"No estamos de acuerdo con los monocultivos": Elise Lowy, de ORU/Fogar.
Socióloga de profesión, cuya diáfana sonrisa y ojos claros comparten con sus palabras la transparencia y la contundencia con las que emite conceptos y comparte información.
Se trata de Elise Lowy, mujer de baja estatura que contrasta con sus grandes ideas como presidenta del Core Group de Seguridad Alimentaria de la ORU/Fogar, entidad que representa a gobiernos locales del mundo ante organismos internacionales para impulsar políticas de desarrollo equilibrado.
Ella habló con El Colombiano sobre un proyecto exitoso de seguridad alimentaria que llamó la atención de la Alcaldía de Medellín para su aplicación en la ciudad, y que se ejecuta en Baja Normandía, Francia, región en la que actúa como consejera.
¿Cómo describiría el programa de seguridad alimentaria en Baja Normandía?
"Se basa en la relocalización del modelo de producción, consumo y distribución de alimentos, concretamente en la producción local. Trabajamos con las personas de nuestra región, agrupándolas para dejar claro que todos participamos de la producción y el desarrollo. El modelo es familiar, de grupos de pequeños productores. No estamos de acuerdo con la cultura de una sola producción, del monocultivo".
¿Eso quiere decir que es amplia la participación de la sociedad civil?
"Sí. Es un modelo en el que intervienen múltiples actores como la sociedad civil, los empresarios y un colectivo político que genera políticas gubernamentales que permiten mantener un proceso de seguridad alimentaria coherente".
¿Cuánto tiempo llevan en este proceso?
"Hace cinco años trabajamos desde la base política, pero todos en grupo estamos desde hace siete años tratando de desarrollar esa política y hoy se ven los resultados".
¿Y qué han logrado?
"Desde el momento en que comenzó el proceso se han multiplicado por diez las redes de producción en la región y, a través de la diversificación nos aseguramos de que la producción vaya mejorando con el tiempo, así como la calidad de vida de las familias".
¿Cómo ha cambiado la vida cotidiana de los ciudadanos en Baja Normandía?
"La producción como tal no ha cambiado, pero ha mejorado el proceso de producción en beneficio de las personas. Es una región que produce leche, carne y manzanas y en cuyo proceso cambiaron drásticamente la forma, la técnica y el resultado".
¿Qué retos al modelo plantea la crisis económica?
"La crisis ha traído retos, entre ellos la necesidad a largo plazo de que los gobiernos europeos estén muy presentes, pues las personas que trabajan en el campo y en el tema de seguridad alimentaria en este momento necesitan ayuda. De lo contrario la crisis se acentuará y habrá que reubicar a las personas para mejorar la producción".
¿Puede ser exportado este modelo y a qué regiones?
"Más que exportar un modelo se trata de adaptarlo a las realidades locales de cada región, según el sistema alimenticio territorial y su adecuación a las necesidades de los actores. Es imposible un modelo sin trabajar con la población, por lo que la idea es exportable, pero no su operacionalidad. Es la filosofía del modelo ORU/Fogar presentar lo positivo de cada modelo para que cada región, con su cultura de producción, comercialización y desarrollo, pueda aplicarla".
¿Qué otros modelos en el mundo llaman su atención? "En Madagascar hay un proyecto que forma a los jóvenes en producción directa mientras los integra a los procesos".
¿Cree que organizaciones como la FAO están preparadas para asumir el reto?
"No es viable hacer adaptaciones como el modelo FAO, que impone su modelo sin contar con las realidades locales, aunque del 2010 hacia acá ese organismo es menos rígido y más orientado, y permite a otros compartir sus experiencias y ser escuchados en el mundo".
PARA SABER MÁS
MEDELLÍN CON OJOS Y OÍDOS ABIERTOS
El nuevo secretario de Inclusión Social y Familia de Medellín, Héctor Fabián Betancur dijo a El Colombiano que la Alcaldía escucha "propuestas llamativas de seguridad alimentaria en países como Francia y Senegal, y también en Medellín, para ubicar apuestas regionales que puedan ser replicadas".
¿QUÉ SIGUE?
SUSCRITA LA DECLARACIÓN DE MEDELLÍN
La declaración final consignó que el Derecho a la Alimentación está en la Declaración Universal de Derechos Humanos. "La alimentación es un derecho universal, que no puede ser sometido a políticas económicas de mercado o intereses particulares. Los poderes públicos deben garantizar la gratuidad y el acceso a la alimentación".
