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Salvaescaleras, lentas pero muy seguras

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Con este sistema, igual al del metro, el aeropuerto de Rionegro garantiza la movilidad de los discapacitados.
Al llegar al aeropuerto José María Córdova, procedente de Estados Unidos, la señora Ana María Roldán afirma que se sintió como en una película de terror, pues para llegar a la sala de entrega de equipaje la montaron en una silla de ruedas y luego en un dispositivo especial incrustado en la escalera y habilitado para uso exclusivo de las personas con movilidad reducida, como ella.

"Ese dispositivo sólo lo he visto en las películas de terror, y para movilizar a cada persona el tiempo promedio es de 15 a 18 minutos", narró textualmente la señora en una carta enviada a nuestra redacción con copia al aeropuerto.

Ese dispositivo se llama en realidad salvaescalera y es de lo último en tecnología para garantizarles a las personas con discapacidad, la movilidad en sitios de alta concurrencia de público. El ejemplo más común es el metro, que los tiene instalados en varias de sus estaciones.

A través de estos aparatos, la firma Airplan, que opera el aeropuerto, le presta asistencia a este tipo de población.

Se ve como un sistema seguro, algo lento, aunque no tan exageradamente como lo plantea la señora Roldán, según lo pudimos constatar en visita al propio centro aeroportuario, y cómodo.

Acompañados del ingeniero mecatrónico Daniel Gómez Velásquez, el funcionario encargado de esta área en Airplan, recorrimos los espacios del aeropuerto y constatamos cómo opera el sistema.

En el José María Córdova hay instalados cuatro de estos equipos. Uno está en la zona de desembarque de vuelos remotos, que son aquellos cuyos aviones no se acoplan a los puentes de abordaje y las personas deben tocar la pista.

Los demás están uno en la sala de abordaje internacional y los otros dos en las salas nacionales. El de los vuelos remotos apenas fue instalado la semana anterior y solo esta semana se pondrá en funcionamiento. Los otros operan desde que se le hicieron las reformas al aeropuerto, hace un año. Hay uno fuera de servicio, pues por mal uso de los usuarios -que antes los manipulaban ellos mismos- se dañó y está en reparación.

Movilidad garantizada
Daniel explica que sin estar en el contrato de concesión, Airplan instaló los aparatos para garantizarles a los usuarios un buen servicio.

"Estos equipos valen cada uno 30.000 dólares, antes no estaban instalados, sólo funcionaban las escaleras eléctricas y por ellas se movilizaba esta población", explicó.

Detalló que los salvaescaleras cumplen estándares internacionales para población discapacitada y el aeropuerto no puede salirse de esos parámetros: son equipos que operan a control remoto, su velocidad es de diez metros por minuto y pueden soportar pesos de 230 kilogramos.

Airplan nos demostró el funcionamiento: los equipos se activan con un control remoto que tiene cuatro funciones: sube, baja, abre y cierra.

Con la función abre, el aparato extiende unos brazos que permiten el ingreso de la persona en su silla, y con el cierra ejerce la función de abrazarla para protegerla de alguna caída, que es muy poco factible por la delicadeza y lentitud del movimiento. El control lo opera un funcionario del aeropuerto, en este caso personal de la respectiva aerolínea de un grupo llamado de atención a servicios especiales, "que está pendiente de la llegada de las personas con movilidad reducida para sacarlas y llevarlas hasta su destino final", explicó otra funcionaria de Airplan.

Los equipos tienen instalado un control propio que lo puede operar el mismo discapacitado o su acompañante.

Para los vuelos remotos, en caso de que el equipo no funcione, el discapacitado puede ser llevado directamente a la sala de entrega de equipaje por la zona estéril de la pista, que debe estar libre de obstáculos o personas, pero en una contingencia tal se puede utilizar para esta función.

"Lo ideal es no tener que acudir a esta manera de asistir al discapacitado, pero si la contingencia es muy grande lo podemos hacer", indicó el ingeniero Daniel.

Además de estos salvaescaleras, hay varios ascensores que aunque son para uso de empleados del aeropuerto, también los pueden usar los pasajeros. De hecho, vimos a varios hacerlo sin problema.

Y fuera de esto, están las tradicionales escaleras eléctricas, que por años fueron utilizadas para este servicio.

En las salas de equipaje, hay operarios pendientes de ayudar a los discapacitados en caso de una dificultad. En las salas de abordaje también hay guardias que cada que llega un avión activan las escaleras y abren los equipos para que el sistema funcione a tiempo.

"Esto es una operación sencilla, a veces los pasajeros son celosos con sus equipajes, pero por lo general no hay problema", señaló Dairo Marín , de la Cooperativa Equipajera de Antioquia, a quien vimos ayudar a una persona que utilizó el salvaescalera.

Esta persona, que no quiso dejarse fotografiar y reservó su identidad, opinó que el sistema le pareció normal, cómodo, seguro "y faltaría que fuera más rápido", apuntó.
ANTECEDENTES
MODERNIZACIÓN COSTÓ $13.000 MILLONES
La ampliación del aeropuerto José María Córdova fue ejecutada por la concesionaria Airplan. La nueva sala de abordaje nacional, que fue entregada para el servicio en septiembre, tiene una sala de espera con capacidad para 280 personas con categoría B, lo que significa que cada persona dispone de 2,7 metros cuadrados. Incluyó una sala de espera para vuelos chárter, con comunicación por escalera desde y hacia la plataforma, donde está instalado el salvaescalera para personas con movilidad reducida. También se habilitó un nuevo ascensor, 70 metros lineales de domo y siete nuevos locales comerciales. La inversión en estas obras fue de 13.000 millones de pesos. El aeropuerto fue construido en 1985.

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