El programa lleva un año funcionando en Medellín, pero requiere ajustes para beneficiar otros 23.000 hogares pobres. Subsidia 10 metros cúbicos al mes; en Bogotá son 6.
La ciudad modelo en servicios públicos tendría hoy cerca de 40.000 familias que necesitan ayuda extra para obtener el suministro de agua. La ayuda existe, el programa se conoce como el mínimo vital, y beneficia a 17.000 de un total de 24.100 inscritas.
Sin embargo, no todo está fluyendo como debería.
A dichos hogares, con un promedio de 4 miembros por familia, se les suministra una cantidad de 2,5 metros cúbicos por persona al mes y su equivalente se descuenta de la factura de servicios. La idea es beneficiar a los hogares urbanos del nivel 1 del Sisbén y los del nivel 1 y 2 que habitan en zona rural.
Todo se atranca en un requisito muy complejo que viene siendo objeto de debate: los beneficiarios no pueden ser morosos del pago de servicios públicos, es decir, no pueden estar desconectados.
Las condiciones provienen de un decreto municipal y de un acuerdo del Concejo desde el año pasado y también establecen que para acceder al subsidio, las familias deben estar inscritas al programa Medellín Solidaria o pertenecer a la red de Familias en Acción o estar en condición de desplazadas.
Héctor Fabián Betancur, secretario de Inclusión Social y Familia de la Alcaldía, precisa que el foco del programa siempre son las familias en condición de mayor vulnerabilidad, "no cualquier hogar, sino aquellos que estén por debajo de la línea de la pobreza".
Añade que el subsidio va ligado a un acompañamiento casa a casa, en el cual se les explica a los beneficiarios la importancia del hacer buen uso del recurso, de ahorrar y tener una cultura de pago para no perder el subsidio.
La contradicción
Luz Elena Ibarra , una señora desplazada de Urabá y que reside en el barrio La Cruz, narra que hace cuatro años tiene el servicio de agua cortado por no poder pagar. Dice que vive con cuatro hijos, dos de ellos menores, y que uno de los mayores trabaja en "el rebusque", pero "si mucho consigue pa'la comida". Por eso cree tener derecho al mínimo vital de agua, que también está garantizado por una sentencia de la Corte Constitucional de 2010.
"Todos los días me toca pedirles a los vecinos. La ropa voy a lavarla a otro barrio donde hay un nacimiento y lucho para que me reconozcan este derecho", afirma. Habla en nombre de la Mesa Interbarrial de Desconectados.
Javier Gaviria, presidente de la Liga de Usuarios de Servicios Públicos, aduce que el programa no llega ni al 10 por ciento de los hogares que lo necesitan. "En Medellín hay unos 320.000 hogares de niveles 1 y 2, mientras crece el número de desconectados. Según un estudio de Fedesarrollo de noviembre de 2012, en Medellín serían unos 100.000 hogares".
Cifras oficiales de EPM citadas por el concejal Carlos Mejía Múnera indican que en la ciudad hay 58.277 suscriptores desconectados y de estos, 28.646 tienen cortada el agua.
"Falta cobertura, y los que están desconectados son los que necesitan el subsidio", precisa el corporado.
El Concejo municipal prometió impulsar una revisión de requisitos para acceder al subsidio, para que sí les llegue a todos los que lo requieren, y promover un acuerdo para garantizar el mínimo vital de energía.
PARA SABER MÁS
PARA 2013 HABRÁ MÁS SUBSIDIOS
El servicio lo ofrece la Alcaldía a través de tres operadores veredales y de EPM, que tiene el mayor número. En 2013, el municipio destinará 116.000 millones de pesos en subsidios para hogares de estratos 1, 2 y 3 que están por fuera del beneficio del mínimo vital de agua. En Bogotá subsidian 6 metros cúbicos al mes por hogar.
EN DEFINITIVAEl programa de subsidiar el mínimo vital de agua beneficia a 17.000 hogares de Medellín, pero requiere ajustes para llegar a muchas más familias que en realidad necesitan el alivio.