Socióloga de profesión, cuya diáfana sonrisa y ojos claros comparten con sus palabras la transparencia y la contundencia con las que emite conceptos y comparte información.
Se trata de Elise Lowy, mujer de baja estatura que contrasta con sus grandes ideas como presidenta del Core Group de Seguridad Alimentaria de la ORU/Fogar, entidad que representa a gobiernos locales del mundo ante organismos internacionales para impulsar políticas de desarrollo equilibrado.
Ella habló con El Colombiano sobre un proyecto exitoso de seguridad alimentaria que llamó la atención de la Alcaldía de Medellín para su aplicación en la ciudad, y que se ejecuta en Baja Normandía, Francia, región en la que actúa como consejera.
¿Cómo describiría el programa de seguridad alimentaria en Baja Normandía?
"Se basa en la relocalización del modelo de producción, consumo y distribución de alimentos, concretamente en la producción local. Trabajamos con las personas de nuestra región, agrupándolas para dejar claro que todos participamos de la producción y el desarrollo. El modelo es familiar, de grupos de pequeños productores. No estamos de acuerdo con la cultura de una sola producción, del monocultivo".
¿Eso quiere decir que es amplia la participación de la sociedad civil?
"Sí. Es un modelo en el que intervienen múltiples actores como la sociedad civil, los empresarios y un colectivo político que genera políticas gubernamentales que permiten mantener un proceso de seguridad alimentaria coherente".
¿Cuánto tiempo llevan en este proceso?
"Hace cinco años trabajamos desde la base política, pero todos en grupo estamos desde hace siete años tratando de desarrollar esa política y hoy se ven los resultados".
¿Y qué han logrado?
"Desde el momento en que comenzó el proceso se han multiplicado por diez las redes de producción en la región y, a través de la diversificación nos aseguramos de que la producción vaya mejorando con el tiempo, así como la calidad de vida de las familias".
¿Cómo ha cambiado la vida cotidiana de los ciudadanos en Baja Normandía?
"La producción como tal no ha cambiado, pero ha mejorado el proceso de producción en beneficio de las personas. Es una región que produce leche, carne y manzanas y en cuyo proceso cambiaron drásticamente la forma, la técnica y el resultado".
¿Qué retos al modelo plantea la crisis económica?
"La crisis ha traído retos, entre ellos la necesidad a largo plazo de que los gobiernos europeos estén muy presentes, pues las personas que trabajan en el campo y en el tema de seguridad alimentaria en este momento necesitan ayuda. De lo contrario la crisis se acentuará y habrá que reubicar a las personas para mejorar la producción".
¿Puede ser exportado este modelo y a qué regiones?
"Más que exportar un modelo se trata de adaptarlo a las realidades locales de cada región, según el sistema alimenticio territorial y su adecuación a las necesidades de los actores. Es imposible un modelo sin trabajar con la población, por lo que la idea es exportable, pero no su operacionalidad. Es la filosofía del modelo ORU/Fogar presentar lo positivo de cada modelo para que cada región, con su cultura de producción, comercialización y desarrollo, pueda aplicarla".
¿Qué otros modelos en el mundo llaman su atención? "En Madagascar hay un proyecto que forma a los jóvenes en producción directa mientras los integra a los procesos".
¿Cree que organizaciones como la FAO están preparadas para asumir el reto?
"No es viable hacer adaptaciones como el modelo FAO, que impone su modelo sin contar con las realidades locales, aunque del 2010 hacia acá ese organismo es menos rígido y más orientado, y permite a otros compartir sus experiencias y ser escuchados en el mundo".
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El nuevo secretario de Inclusión Social y Familia de Medellín, Héctor Fabián Betancur dijo a El Colombiano que la Alcaldía escucha "propuestas llamativas de seguridad alimentaria en países como Francia y Senegal, y también en Medellín, para ubicar apuestas regionales que puedan ser replicadas".
¿QUÉ SIGUE?
SUSCRITA LA DECLARACIÓN DE MEDELLÍN
La declaración final consignó que el Derecho a la Alimentación está en la Declaración Universal de Derechos Humanos. "La alimentación es un derecho universal, que no puede ser sometido a políticas económicas de mercado o intereses particulares. Los poderes públicos deben garantizar la gratuidad y el acceso a la alimentación".