Bajo esa denominación podrían tener actividad hasta las 8:00 a.m. Autoridades, residentes y comerciantes agremiados reclaman convivencia y respeto a las normas.
Cerrar las puertas y seguir la fiesta hasta el amanecer es la última estrategia que tienen en uso algunos comerciantes de la noche, amparados en una nueva denominación como clubes sociales, para aumentar las ventas sin tener el control horario que impone la norma.
La estrategia ya ha venido agregando notas negativas a la convivencia en las principales zonas del comercio nocturno en Medellín y ya ha sido advertida por las autoridades e incluso por comerciantes organizados, interesados en mantener pactos por el bienestar en zonas como la avenida 33, la carrera 70 o el Parque Lleras.
"Aquí hay gente que ha querido recurrir a esa práctica y cree que con eso va a burlar la ley", reconoció el secretario (e) de Gobierno de Medellín, Sergio Zuluaga Peña.
"Eso no es justo con los que estamos comprometidos con cumplir las normas", señaló uno de los comerciantes agrupados en Asocom 33. Agregó que de siete trabajadores que tenía su negocio ha tenido que reducir a dos, situación que atribuyó a los estrictos controles al parqueo en las aceras y al volumen de la música.
La presidente de la Federación de Comerciantes de la Noche, Fedecon, Ana Lía Suárez, anotó que la figura de club social no existe en Medellín para establecimientos como los bares. "Los clubes tienen que tener características jurídicas y de operación, que un bar no está en condiciones de cumplir", señaló.
Y en medio de la polémica por los mal denominados clubes sociales están los residentes de los sectores afectados por altos niveles de ruido, quienes lideran desde hace una década el debate buscando condiciones que les permitan la tranquilidad en sus casas.
Flor Pinilla, residente del sector de la 33 ha participado en el curso de una acción popular, reclamando acciones de la Alcaldía para bajar el volumen del comercio nocturno. "Es muy difícil conciliar el sueño con tanto ruido, con los pitos y los borrachos que se quedan todavía después del cierre gritando en la acera hasta las 5:00 a.m.", consideró.
Subrayó, luego de un fallo de primera instancia favorable a los reclamos de los residentes, que "las propias autoridades ya se han dado cuenta de que el ruido es demasiado".
Otra tendencia entre quienes quieren evitar los controles es el cambio de razón social, algo que ha evidenciado la Secretaría de Gobierno, aunque el titular del despacho reconoce que no se puede generalizar.
"Si se cambia la identificación del negocio y se pone otra persona al frente, los controles quedan en cero. Queda la sanción, pero ya no hay a quien aplicarla", explicó Zuluaga.
La Presidente de Fedecon subrayó también que el cambio de razón social es un asunto que ha sido satanizado, puesto que "cada empresario puede decidir que ya no quiere tener un bar porque no está siendo rentable para él, y entonces cambiar a comidas rápidas u otra opción de negocio".
ANTECEDENTES
¿CÓMO FUNCIONAN LOS HORARIOS?
En general, en sectores residenciales el horario de cierre en Medellín ha sido fijado hasta la media noche, mientras que en zonas de reconocida vocación comercial, los establecimientos nocturnos pueden abrir hasta las 2:00 a.m. Mediante acuerdos con la Secretaría de Gobierno, los comerciantes comprometidos con el cumplimiento riguroso de las normas que tienen que ver con el control del ruido, la seguridad, el cuidado del espacio público y los derechos de sus empleados, pueden aspirar a una extensión de horarios por una o dos horas; sin embargo pueden perder este beneficio por incumplimiento de los pactos.
Cerrar las puertas y seguir la fiesta hasta el amanecer es la última estrategia que tienen en uso algunos comerciantes de la noche, amparados en una nueva denominación como clubes sociales, para aumentar las ventas sin tener el control horario que impone la norma.
La estrategia ya ha venido agregando notas negativas a la convivencia en las principales zonas del comercio nocturno en Medellín y ya ha sido advertida por las autoridades e incluso por comerciantes organizados, interesados en mantener pactos por el bienestar en zonas como la avenida 33, la carrera 70 o el Parque Lleras.
"Aquí hay gente que ha querido recurrir a esa práctica y cree que con eso va a burlar la ley", reconoció el secretario (e) de Gobierno de Medellín, Sergio Zuluaga Peña.
"Eso no es justo con los que estamos comprometidos con cumplir las normas", señaló uno de los comerciantes agrupados en Asocom 33. Agregó que de siete trabajadores que tenía su negocio ha tenido que reducir a dos, situación que atribuyó a los estrictos controles al parqueo en las aceras y al volumen de la música.
La presidente de la Federación de Comerciantes de la Noche, Fedecon, Ana Lía Suárez, anotó que la figura de club social no existe en Medellín para establecimientos como los bares. "Los clubes tienen que tener características jurídicas y de operación, que un bar no está en condiciones de cumplir", señaló.
Y en medio de la polémica por los mal denominados clubes sociales están los residentes de los sectores afectados por altos niveles de ruido, quienes lideran desde hace una década el debate buscando condiciones que les permitan la tranquilidad en sus casas.
Flor Pinilla, residente del sector de la 33 ha participado en el curso de una acción popular, reclamando acciones de la Alcaldía para bajar el volumen del comercio nocturno. "Es muy difícil conciliar el sueño con tanto ruido, con los pitos y los borrachos que se quedan todavía después del cierre gritando en la acera hasta las 5:00 a.m.", consideró.
Subrayó, luego de un fallo de primera instancia favorable a los reclamos de los residentes, que "las propias autoridades ya se han dado cuenta de que el ruido es demasiado".
Otra tendencia entre quienes quieren evitar los controles es el cambio de razón social, algo que ha evidenciado la Secretaría de Gobierno, aunque el titular del despacho reconoce que no se puede generalizar.
"Si se cambia la identificación del negocio y se pone otra persona al frente, los controles quedan en cero. Queda la sanción, pero ya no hay a quien aplicarla", explicó Zuluaga.
La Presidente de Fedecon subrayó también que el cambio de razón social es un asunto que ha sido satanizado, puesto que "cada empresario puede decidir que ya no quiere tener un bar porque no está siendo rentable para él, y entonces cambiar a comidas rápidas u otra opción de negocio".
ANTECEDENTES
¿CÓMO FUNCIONAN LOS HORARIOS?
En general, en sectores residenciales el horario de cierre en Medellín ha sido fijado hasta la media noche, mientras que en zonas de reconocida vocación comercial, los establecimientos nocturnos pueden abrir hasta las 2:00 a.m. Mediante acuerdos con la Secretaría de Gobierno, los comerciantes comprometidos con el cumplimiento riguroso de las normas que tienen que ver con el control del ruido, la seguridad, el cuidado del espacio público y los derechos de sus empleados, pueden aspirar a una extensión de horarios por una o dos horas; sin embargo pueden perder este beneficio por incumplimiento de los pactos.