La ciudad modelo en servicios públicos tendría hoy cerca de 40.000 familias que necesitan ayuda extra para obtener el suministro de agua. La ayuda existe, el programa se conoce como el mínimo vital, y beneficia a 17.000 de un total de 24.100 inscritas.
Sin embargo, no todo está fluyendo como debería.
A dichos hogares, con un promedio de 4 miembros por familia, se les suministra una cantidad de 2,5 metros cúbicos por persona al mes y su equivalente se descuenta de la factura de servicios. La idea es beneficiar a los hogares urbanos del nivel 1 del Sisbén y los del nivel 1 y 2 que habitan en zona rural.
Todo se atranca en un requisito muy complejo que viene siendo objeto de debate: los beneficiarios no pueden ser morosos del pago de servicios públicos, es decir, no pueden estar desconectados.
Las condiciones provienen de un decreto municipal y de un acuerdo del Concejo desde el año pasado y también establecen que para acceder al subsidio, las familias deben estar inscritas al programa Medellín Solidaria o pertenecer a la red de Familias en Acción o estar en condición de desplazadas.
Héctor Fabián Betancur, secretario de Inclusión Social y Familia de la Alcaldía, precisa que el foco del programa siempre son las familias en condición de mayor vulnerabilidad, "no cualquier hogar, sino aquellos que estén por debajo de la línea de la pobreza".
Añade que el subsidio va ligado a un acompañamiento casa a casa, en el cual se les explica a los beneficiarios la importancia del hacer buen uso del recurso, de ahorrar y tener una cultura de pago para no perder el subsidio.
La contradicción
Luz Elena Ibarra , una señora desplazada de Urabá y que reside en el barrio La Cruz, narra que hace cuatro años tiene el servicio de agua cortado por no poder pagar. Dice que vive con cuatro hijos, dos de ellos menores, y que uno de los mayores trabaja en "el rebusque", pero "si mucho consigue pa'la comida". Por eso cree tener derecho al mínimo vital de agua, que también está garantizado por una sentencia de la Corte Constitucional de 2010.
"Todos los días me toca pedirles a los vecinos. La ropa voy a lavarla a otro barrio donde hay un nacimiento y lucho para que me reconozcan este derecho", afirma. Habla en nombre de la Mesa Interbarrial de Desconectados.
Javier Gaviria, presidente de la Liga de Usuarios de Servicios Públicos, aduce que el programa no llega ni al 10 por ciento de los hogares que lo necesitan. "En Medellín hay unos 320.000 hogares de niveles 1 y 2, mientras crece el número de desconectados. Según un estudio de Fedesarrollo de noviembre de 2012, en Medellín serían unos 100.000 hogares".
Cifras oficiales de EPM citadas por el concejal Carlos Mejía Múnera indican que en la ciudad hay 58.277 suscriptores desconectados y de estos, 28.646 tienen cortada el agua.
"Falta cobertura, y los que están desconectados son los que necesitan el subsidio", precisa el corporado.
El Concejo municipal prometió impulsar una revisión de requisitos para acceder al subsidio, para que sí les llegue a todos los que lo requieren, y promover un acuerdo para garantizar el mínimo vital de energía.
PARA SABER MÁS
PARA 2013 HABRÁ MÁS SUBSIDIOS
El servicio lo ofrece la Alcaldía a través de tres operadores veredales y de EPM, que tiene el mayor número. En 2013, el municipio destinará 116.000 millones de pesos en subsidios para hogares de estratos 1, 2 y 3 que están por fuera del beneficio del mínimo vital de agua. En Bogotá subsidian 6 metros cúbicos al mes por hogar.
EN DEFINITIVAEl programa de subsidiar el mínimo vital de agua beneficia a 17.000 hogares de Medellín, pero requiere ajustes para llegar a muchas más familias que en realidad necesitan el alivio.