Es corredor clave al Magdalena Medio y Santander y paso alterno a Bogotá, pero sus especificaciones no ofrecen garantía a los viajeros. La solución se proyecta a 7 años.
Sin más camino en medio de la carretera sinuosa que pasa bajo sus rieles, permanece estática la 45, la primera locomotora que atravesó el túnel de La Quiebra para llegar a Cisneros y de allí alcanzar la orilla del Magdalena en Puerto Berrío.
La ruta que con el tren trajo progreso en la década de los 30 hoy es un paso estrecho para la economía de la región, pero sigue siendo un corredor importante al no existir nuevas rutas hacia el Magdalena Medio y Santander.
Teniendo en cuenta las condiciones actuales de la vía en cuanto a diseño y mantenimiento, Medellín y Puerto Berrío están distanciados por cinco horas de viaje. Aunque sin pendientes pronunciadas, las continuas curvas al paso por La Quiebra y el mal estado del pavimento hacen emular en el viaje las dificultades que el terreno ofreció en otro tiempo al ferrocarril de Antioquia.
"El tramo más malo está entre Barbosa y Cisneros", considera Jairo Gómez , un transportador con 24 años de experiencia, la mayoría de ellos en este trayecto. "De vez en cuando le hacen unos parchecitos y ya", opina.
"Es como cuando a uno se le rompen los calzoncillos ya de viejos y los remienda, pero enseguida se vuelven a abrir los huecos", apunta, en medio de risas, uno de sus compañeros de ruta antes de iniciar su viaje en el parque de Puerto Berrío.
Ambos conductores coinciden en que los hundimientos que hay cerca al municipio representan un peligro.
"Quién sabe si nos toque conocer las Autopistas de la Prosperidad, porque la doble calzada Hatillo-Barbosa era para el 2010 y todavía no está", señala Gómez.
El director del Instituto Nacional de Vías (Invías) en Antioquia, ingeniero Gustavo Otálvaro Paucar explica que Medellín-Puerto Berrío se convirtió en una vía nacional sin ninguna intervención en su trazado de curvas estrechas que no permiten una circulación ágil. Vehículos particulares, el transporte de carga y pasajeros, e incluso semovientes comparten un carril con escasas rectas.
"Es de bajas especificaciones técnicas, tiene curvas con radio muy pequeño, cerradas, con velocidad baja, quizá de 40 kilómetros por hora", considera.
Otálvaro Paucar, sostiene que aunque no hay restricción para la circulación de camiones de carga, los transportadores saben que el tránsito es lento, que tienen que abrirse paso con paciencia, a lo mejor precedidos de guías que aseguren que no vengan otros vehículos en sentido contrario en los tramos más estrechos.
Explica que aunque no es una vía que presente mucho tráfico, se congestiona ante el cierre eventual de la autopista Medellín-Bogotá, al ser la primera alternativa para reemplazar la ruta acostumbrada hacia la capital del país.
Para el ingeniero, la esperanza tanto hacia el Magdalena Medio como hacia la Costa Atlántica, está en las Autopistas de la Prosperidad, las cuales solo comenzarán a tomar forma a partir de 2015 según crononogramas y solo estarán listas entre los años 2019 y 2020.
Las rutas proyectadas compartirán un primer trayecto de doble calzada hasta Barbosa, desde allí seguirán el mismo camino hasta Maceo por Porcesito y San José del Nus.
PARA SABER MÁS
OBRAS DE MANTENIMIENTO
Antes de la Autopista de la Prosperidad, Invías ejecuta obras de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo por 10.000 millones de pesos entre Barbosa y Cisneros. Para repavimentación hay 33.000 millones de pesos que se están adjudicando. Las obras comenzarán en noviembre.
EN DEFINITIVAMedellín-Puerto Berrío, según lo admite Invías, se convirtió en una vía nacional sin ninguna intervención en su trazado de curvas estrechas que no permite una circulación ágil.