El futuro de la movilidad en Medellín y el área metropolitana debe pasar, necesariamente, por el tema de las alternativas eléctricas. De hecho, en la ciudad el transporte eléctrico no es una proyección para el futuro. El metro, los metrocables y los futuros tranvías, por ejemplo, son una muestra de lo cercana y viable que puede llegar a ser.
Pero no significa que todas las propuestas sean viables. Como lo explica Sergio Adolfo Montoya, director de investigación de EPM, factores como las realidades financieras de inversión, los intereses políticos y los intereses sociales impactan de manera diferente. "Dependiendo de las modalidades, las soluciones pueden ser o no viables y cada una tiene un análisis diferente".
Uso comercial
En este sentido, avizora que el mayor desarrollo en este campo se podría observar en el futuro en la satisfacción de las necesidades de movilización para el transporte de mercancías.
Uno de los factores que más impacta hoy día el desarrollo de la movilidad eléctrica está en el costo de la tecnología necesaria para impulsar estos vehículos.
Señala Jorge Betancur, también del área de investigación de EPM, que con una inversión inicial alta (el costo del automotor) pero con unos costos de mantenimiento mucho más bajos que en un carro de combustión tradicional, aquellas empresas que utilizan los vehículos para grandes recorridos diarios, pueden obtener un mayor beneficio con este tipo de alternativa.
El transporte público individual de pasajeros también podría ser un nicho de desarrollo, pero allí el tema del costo de adquisición inicial es una barrera fuerte, a menos que se trate de empresarios que tengan varios vehículos y puedan diferir este costo.
Por su parte, el vehículo eléctrico personal es una alternativa mucho más compleja, por la que gomosos del desarrollo tecnológico o personas ambientalmente comprometidas podrían inclinarse. Pero no será una solución masiva, por lo menos en el mediano plazo, especialmente por el valor de estos vehículos.
Energía a dos ruedas
Quizá en donde mayor potencial ven los analistas para iniciar en el mediano plazo un programa de movilidad eléctrica está en el uso de la motocicleta.
El crecimiento actual y futuro de este segmento, el valor de adquisición más asequible o las facilidades de crédito para su compra y la ventaja de que no requieren una gran infraestructura para recargas, porque se pueden cargar en las residencias, hacen que este sea el nicho mediante el cual el transporte personal eléctrico pueda posicionarse en Medellín y el área metropolitana.
La movilidad eléctrica no será masiva en el mediano plazo, pero es indudable que sí es el futuro del transporte.
¿QUE SIGUE?
EPM y Sofasa estudian las necesidades
En la primera etapa de un plan de movilidad eléctrica, la infraestructura, representada en estaciones de carga, se focaliza especialmente en las empresas propietarias de las flotillas de vehículos de transporte de carga.
Por su parte, en el caso de las motos, es factible la carga en las residencias y la instalación de algunos puntos de recarga en sitios como universidades.
Para vehículos particulares, por sus tiempos de recarga (cerca de 30 minutos en el caso de cargas rápidas) se requiere que estos puntos se ubiquen en zonas en las que el propietario o conductor pase más de una hora.