Tecnología e inglés son pilares de la educación que impulsan las fundaciones Marina Orth y Las Golondrinas
Los niños le dedicaron un coro, se tomaron fotos con ella y la llenaron de abrazos. Marina Orth , emocionada, a tal punto de no poder contener más las lágrimas, hizo un paneo al patio de los niños del Colegio Básico Camino de Paz de la Fundación Las Golondrinas para observar a esos alumnos que se aferraban a sus portátiles.
Ella lidera una fundación que impulsa un modelo educativo en el que la tecnología, el liderazgo y el inglés se fusionan para abrirles puertas a los estudiantes a una formación del siglo XXI, que les permita desempeñarse tan bien como los graduados de las mejores escuelas del mundo.
Las fundaciones Marina Orth y Las Golondrinas se unieron y, gracias al apoyo de entidades oficiales y privadas, entregaron 650 equipos de cómputo que los alumnos podrán llevarse también a sus casas.
Periodista, corresponsal de la Revista Vanity Fair y voluntaria de los Cuerpos de Paz, esta estadounidense llegó desde los años sesenta a la ciudad y comenzó a trabajar por una formación de calidad para los niños y jóvenes en condiciones más vulnerables.
Ya han entregado, cuenta, 1.200 laptop en tres centros educativos. "Busco que todos estos niños puedan ir a la universidad. Que ellos puedan competir. Ellos son capaces, solo necesitan disponer de las oportunidades".
Cómo avanzar
Marina Orth deja claro que la sociedad debe entender que este tipo de labor no tiene que ver con la caridad. "Es una inversión en el futuro de su país. No se puede avanzar si su población no sabe cómo manejar la tecnología y el idioma de ese mundo: el inglés".
Gabriela Santos , directora ejecutiva de la Fundación Las Golondrinas, que atiende 4.470 muchachos, reitera que quieren formar ciudadanos capaces de estar actualizados con las competencias que cualquier ciudad o país necesita. Los niños en condiciones de vulnerabilidad "merecen educación de alta calidad".
Los equipos que les entregaron tienen conexión a internet, pero hace un llamado: necesitan un grupo de profesionales que les ayude con la parte eléctrica y mejorar la conectividad.
Marina sueña con que estos niños que preparan, puedan acceder a la universidad y viajar como ella lo ha podido hacer, porque ellos, está segura, tienen todo el talento y, por eso, es que al verlos siempre se emociona.