El Metro trabaja con la comunidad para evitar prácticas que pongan en riesgo la prestación del servicio.
Una práctica divertida, como lo es volar una cometa, puede convertirse en inconveniente para la prestación del servicio de metrocable si no se tiene la precaución de realizarse en sitios seguros.
Partiendo de experiencias recientes, el Metro emprendió una campaña con los vecinos a los cables en Nuevo Occidente, la ladera nororiental y el parque Arví, buscando posicionar espacios seguros para elevar cometas, así como promover actividades alternativas de recreación.
La iniciativa sobrevino a incidentes que se presentaron durante la temporada de vacaciones de mitad de año y no deja de ser relevante al finalizar el año escolar, pese a no ser esta la época de mayores vientos.
Adriana María Sánchez, profesional de Gestión Social del Metro, señaló que aunque las cometas no han generado daños en la estructura del sistema, cada vez que se enredan en los cables, el mecanismo se detiene por seguridad.
El Metro se vio obligado a suspender el servicio cuatro veces en junio, mientras que en julio el mismo inconveniente se presentó siete veces y se repitió en agosto, considerado el mes de las cometas.
Explicó que desde julio, la entidad puso en marcha una estrategia para sensibilizar a las comunidades sobre esta situación.
Entre las actividades implementadas, destacó talleres de elaboración de cometas y de otros juguetes de viento alternativos, salidas pedagógicas para volar cometas en sitios retirados de los cables pero cercanos a los barrios, sensibilización con comparsas en 39 sectores de influencia del sistema y en 12 instituciones educativas, que involucraron a más de 6000 niños y 131 docentes.
Inés Elvira Uribe, presidente de la Asociación de Cometeros de El Volador, agregó que la abundancia de cables de energía también son un peligro para elevar cometas. Hizo un llamado a la Administración Municipal sobre la carencia de espacios para los cometeros en la ciudad por el acelerado proceso de urbanización.
PARA SABER MÁS
AEROMODELO QUE PARÓ EL METRO
Un cortocircuito, causado por un helicóptero a escala que cayó sobre las líneas catenarias, cerca de la estación Envigado del metro, provocó una parálisis de más de seis horas en la prestación del servicio el pasado 4 de julio.
El grave incidente colapsó el transporte público al sur del Valle de Aburrá a la hora de salida de muchas empresas y afectó alrededor de 90.000 usuarios durante el tiempo que estuvieron inhabilitadas las estaciones Aguacatala, Ayurá, Envigado e Itagüí.