La restricción a 15.500 instalaciones no alteró la paz del domingo. Culminaron las obras satisfactoriamente.
Cual si fuera un domingo normal, con mucho calor matinal y excepto de que hubo que correr la hora del baño hasta la tarde y que algunos no pudieron lavar el carro frente a la casa, los habitantes de Sabaneta vivieron sin traumatismos la jornada de suspensión del servicio de agua.
Las actividades deportivas dominicales se cumplieron como de rutina, el comercio atendió a sus clientes con pocas restricciones, y en la zona residencial las familias se aprovisionaron de agua suficiente para afrontar su ausencia entre las 6:00 de la mañana y las 3:00 de la tarde.
La vida en los barrios no se alteró, porque, según B eatriz Alcalá , habitante del sector de La Doctora, EPM les avisó de la suspensión desde mediados de la semana y se prepararon.
Un retrato de ello se apreció en un antejardín de la urbanización Las Playas, donde la pareja integrada por Alonso Duquey Matilde Arango , terminaba de limpiar la casa y de cepillar a Gina, su labradora. No los afectó -dijeron- porque el líquido que recogieron fue suficiente para preparar el desayuno y el almuerzo de una vez, en tanto que para los baños utilizaron el agua con jabón de la lavadora.
En sectores más céntricos el día transcurrió normal, con pocas personas que salían al paso de un carrotanque que suministraba el líquido.
Las voces del comercio dieron cuenta de que se prepararon para la jornada. "Recogimos agua en abundancia y atendimos con desechables lo que más pudimos para no ensuciar la vajilla", dijo José Ignacio Díaz , empleado del restaurante Pan Pollo, cuyos trabajadores madrugaron a preparar los alimentos para el día.
La situación fue similar en la fonda Sitio Viejo, en una esquina del parque principal, donde su administrador, Carlos Álvarez , contó al medio día que pasaron a preguntar si necesitaban agua, pero "no hubo necesidad porque tenía reserva hasta para los sanitarios".
A varias cuadras del parque, en la parte alta de la zona urbana, un equipo de operarios e ingenieros de EPM madrugó más para iniciar las tareas de reparación de un accesorio en tubería de asbesto cemento de 18 pulgadas que falló y obligó el corte.
El ingeniero Luis Fernando Higuita , coordinador de las obras, precisó que se tuvo que excavar un hueco de 5 metros de diámetro por 6 metros de profundidad para cambiar la pieza que luego se debía soldar en un extremo y ajustar con una abrazadera, amarrada con pernos de 20 centímetros, en el otro. "El grado de dificultad fue grande, a esa profundidad eran mayores las condiciones de seguridad para los trabajadores y la maquinaria pesada".
Pero, según Rubén Darío Escobar , empleado de atención al cliente de EPM, el trabajo terminó antes de lo previsto, a las 2:00 p.m. y a las 2:30 ya había agua en el parque. Para dar una idea de la jornada, señaló que apenas se recibió una llamada para solicitar suministron