A PESAR DE las dificultades que se han evidenciado en los primeros días de operación, usuarios lo destacan y lo ven como otra obra de orgullo para la ciudad.
Con dificultades y todo, los usuarios de metroplús lo reconocen como otra obra de gran trascendencia y de orgullo para la ciudad.
Según Tomás Elejalde, gerente de Operaciones del Metro, los inconvenientes técnicos y mecánicos que presentaron los buses articulados en los primeros días de operación se ha ido superando y son obvios y esperables en este tipo de puestas en marcha en sistemas de transportes tan complejos como lo son los que funcionan a gas.
"En nuestra evaluación de ingeniería y técnica las dificultades han sido mínimas para lo que pudiera haber presentado en una tecnología tan moderna y tan poco conocida en el país", afirma Elejalde.
Precisa que lo único que ha detenido los buses ha sido una manguerita que por calidad y fabricación no tenía el material adecuado, por lo que se reventó en varias oportunidades en dos o tres buses, pero que ya fue cambiada, sin costo para la empresa, por el fabricante como reconocimiento de garantía.
Algunos usuarios también se han mostrado preocupados porque en varias oportunidades se han presentado demoras en la apertura de las puertas para el ingreso y salida de los buses.
"Son cuestiones de ajustes y de sincronización, pero que no es que se haya presentado alguna falla", indicó Elejalde.
En el tema de sincronización de los tiempos de programación de la semaforización, que también ha presentado inconvenientes generando cambios en la velocidad operativa del sistema, que en condiciones óptimas debería ser de 70 minutos por recorrido, pero que con las actuales es de 105 minutos, la Secretaría de Tránsito viene en el proceso de ajustes.
Debido a esta situación no se ha logrado un ajuste fino para lograr los tiempos de recorrido programados por el Área Metropolitana y la velocidad promedio de entre 20 y 21 kilómetros, que hoy está en 14 kilómetros, lo que impacta también los costos.
"También por la invasión del carril exclusivo por parte de peatones y motos", aclara Elejalde.
Esta situación de indisciplina, que se presenta a lo largo de la troncal, es más evidente en el corredor de la 45, en Manrique, donde motociclistas también invaden el corredor exclusivo, hasta el punto de que la Secretaría de Tránsito ha tenido que disponer de 30 guardas por turno.
"Esto es un proceso de tiempo, pero la misma comunidad y los usuarios le llaman la atención a los imprudentes", anotó el conductor Henry Ruiz, quien dice les toca estar muy atentos para evitar un accidente.
Sin embargo, Elejalde asegura que cada día es mejor y que la empresa Metro no es de la política de campañas puntuales agresivas, sino permanentes en el tiempo.
También los usuarios, que por estos días en gran número son turistas y noveleros, hacen sugerencias.
"Sería muy bueno que los buses tuvieran sonido interno para dar información y pedagogía", expresa Juan Carlos Marín, quien ayer utilizó por primera vez el servicio y quedó muy complacido.
Elejalde indicó que la sonorización en buses y estaciones está programada desde el principio, pero debido a la premura, por la insistencia de la Administración Municipal, no fue posible habilitarla y solo en un mes se tendrá.
Otra usuaria, Elizabeth López, destaca la seguridad, la comodidad, la estética y la visibilidad que proporcionan los buses, y la transformación que ha generado, especialmente en barrios como Manrique y Aranjuez. "Esto lo que genera es cultura y desarrollo".
Contexto
Falta infraestructura: Concejo
Los concejales de la ciudad hicieron un recorrido ayer por el circuito de 24 kilómetros del metroplús y corroboraron las dificultades que está enfrentando el Sistema para operar en condiciones óptimas.
Reconocieron que la Estación San Pedro no ofrece las condiciones adecuadas ni para las personas que no tienen limitaciones de movilidad. La inclinación de más de 14 grados con la que fue construida dificulta, además, la operatividad de los buses, que no logran coordinar la parada para sincronizar las puertas del vehículo con las de la estación.
La única estación cabecera, como tal, que es la de la Universidad de Medellín, no está terminada y solo ofrece espacio para el parqueo de 15 buses. Los cinco restantes tienen que rodar hasta Bello, para ser guardados en los patios del Metro. Tampoco cuenta con oficinas y suministros de combustible.