afirma que la información básica de la zona sí se encuentra en unos pendones que se instalaron a principios de enero, al lado de las taquillas de pago.
Además habla de los proyectos en los que se está trabajando para mejorar las condiciones de ese destino turístico.
"Se tiene pensado transformar la torre panorámica de la piedra con vidrios de seguridad, pavimentar las escalas, ampliar los parqueaderos, cubrir con mallas la cima de la piedra, contar con la asistencia de una enfermera profesional e instalar un cable de vuelo".
No obstante, José va más lejos de la instalación del cable de vuelo y sugiere un ascensor panorámico para que las personas de la tercera edad, discapacitados y aquellos que sufren sensaciones de vértigo, puedan disfrutar de un paisaje tan lindo como lo define él, sin ningún tipo de exclusión.
El administrador invita a todos para que se conozca el lugar y no se pierda la posibilidad de experimentar un sitio único en el mundo, con un panorama y un clima digno de envidiar.