
Al tratar aguas residuales de Envigado, Itagüí, La Estrella y Sabaneta, la planta ha removido un 30% de la contaminación.
Tiene 12 años y si bien no ha logrado cambiar del todo la cara al río Medellín, sí ha eliminado los malos olores desde el sur del Valle de Aburrá hasta Moravia, además ha removido el 30 por ciento de la contaminación producida por sólidos y materia orgánica.
La Planta San Fernando, operada por EPM, es guardiana del río, tratando aguas residuales del alcantarillado doméstico y de industrias de Itagüí, Envigado, La Estrella y Sabaneta.
"Mediante un tratamiento secundario biológico logramos separar esa contaminación del agua para así retornar al río Medellín con un 80 por ciento menos de contaminación", explica John Fernando Jaramillo, jefe del Área de Tratamiento Aguas Residuales de EPM.
Para la secretaria de Medio Ambiente de Medellín, Ana Milena Joya, la Planta San Fernando, tiene un impacto muy positivo, en especial, en la reducción de malos olores.
Resalta que la planta remueve los contaminantes que van a parar al río y al descomponerse toman todo el oxígeno del agua y generan mal olor.
Según explica Diana Castro, líder de gestión ambiental del Área Metropolitana, sí hay una mejora sustancial en la calidad del agua, la cual se ve reflejada en que la población ha aumentado y las condiciones del río siguen mejorando.
Sin embargo, Ana Cristina Restrepo, ingeniera ambiental y docente de la universidad Eafit, resalta que el problema de San Fernando se debe a que no contempla algunas variables de contaminación.
"Cuando el río se ha teñido de rojo, el escándalo es que la planta de San Fernando no es buena y eso no es así, lo que pasa es que es una planta que está hecha para cumplir con una norma existente que no contempla parámetros como el vertimiento de color", dice.
Para la ingeniera, la descontaminación del río no se logrará hasta que no se tenga en operación la planta de Bello, con la cual el tratamiento de aguas residuales llegará al 95 por ciento.
La obra tiene un costo de 350 millones de dólares y será tres veces más grande que la de San Fernando. El jefe Área de Tratamiento de aguas residuales de EPM anota que la planta de Itagüí trata 1,3 metros cúbicos por segundo y, en Bello, se iniciará con un caudal de 4,5 a 5 metros cúbicos por segundo.
Además, EPM tiene proyectadas dos plantas más que estarán ubicadas en Girardota y Barbosa, al norte de Medellín.
PARA SABER MÁS
MATERIAL QUE CAE AL RÍO SE REUTILIZA
Según EPM, el material se convierte en biosólido (rico en nitrógeno,fósforo y nutrientes) y se aprovecha como fertilizante. A partir de los residuos también se genera gas metano que incluso se aprovecha al interior de la planta para generar energía eléctrica y alcanza para abastecer las necesidades del 30 por ciento de la planta.
EN DEFINITIVASan Fernando lleva 12 años interviniendo aguas residuales, logrando remover el 30 % de la contaminación del río Medellín. Con la nueva planta de Bello se esperan mejores resultados.